Capítulo 24:
-¿Y que hay de tí? -El muchacho la miró con curiosidad- ¿Alguna vez has amado a alguien?
Raven se quedó en silencio unos instantes. Había creido amar a todos sus ex novios pero pensándolo mejor, se dio cuenta que no era así. Si había llegado a amar a alguien, ese era Christian. Pero no había amado a sus anteriores parejas. Sólo sentía atracción o aprecio, pero nada más que eso.
-Podría decirse que sí - dijo tímidamente la muchacha. No estaba completamente convencida de lo que estaba diciendo. ¿Amaba realmente a Christian?
Domynic quería saber de quién se trataba. ¿Quién la había hecho sentir ese sentimiento tan profundo y ruín que es el amor? ¿Quién había puesto su mundo de cabeza de tal forma? ¿Quién la había hecho caer rendida a sus pies? ¿Quién era el dueño de ese corazón tan puro y noble que llevaba la muchacha en el pecho? Posibles respuestas corrían a mil por hora en su mente hasta que una se estancó. Su último novio pensó enseguida.
-es tu último novio ¿verdad? - ambos se miraron unos instantes. Raven se quedó callada abrumada por las imágenes de Christian que se le paseaban por la mente - dime que no amas a ese imbécil que te abandonó por tu cuerpo...
-El amor no es racional, Domynic.
-Sí, pero él te lastimó... te trató como si fueras algo desechable en lugar de una persona de carne y hueso.
-¿Crees que no recuerdo lo que me dijo? ¡Lo tengo perfectamente grabado en la mente! - la muchacha se acomodó el cabello hacia un lado mientras seguían caminando. Los recuerdos de esa noche se le aparecieron una y otra vez - pero también tengo grabados los momentos en los que me hizo sentir como si fuera lo único que importaba en su mundo.
Y es que así es el amor. Hay altibajos; momentos de total euforia y enamoramiento interrumpidos por otros cargados de dolor y nostalgia. Tal vez el amor no es un estado continuo sino una imperfecta conjunción de momentos efímeros que, al proyectarlos unidos, parecen formar una película de felicidad ininterrumpida.
-¿Y esos momentos compensan todo el dolor que te causó después? - recriminó Domynic, insistiendo con su misma postura.
-No lo entiendes porque nunca has amado a alguien.
Raven cerró los ojos y se recostó contra el tronco de un árbol para descansar un poco. Domynic se acercó hacia donde estaba la joven.
-Cuando amas a alguien, no te importa ser destruido por esa persona - Raven se pasó la mano por el cabello y miró al muchacho mientras hablaba - el amor es como un juego de azar, Domynic. Sabes que existen miles de posibilidades de que salgas perdiendo o lastimado, pero aún así lo intentas.
-según lo veo, eso más bien es masoquismo.
Raven se rió por el comentario del joven vampiro.
-¿y quien dijo que el amor no tenía un componente masoquista?
Tal vez Raven tenía razón. El amor no es puro cuento de hadas color de rosa. También tiene una faceta menos agradable, más oscura y dolorosa. Es un sentimiento, algo intangible, y aún así es muy similar a las personas. Como Raven y Domynic, el amor tiene una faceta linda, digna de la adoración de otros pero también tiene un costado más profundo, oscuro y que nadie quisiera conocer.
Y aún así, todos quieren experimentar alguna vez en su vida el amor - pensó Domynic - Millones de criaturas adoran ese sentimiento. ¿Y si, como sucede con el amor, alguien puede llegar a quererme pese a la oscuridad que guarda mi alma?
-Tal vez tengas razón -reconoció el joven vampiro.
Ambos se miraron a los ojos unos instantes. Domynic bajó la vista a los labios de Raven, tentado a besarla de nuevo; como si tenerla cerca generara un magnetismo entre ellos, uno que lo impulsaba a tomar esos delicados labios rosados entre los suyos y así sumergir a la muchacha en un apasionado beso.
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Mitades Perfectas: Condena [COMPLETA]
VampirPrimer libro de la bilogía Mitades Perfectas. Raven Anderson sueña con ser una diseñadora exitosa y tener una vida normal. Pero por sobre todo, sueña con encontrar a alguien con quien compartir su vida. Pero tras varios fracasos en su vida amorosa...