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XI: “ s a l i d a ”

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XI: “ s a l i d a ”


Al llegar todo fue bueno o eso creí yo, Fabricio iba hablándome de que cuando yo quisiera que le avisé y me llevaba de vuelta al departamento pero no le presté mucha atención porque llegando a la puerta del boliche entre tanta gente vi como Barco y Fernandez hablaban con Benítez.

—Agostina, veniste nomas. —me saludó Leandro.

—Fabri fue re molesto, fue a buscarme no pude decirle que no. —expliqué y saludé a Benítez y Barco.

—Agustinita. —saludó el mas chico.

—Soy Agostina, no Agustina. —contesté mirándolo mal, el no me hizo caso y se rió.

—Es raro verte vestida así. —me observa Barco.

—¿Por? —cuestióno interesada en saber su respuesta y cuando él pensaba contestarme interrumpe en el grupo Meza.

Me saludó a mi primero y después a Bustos.

—¿Vamos? —preguntó mirándonos.

Las dos primeras horas o la primera hora y media la pasé bien, pensé no divertirme mucho entre tantos chicos pero me sorprendí porque sí lo hice después vi cuando algunos se encontraron con sus novias o chica de noche, como Barco, también Leandro.

No niego que cuando iba caminó al boliche pensé en él y que capaz eso me emocionaba un poco venir pero la ilusión duró poco cuando lo vi a el llegar... pero con su novia.

Bailé con todo el grupito del rojo que fueron esa noche, menos con Tagliafico que bailaba con la novia únicamente, me divertí hasta ahí.


Sí me preguntaban en ese momento iba a responder mil veces que me había arrepentido totalmente de ir, porque me estaba aburriendo completamente.

Después de una hora y media parada y bailando mis pies empezaban a molestarme y no daba más y fui a descansar un poco mis pies.

Estaba sentada en unos de los sofás de cueros de la esquina del boliche observando como Bustos hacía el papel lamentable de querer bailar, crean el no tenía ritmo o era sordo, me reí por tener ese pensamiento sordo y todo pero ya le había agarrado cariño.

En cuanto a los demás seguían divirtiéndose o algunos se habían perdido no me importaba a el único que quería cerca era a Fabri, porque el tenía que llevarme.

Cuando de repente veo una sombra a reflejos y alguien sentándose bruscamente alado mío, veo y era Tagliafico. Me sorprendo porque le había perdido la vista desde que supe que vino con su chica, pero también me sorprendo porque se vino a sentar solo.

Tenía cara de poco amigos, con la mirada pérdida, los labios fruncidos y la cara también. Su pierna estaba rozando la mía completamente, porque estaba sentando abierto de piernas sin importarle que otra persona también este sentada en el mismo lugar, de eso hablaba él a veces no era la persona más educada, o era solo así conmigo.

Me di cuenta que estaba mirándolo sin pudor hasta que el gira su cara para mirarme, a lo que yo sacó rápidamente mi mirada de él.

Me ponía nerviosa estar a lado de él después que le grite en medio del pasillo y bueno el tambien por no decirlo de otra forma se río de mí.

Estuvimos así como veinte minutos, él varias veces sacó su celular hablándose con alguien y yo esperaba que Fabricio se digne a decirme para ir, aunque sabía que yo debía decirle para que me lleve.

Al ratito Meza llegó sonriente y se sentó en el apoya brazo del sofá del lado de Nico.

—¿No se están divirtiendo? —preguntó por lo alto. Yo sonrei algo fingida y vi por el rabillo del ojo quién Nicolás había negado con la cabeza.

—¿Que te pasa Agos porque no te unís al baile de Bustos? —bromeó el correntino mientras me señalaba con la mirada al defensor.

—Vergüenza ajena. —dije claramente e hice reír a Meza—. Pero me aguantó, el me tiene que llevar.

Meza asintió, le preguntó algo a el capitán que no entendí pero sí escuche lo que el respondió.

—No, yo ya me voy.

—Disculpa, ¿me decís la hora? —dije en voz alta palabra  que le dirigí a Maxi pero él no respondió más rápido.

Observé como Nicolás miraba su celular que estaba a mano.

—Cinco menos diez. —dijo y yo sentí.

Me moría de sueño.

—¿No querés que te lleve? —preguntó de repente Meza y yo lo miré algo sorprendida—. Yo ya me voy, me muero del sueño.

—Ay gracias... —se me escapo un chillido sonriendo—. pero voy a esperar a Fabricio, ya quedé con él.

El jugador asintió y poco minutos después se fue del lugar. Y Media hora después me arrepentí de decirle que no, quería irme, encima Fabricio había desaparecido de mi vista. Para mi sorpresa Tagliafico volvió y se sentó pero esta vez apoyando los codos en sus piernas, pensé que se había ido a su casa ya hace diez minutos cuando se levantó pero no.

A todo esto yo no lo miré pero podía sentir y verlo de reojo que me estaba mirando.

¿Me estaba mirando en realidad? Así que me gire a verlo y sí. Me estaba observando.

—¿Que? —musite.

—¿Queres que te acerqué? —preguntó con su cara de serio de siempre conmigo y yo no podía creer que me estaba dirigíendo la palabra y preguntándome eso.

Hasta que reaccioné. Y me iba negar rápido porque una cosa era que yo quisiera pero otra era el pensar en la realidad y saber que él buena onda no tenía conmigo a pesar que me estaba preguntando esto,  pero lo que dijo me hizo pensar.

—Bustos no se va ir hasta que no terminé todo, además vos tenés unas ganas de irte a dormir. —me dijo y apenas sonrió de lado.

Nicolás tagliafico sonriendome por primera vez, mucho más de lo que yo pedía últimamente.

Pero me pongo a pensar, ¿El no vino con la novia?

Siendo sincera no me importaba pero había que pensar un poco...

Observe de nuevo el lugar, Bustos no estaba por ningún lado, me mordí los labios y mire a Nicolás que esperaba una respuesta de mi parte.

—¿Vamos?



Segunda | Nicolás Tagliafico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora