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XXXV: " a ñ o n u e v o "
La navidad llegó y como yo lo pensé, la pase sola. Tenía en mente que iba a ser horrible, pero mi mamá me llamo pasada las doce y estuvimos bastante tiempo hablando hasta que ella corto, ya que según se tenía que ir a dormir, es donde me puse mal, ya que ella igual que yo estaba sola, sola con aquel hombre. Y me puse a pensar que antes de venirme a Avellaneda, eramos las mejores amigas, sabía que ella le costaba tanto o más que a mí estar solas.
La semana paso rápido, y hoy ya era 1 de enero, año nuevo. Me fije por mi celular y tenía mensajes de Ana diciéndome que ni bien se libraba de su familia pasaría a saludarme.
Y sí, estos últimos días Ana y yo pasábamos ratos juntas, me pasaba que no podía decirle que no ya porque ella sabía de Nicolás, además que pasaba los días sola porque la mayoría de los jugadores estaban de vacaciones.
Estaba sentada en el sofá con la tele prendida, en una mano un vaso de sidra y escuchaba todos los ruidos del edificio. A diferencia de los demás días que eran silenciosos, está madrugada se escuchaban risas, música fuerte y alguno que otro gritos, así que no me sentía tan sola.
El golpe en mi puerta me hizo saber que Ana se habría liberado de su familia más rápido de lo que pensé, me levanto y me bajo la pollera blanca que me había comprado después de que si, mi "nueva amiga" insistió.
Al abrir la puerta me sorprendo de verlos.
—¡Feliz año! —gritaron sin importarles nada.
Leandro con su hijo, Maxi con el suyo y detrás la sonrisa de Fabricio y Barco estaban en mi puerta.
—¡Feliz año, Gos! —no pude decir mucho ya que Fabricio se acerco para abrazarme sin más.
Sin poder evitarlo, mi sonrisa salió.
Sentía que mi Fabri Bustos de antes había vuelto.
—Bueno, bueno... —apuro Lean con su hijo en brazos.
Le di un beso en el cachete a Fabricio y me acerque a saludar a Lean y su hijo Ramiro.
—Feliz año, Agostina. —dijo abrazándome, respondí de la misma forma.
Entonces antes que pueda mirar a Maxi, Ezequiel se puso primero alzandome, sí.
—¡Para vos también, pero bajame! Se me sube pollera Barco. —pedí riendo.
A pesar que era un enano, me aguantaba fácilmente. Me dio un beso y paso.
