Domynic se acercó a Raven y pasó a su lado chocando su hombro con el de ella. Raven estaba confundida. Domynic era salvaje; pero también la había protegido y salvado.
-mueve esos pies si no quieres quedarte atrás - exclamó Domynic y Raven regresó a la realidad. Volteó y caminó hacia Domynic.
Por un momento caminó en silencio al lado de Domymic sin emitir sonido. En realidad, no sabía qué decir. Varios pensamientos le rondaban la mente.
-¿por qué eres tan frío? -se animó a preguntar con un hilo de voz.
Domynic le dedicó una mirada vacía.
- a veces necesitas de la frialdad para sobrevivir. Es así de simple.
Raven meditó unos instantes. Todos sus esfuerzos por descifrar a Domynic siempre se veian frustrados por la pared de hielo que el muchacho ponía entre ambos. La muchacha se preguntaba qué era lo que le impedía ser más abierto? Llegó a considerar que quizás se tratara de miedo, pero ¿miedo a qué específicamente?
-Sé que tienes corazón. ¿por qué eres así conmigo?
Domynic cerró los ojos y se mordió el labio inferior. Raven estaba entrando en un terreno peligroso. No quería que supiera como era realmente. Nadie debía conocerlo realmente. Todo su escudo se volvería añicos si descubrían su verdadero ser. Y eso no podía suceder.
-no me conoces. Deja de pensar que sabes algo de mí porque no tienes idea de cómo soy - Domynic elevó el tono de voz para intimidar a la muchacha con la intención de que dejara de insistir sobre el tema.
-intentas demostrar que no tienes sentimientos. Pero no es así. Me estás protegiendo. ¿por qué deseas crear una imagen as...
Domynic no pudo aguantarlo más. En un brusco movimiento, agarró a Raven del brazo y la puso frente a él. Sus ojos tenían un brillo plateado en ellos.
-estoy harto de ti, ¿lo entiendes? Si pudiera, te entregaría al Concejo para que ellos hicieran lo que quisieran contigo - Raven tenía un nudo en la garganta. No podía hablar. Domynic sintió una punzada de dolor mientras pensaba en sus palabras pero tenía que hacer todo lo posible para alejar a la joven. - Crees que todos tuvimos una vida perfecta, simplemente porque tu tuviste una. Mi vida es un infierno, y tu tuviste que aparecer para empeorarla.
Raven se quedó paralizada. No podía creer lo que él muchacho le estaba diciendo. Que tenía una vida perfecta. Era absurdo.
-¿en serio crees que tuve una vida perfecta? - el dolor de Raven se notaba en su tono de voz - quedé huérfana cuando era una bebé. Tú mismo viste esa triste imagen. - Domynic se dio cuenta que la joven tenía razón. No había medido sus palabras. Había querido sonar frío y distante pero eso había sido demasiado. - yo no te culpo por todo el mal que me has hecho. No te recrimino que eres el único ser vivo con el que podría llegar a cumplir mi sueño y sin embargo, no tiene un mínimo de interés de tratarme bien.
Raven sacudió su brazo y se zafó del agarre de Domynic. El muchacho se quedo contemplándola mientras caminaba de espaldas a él hacia un árbol. Estaba sorprendido. Raven no era cómo esperaba. Siempre le habían dicho que los humanos eran débiles y dio por sentado que la muchacha no sería la excepción. Pero estaba equivocado. Raven era diferente. Jamás hubiese creído que iba a responderle después de haberle gritado. Y sin embargo, lo había hecho. Pero especialmente, no era débil porque ella enfrentaba su pasado. Lo aceptaba y lo enfrentaba. En cambio él... él sólo se refugiaba bajo un caparazón tan deteriorado con los años, que ya se había vuelto frágil.
-tan sólo creí que necesitabas ayuda para enfrentarte a lo que sea que te impide mostrar quien realmente eres. Quería ayudarte a dejar de fingir ser algo que no eres - Domynic miró al piso cuando los ojos avellana de Raven se clavaron en los suyos - pero olvídalo. Creo que me costaba aceptar que lo único que teníamos en común era una rivalidad de larga data entre nuestras especies.
- eso no es lo único que nos une. Tenemos una conexión de almas; somos mitades perfectas...
-eso es simplemente una casualidad. Una maldita casualidad que jamás debería haber pasado. ¿O me vas a negar que si tuvieras la posibilidad de romper nuestra conexión, lo harías sin dudar? Te desharías de mí si tuvieras la oportunidad. - los ojos de Raven se volvieron vidriosos mientras hablaba. - no tengo duda de ello. ¿y sabes algo? Si me ofrecieran en este preciso momento romper el lazo que tenemos, aceptaría. No quiero estar atada a alguien que me prefiere muerta.
Domynic empezó a caminar hacia ella. La muchacha se quedó parada observando como el joven se aproximaba hacia donde estaba parada. Cuando estuvieron a pocos centímetros de distancia, Domynic obligó a Raven a retroceder hasta que su espalda quedó pegada al tronco del árbol. Inclinó su cabeza hacia adelante y las bocas de ambos estaban a muy poca distancia. La mano de Domynic viajó a la cintura de la muchacha y la otra envolvió uno de sus pómulos. Raven sentía el cálido aliento del joven contra sus labios y se concentró en la boca que tenía adelante. Domynic acercó un poco más su boca a la de Raven quien instintivamente cerró los ojos para recibir al fin a los labios del muchacho. Pero nada de eso sucedió. Raven abrió los ojos en cuanto el muchacho sacó su mano de su cintura.
- ¿estás segura de que quieres romper nuestra conexión? Porque tu lenguaje corporal dice otra cosa - Raven cayó en la cuenta de que todo lo que había hecho Domynic no tenía otra intención más que demostrarle que tenía superioridad sobre ella; que sólo quería probarle que no importaran sus palabras, él sabía que en fondo ella lo deseaba. - Mejor piensa lo que vas a decir antes de soltarlo al aire, Anderson.
Domynic volteó e intentó disipar las verdaderas ganas que tenía de volver hacia ella y besarla intensamente. Raven tenía un efecto extraño en él. Raven le había recordado lo que era sentir algo por alguien; sentir esa necesidad de entregarse a otra persona sin remordimientos. Pero no podía permitirlo, no podía entregarse a ella, no podía entregarse a una humana. Porque entregarse a ella lo volvía débil.
-te daré un consejo. Si quieres sobrevivir, necesitas ser fuerte. Y el amor sólo te vuelve más débil. Así que olvídate de él. No hay cabida para los sentimientos entre nosotros.
Domynic no tuvo siquiera oportunidad de reaccionar cuando Raven se abalanzó sobre él y pegó sus labios a los de él. Sus labios eran cálidos y suaves y el muchacho no pudo resistirse a ellos. Ambos se fundieron en un beso donde cada uno se entregaba al otro sin decir absolutamente nada. Domynic la besaba con tanta desesperación como si hubiese querido hacerlo desde hacía tiempo. Sus manos se habían adaptado al cuello de Raven y no la soltaban. No podía. No quería. Pero de repente, las manos de Raven lo tomaron del antebrazo y lo obligaron a apartarse de ella.
- el amor no es lo único que te vuelve débil, Domynic. Las mentiras también. Y tus palabras pueden mentir pero tus labios no lo hacen. Así que, mejor piensa lo que vas a decir antes de soltarlo al aire...
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Mitades Perfectas: Condena [COMPLETA]
VampirePrimer libro de la bilogía Mitades Perfectas. Raven Anderson sueña con ser una diseñadora exitosa y tener una vida normal. Pero por sobre todo, sueña con encontrar a alguien con quien compartir su vida. Pero tras varios fracasos en su vida amorosa...