capitulo 16

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Descansaron hasta la mañana siguiente. Raven abrió los ojos y miro hacia el otro lado de la habitación donde se encontró con Domynic. Estaba dormido en el suelo. Su cabeza apoyada contra la pared de concreto, sus brazos a los lados. La muchacha no quería despertarlo. Había una paz que acompañaba al joven cuando dormía, que Raven optó por no interrumpir. Entonces decidió salir.

Estaba hambrienta. Cuando se asomó a la puerta se encontró con un arbusto con unos frutos rojos a unos pocos metros de la entrada. Se acercó a él y recogió algunos frutos. Luego ingresó en la cabaña nuevamente y colocó los frutos en un bowl que encontró en un viejo mueble. Se sentó en la mesa para comer y se puso a pensar en todo su pasado. Desde sus padres, hasta sus ex novios. Se quedó pensando en su primer novio, Samuel, quien le había dicho lo mismo que Christian sobre su cuerpo.

Raven se levantó para dejar el bowl vacío en su lugar mientras seguía recordando lo que había sucedido esa noche con Samuel. Entonces toda la secuencia pasó delante de sus ojos: ella buscando su mirada, él de espaldas, sin mirarla, tomando sus cosas antes de salir por la puerta. Entonces el bowl se resbaló de sus manos y cayó al suelo haciendose añicos.

El ruido del golpe hizo que Domynic se despertara repentinamente. Al no ver a Raven en la cama, se preocupó. Cuando se asomó por la puerta del comedor, la encontró arrodillada en el suelo, recogiendo un montón de pedazos de vidrio roto. Cuando Domymic se acercó y se dio cuenta que la muchacha tenía algunos cortes en las piernas y en la palma de la mano con la que estaba levantando las piezas rotas. Se agachó a su lado.

-déjalo. Te estás lastimando con los vidrios - su mano tomó la de Raven y se la apartó de los trozos irregulares. La sangre brotaba de sus heridas y Domynic no pudo evitar sentirse tentado a probarla. Pero apartó sus pensamientos cuando la mirada de Raven se enfocó en su rostro - ven, te limpiaré los cortes.

Domynic la condujo al baño y le indicó a Raven que se sentara en el borde de la bañera. El joven tomó la toalla y se dió cuenta que estaba demasiado sucia como para usarla. Entonces decidió cortar parte de su remera para limpiarle las heridas a Raven. Mojó la tela con agua de la canilla y a continuación pasó la tela por la pierna de Raven. Aunque no era su verdadera intención, Domynic estaba acariciando a la joven, y le gustaba hacerlo. Cuando terminó de curarle las heridas, de las piernas y las manos, la ayudó a levantarse y se dispuso a salir por la puerta y esperarla afuera.

-gracias - Raven tomó al joven por el hombro.

- no me agradezcas. No soy tan desalmado como dejarte ahí lastimada - Raven asintió con la cabeza pensando en Samuel. Él si la había dejado sola y lastimada. Domynic lo dudó unos instantes pero luego añadió - y lamento haberte tratado mal antes.

A Raven le sorprendió oir eso. Le estaba pidiendo disculpas. Eso no se lo esperaba.

- no es tu culpa estar ligada a mí. Y de todos modos, ser tu mitad perfecta no sería, por lejos, lo peor de mi vida - Domynic le corrió un mechón de cabello a Raven y se lo colocó detrás de la oreja.

La muchacha esbozó una sonrisa al oir eso.

- creo que prefiero esta versión tuya más...

-¿amable?

-iba a decir dulce - Raven se sonrojó al soltar la última palabra.

Domynic le sonrió. De pronto empezó a sentir nuevamente esa necesidad de acortar la distancia que había entre ambos y unir sus labios. Antes de que el deseo se intensifique, Domynic decidió retroceder y alejarse de ella. Sería amable pero no amoroso. No volvería a besarla. Al menos no por el momento. Entonces, una nueva sensación apareció: el hambre. Su estómago rugió captando la atención de la muchacha.

Mitades Perfectas: Condena [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora