Raven se apartó del abrazo y salió corriendo de la casa. De repente, sintió que el mundo se le venía abajo otra vez. Domynic abrió los ojos, se levantó y se apresuró por seguirla.
-Raven, espera.
Cuando salió de la casa, le preocupó ver que Raven no estaba por ningún lado. Revisó todo el perímetro de la casa. Raven se había ido.
- Raven, ¡regresa! - gritó pero no recibió respuesta alguna.
Domymic comenzó a preocuparse. No sabía en qué dirección habia caminado la muchacha para poder seguirla.
No, no, no. ¿adónde fue?
-¡Raven! - volvió a gritar - ¡Raven!
Pero nadie le contestaba. Domynic sintió como su corazón latía más y más fuerte a cada instante. Temía por Raven. Por un momento deseó tener el olfato de un licántropo para poder seguirle el rastro. No sabía para donde ir. Pero tampoco podía quedarse ahí parado sin hacer nada, así que comenzó a correr para buscarla. Corrió y corrió hasta que un sollozo llamó su atención y entonces la vió. Estaba acurrucada entre las raíces levantadas de un árbol, llorando. Tenía la cabeza entre las rodillas y sus manos rodeándolas haciéndola parecer pequeña y fragil.
Domynic se acercó a la muchacha y se agachó a su lado. Puso una mano sobre su hombro y le hizo un pequeño mimo. Raven seguía con la cabeza escondida entre las piernas llorando. Cuando Domynic intentó abrazarla, entonces reaccionó y se apartó.
-no - el muchacho se quedó quieto al escucharla con la voz quebrada - no sabes todo lo que provocas en mí cada vez que me tocas, Domynic. Y para tí, no significa nada porque amas a otra persona - la confesión de Raven lo dejó sin palabras. A él también le provocaba sensaciones desconocidas en el cuerpo el simple roce con ella. Las cosas no eran como Raven pensaba. Él también sentía cosas por ella aunque intentaba reprimirlas - no soy tan fuerte como para soportarlo.
Domynic guardó silencio. Raven tenía razón. Sus idas y vueltas, su contante pasaje del rechazo al amor, le estaba haciendo más daño que cualquier otra cosa. Él debía definir lo que sentía, debía tomar una decisión.
-sólo quiero acabar con todo esto... encontrar esa maldita caja y que cada uno siga su propio camino. - las lágrimas de Raven bajaban desconsoladamente por sus mejillas. Estaba resignada a que debía dejar de intentar encontrar a una persona que quisiera estar con ella. Domynic, su única esperanza, ya estaba perdida - hasta entonces, por favor mantente lo más alejado posible de mí.
Domynic comprendió al instante y asintió.
-te lo prometo - las lágrimas de Raven le estaban perforando el alma. Le dolía verla llorar - pero por favor no vuelvas a escaparte como hoy. Podría haberte pasado algo.
...
Cuando llegaron de vuelta a la cabaña, Raven se acostó en la cama y Domynic se quedó en la entrada contemplando el horizonte mientras el sol se escondía. Estaba pensando en las palabras de Raven. 《Que cada una siga su propio camino》 Domynic tenía la imagen de Raven llorando en la cabeza y no podía deshacerse de ella.No puedo seguir lastimándola. No es justo para ella - pensó el muchacho intentando decidir que hacer.
Domynic ingresó a la cabaña y encontró a Raven dormida. Se acercó a ella y se quedó contemplándola. Raven era hermosa. Muy hermosa. Viéndola allí, Domymic recordó cuando la besó; lo bien que se sentía besarla. Una parte de él quería despertarla, acostarse a su lado y besarla para siempre. Pero por otro lado, sabía que no debía sentir cosas por ella. Tenía una guerra interna con él mismo.
Le dió un golpe seco a la pared de la cabaña. Estaba enojado consigo mismo. Salió de la cabaña para no despertar a Raven y comenzó a pegarle al tronco de un árbol. Comenzó a llorar de la impotencia que tenía. No podía aceptar lo que le estaba sucediendo.
Su mano estaba bastante lastimada después de tantos golpes. Tenía pequeños cortes alrededor de toda la palma y los nudillos estaban muy colorados. Pero no le importaba. Se terminó sentando con la espalda contra el árbol bajo la tenue luz de la luna.
¿¡por qué!? ¿¡por qué tiene que ser todo tan complicado!? Se supone que debo matarla...
《no sabes todo lo que provocas en mí cada vez que me tocas, Domynic. Y para tí, no significa nada porque amas a otra persona》. Las palabras de Raven se arremolinaban en su mente.
Tu también provocas miles de sensaciones en mí. Y maldita sea, me gusta lo que siento. Me gusta cómo mi corazón se acelera cuando estoy cerca de tí, cómo me recorre una corriente por todo el cuerpo cuando te toco, cómo no puedo soltarte cuando te beso. Me gusta y me aterra a la vez. ¿cómo es que una humana puede tener tanto control sobre mí sin yo poder hacer algo al respecto? Me da miedo. Y me da miedo entregarme a tí, Raven Anderson. Me da miedo mostrarte cómo soy realmente y me da miedo tu reacción sobre lo que soy. Me impide entregarme a tí. Me cuesta tanto decirte lo que siento, porque es más fácil escudarme detrás de un maldito muro de puras mentiras y caretas.
Domynic ingresó nuevamente en la cabaña con la mano ensangrentada y el rostro teñido de un rojo intenso después de haber llorado, sólo para encontrarse que Raven se había despertado. Los ojos de la muchacha lo observaron de arriba a abajo y luego buscó su mirada. Domynic bajó la vista esquivando la mirada de Raven y se sentó en el suelo.
- no necesito tu compasión - sentenció al notar que Raven seguía observándolo, ahora con la intención de ir a su lado a ayudarlo - he sufrido heridas más graves en mi vida...
-descuida. Ya sé que no me necesitas - la muchacha se acomodó en el colchón dándole la espalda a Domynic - y tampoco necesito que lo hagas...
Domynic sintió como su estómago se revolvía. De algún modo, algo en Raven había terminado de quebrarse y se llevó consigo el amor que ella sentía por él. Y por algún extraño motivo, a Domynic le dolió saber que él mismo había terminado de alejar a la única persona que podía darle aquello que le había faltado toda su vida: amor verdadero.
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Mitades Perfectas: Condena [COMPLETA]
VampiroPrimer libro de la bilogía Mitades Perfectas. Raven Anderson sueña con ser una diseñadora exitosa y tener una vida normal. Pero por sobre todo, sueña con encontrar a alguien con quien compartir su vida. Pero tras varios fracasos en su vida amorosa...