diecisiete

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XVII: “ un paso más

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XVII: “ un paso más. ”

El árbitro pito el final del partido y podía sentir como el estadio se venía abajo.

Independiente ganó 3 a 1 con un gol de penal de Barco y un doblete de Gigliotti. Sí, podía decir que iba a ver otra final de mi equipo, estábamos en la final.

Miré a mi lado como los fotógrafos reían pero aún así no paraban de tomar fotos, nos dieron la señal que podíamos pasar al campo y tener tomas de cerca, así lo hicimos. Corrí con Ana quién estaba algo feliz, digamos mucho para mí, ya que ella no le gustaba.

Y Sacamos la fotos que pudimos. Principalmente para mí, era un sueño estar retratándolo con sus efusivos abrazos, donde la mayoría iban al capitán.

Podía ver en su carita que no daba más de felicidad. Y yo era más feliz, nunca pensé vivir en esta felicidad de cerca y era toda una agradecida.

El estadio tardó para vaciarse, aún así con los fotógrafos esperábamos que todos los jugadores vayan adentro. Abrace a Ana mientras íbamos en busca de nuestras cosas.

Nuestro trabajo terminaba, para nosotras, feliz, esperaba que la próxima cobertura para la copa terminemos así de feliz también.

—Mi novio es todo un crack. —dijo mi compañera mientras yo sacaba mi brazo alrededor suyo, la mire con una ceja alzada—. Barco.

Y me reí fuerte, esta mina era un caso.

—¿Seguís hablándote con él? —pregunté y entramos a la sala.

—Si algo, antes de venir me mandó mensajes y me dijo que le deseará suerte para hoy que era así como su amuleto, esos chamuyos baratos de futbolistas... —dice y vira sus ojos, niego con la cabeza.

—¿El no tenía novia? —pregunto interesaba mientras me sacaba el chaleco y lo doblaba.

Guarde la camara en el bolso.

—Algo así, no sé, el no me dice la verdad y sí tuviera tampoco me importa... Él me busca y yo no tengo nada con nadie así que...

Asentí y no dije nada.

¿Quien era yo para juzgarla?

—¿Estas bien? —preguntó poniéndose su campera.

No me había dado cuenta que me le quede mirando.

—Sí, me quedo pensando, pavadas. —me encogí de hombros y saqué mi bolso para también buscar mi campera.

Afuera ya estaba fresco así que sí.

—¿No quieren que les acerque chicas? —entro Mauro, unos de los tantos fotógrafos.

Ana revisó su celular y esté solo me miraba a mí.

Segunda | Nicolás Tagliafico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora