dieciocho

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XVIII: “ un poco de amor ”

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XVIII: “ un poco de amor ”

—¿Me puedo quedar con vos esta noche?

Me sorprendo por su pregunta y a la vez me da un cosquilleo en la panza, cositas.

—Sí. —le digo tímida, me sonríe de lado y me besa sin más.

Y todas los noches que vos quieras, quedate.

Aprovechó y llevó mis manos a su cuello, apretándolo, mientras él acariciaba mi espalda.

Entre nuestros besos solo se escuchaba la televisión prendida y con los comentarios de los periodista, cosa que me hacía querer tentarme en el beso.

—¿Donde...? —interrumpe el beso, pero dando picos—. ¿Tu pieza?

Le indicó con la cabeza y él vuelve a besarme cuando pienso en caminar por mi misma me sorprende y me alza rápidamente, lío mis piernas por su cadera mientras siento como sus manos agarran mi culo, me estremecí y no sé cuando iba a poder acostumbrarme a que me toque mejor dicho a que me toqué y no me provoqué nada.

Rápido llegamos a mi habitación y me recuesta lentamente y él acomodándose y separando mis piernas con su rodilla.

Agarro su cara para besarlo mejor y es donde siento su mano bajar y  acariciar mi pierna de abajo para arriba, hasta llegar a mi abdomen.

Cuando caigo y recuerdo.

—¡Nico, espera! —paro agitada.

Él para sus besos y caricias.

—Dejé la prepizza en el horno, se va a quemar. —digo con vergüenza.

Al parecer le causa gracia porque sonríe de lado y vuelve a besarme, pero se aleja de nuevo.

—No pasa nada... —me dice y vuelve a besarme.

Sabía que en menos de dos minutos él departamento podía llenarse de olor a quemado y humo haciendo sonar la alarma y no quería, pero lamentablemente​ me dejo llevar por su besos y su mano subiendo por mi muslo. cuando la puerta principal se escucha, más bien yo lo escuchó porque él estaba muy concentrado besando mi cuello, ahora.

—Nico... —susurro.

Y el golpe en la puerta otra vez.

Tagliafico deja de besarme y levanta su cabeza para mirarme.

—¿Esperabas a alguien? —pregunta frunciendo su ceño.

Segunda | Nicolás Tagliafico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora