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XV: “ b e s o s y m a s ”
No sé porque lo hace pero le sigo, porque si diría que no quería que esto pasará mentiría. Porque debía admitir que por algo vine y ese algo era él y esto.
Elevó mi mano acomodándola en su nuca, miles de cosas pasan por mi mente.
Una de ellas era que se estaba cumpliendo que quería que esto pasará de nuevo, y por que quería recordar lo que se sentía besarlo.
Mis manos ya están él, el aleja sus manos de mi mejilla dejando una en mi cintura y con la otra busca mi mano izquierda que esta en su nunca, paro el beso sin saber que pasa y es donde me estira levemente para que entré de nuevo al departamento, cierra la puerta y sin decirme nada, vuelve a besarme.
Su cuerpo se pega bruscamente al mío y me hace tambalear, haciendo que choque la puerta. Sus manos vuelven a descansar en mi cintura.
La sensación más linda, sentirlo. Besarlo, sentir que tenía sus manos en mí.
No me aguanto y tocó delicadamente su cara, como si fuera algo incansable que no iba a volver a tocar más y capaz era cierto, así que lo aprovecho.
Nos separamos por falta de aire y antes de alejarse y mirarme vuelve a besar mis labios pero esta vez tranquilo y de una manera tierna. No podía dejar de mirarlo, esos ojitos no quitaban la mirada de mis labios, cosa que me hacía poner nerviosa.
De pronto como si nada siento la boca seca y los labios, lamí mis labios rápidamente y es donde quita su mirada de mis labios y me mira a los ojos.
No sé que decir.
O que debe pensar.
Pero solo se que mi pecho baja y sube.
—T... Tengo que irme. —trató de decirlo como algo que quiero pero me sale más con una pregunta hacía él.
Se que sonó así porque Taglia niega, y me da un beso de nuevo.
De nuevo no se que pensar, él no me dice nada, de pronto me agarra un poco de vergüenza porque no sé que pensará aunque fue él prácticamente que me besó.
—Tenes algo... —interrumpe el silenció, sus ojos se van directo a los míos y me pongo más nerviosa—. Tenes algo que me llama, no sé que pero me hace actuar así.
No digo nada.
—¿Sentis que te obligue a esto? —pregunta alarmado al ver que no hago ni un gesto—. Porque es lo menos que quería...
