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I: “poc o y n ada”

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I: “poc o y n ada”


Nicolás Tagliafico: ¿Que podría decirse de él?

Es fácil verlo de lejos sin tener interacción para pensar/opinar de como podría ser, cuando podía notarse o deducir que era un chico discreto, integró, formal que no se dejaba llevar por sus emociones o egoístamente, alguien que tenía paz y rectitud que le llevaban a relacionarse bien con los demás, en pocas palabras era la visión de un hombre completamente maduro, amante de las reglas, de hacer todo al pié de la letra sin un traspié.

Cualquier hincha de Independiente estaba orgullosa de que un hombre como el sea nuestro capitán, yo lo estaba; el que hacía todo bien, callado, un jugador de bajo perfil, así era Tagliafico. Cosa errónea de parte mía en pesarlo, porque no era así o al menos conmigo no fue así.

Mi sueño comenzó cuando supe que había vacantes en el club para varios puestos, estaba contenta porque dentro de ellos pedían un fotógrafo, cosa que era lo que más amaba y todavía amo hacer.

Cuando fui a dejar mi carpeta me había tomado la molestia de dejar varias fotos que había hecho en un casamiento, para que se aseguren que no era una fotógrafa principiante, al parecer fue bueno ya que me dio suerte porque a los dos días me llamaron para que me presenté a una entrevista.

En ese entonces pensé que mi vida estaba completamente hecha quedándome con el puesto de fotógrafa en el club que soy hincha, no podía pedir nada más o bueno si lo sabía antes tal vez en ese entonces hubiera pedido un poco mas de amor para lo que iba avecinarse...

Pero es bueno contarlo ahora, como una anécdota o simplemente lo más interesante que le había pasado a mi vida en el plano amoroso.

En resumen me enamoré de él, sí del capitán de Independiente. Recuerdo cada instante, detalle, mirada, palabra y episodio para llegar a eso, lo recuerdo perfectamente...

El primer día de trabajo me dejaron conocer al final del dia laboral a el plantel, me había tocado sacar las primeras fotos del entrenamiento para que la pagina oficial del club lo subiera.

Volviendo al primer día; conocí a cada uno de ellos, incluyendo a Nicolás, por lo tanto tambien me tome fotos con todos, literal. Y hasta ahora... Después de todo lo que pasó seguía con la foto guardada que me había tomado con él. El parecía como se veía hombre de pocas palabras, hablaba lo justo y necesario, era como si fuera impecable en todo y capaz si lo era, porque hasta esos momentos yo lo creía, sostenía la idea de que del todo el plantel el era que tenía la cabeza sobre los hombros y los pies en el piso, bueno después de todo no por nada era el capitán.

Pasando los días, semana uno, semana dos y contando, me fui adaptando a la idea que querían de mí, días horarios y por lo tanto también a los chicos, siempre estaba en la hora que ellos entrenaban de manera que me fui dando con ellos, no con todos era muy amigable, pero sí me había hecho amiga con varios jugadores, por así decirlo: los que se mostraban más amigable. En cambio con Nicolás solo eran saludos sí lo veía claramente, el nunca estaba con el grupo más hablador, podía decirse también que era el antipático de ellos, todo esto desde mi punto de pista sin conocerlo bien.

Miré las fotos que había sacado dentro del vestuario, las camisetas se encontraban perfectamente ordenadas con sus respectivas canilleras en el vestuario del Rojo, el partido que se iba a jugar en media hora era vs Alianza Lima por Copa Sudamericana estaba entre ansiosa y feliz porque era la primera vez que me tocaba cubrir como fotógrafa en un partido de copa.

—Entonces, ¿estudiaste para eso? —el jugador correntino Maxi Meza preguntó mientras se probaba los botines.

—Sí. —conteste sonriendo, del todo el plantel él era el más curioso y amiguero, también fue el primero que se me acercó a hablarme en los primeros días de trabajo.

—No sabía que se estudiaba para eso. —soltó despreocupado, su mano fue a su pelo para sacudirlo. Asentí ante su comentario.

—Bueno, sí querés ser profesional sí, si es solo un por un rato con una cámara ya estás. —me encogí de hombros.

—A ver —pidió el morocho, sin decir nada se asomó por detrás mio a espiar.

—No sé nada de fotos la verdad,  pero las que sacas vos son generalmente buenas. Sirven para fondos de pantallas. —confesó arqueando una ceja mirándome divertido.

Me reí, capaz él era el más simpático de todos, afirmo. Los ruidos de pasos se escucharon en el pasillo y vimos como el entraba al vestuario con el semblante serio.

—Dale Maxi deja de boludear vamos a calentar, están todos ya. —dijo y por el tono que usó estaba molesto, mucho.

—Voy. —le contestó Maxi sin mirarlo.

Nicolás asintió, me miro y se dio vuelta para irse.

Era la primera vez que Tagliafico me dedicaba un mirada así. Pero tampoco no sé si quería que la primera mirada sea con una cara de ojete.

—No le des bola. —me dijo Maxi y se fue dejandome sola en el vestuario.

Solté el aire que sin querer había estado manteniendo desde que se fue Nicolás.

Amaba la idea de trabajar en este club, pero más iba a amar el día que alguien como lo es Tagliafico me diera bola como hacían los demás o un poco de buena honda.


Semanas después me di cuenta que ese pedido que hice, resultaría y mucho.

Segunda | Nicolás Tagliafico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora