"Paranoia"

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Con los auriculares al máximo volumen, me preguntaba si eso causaba algún daño. Obviamente sí, idiota.-habló la pequeña vocecilla que se encontraba en mi cabeza y que sólo salía para joderme la vida. De hecho creo que era su actividad favorita. Estaba en el autobús que me llevaba a mi casa, eran más de las 11:00 p.m., no estaba tan acostumbrada a llegar a altas horas a casa.

Pero la librería más cercana de casa estaba a unos 50 kilómetros, me encantaba ir a ella, no había nadie quien perturbara mi estadía ahí.

-¿Vas a bajar aquí? -me dijo el conductor del autobús.

-Sí.

Era la última parada y me apetecía caminar un poco hasta llegar a mi casa, de vez en cuando podía convencer al conductor para que me llevara unos metros más cerca de mi casa.

Bajé y el viento tocó la piel descubierta que dejaba mi vestido, erizándola; el autobús a mi espalda arrancó dejándome sóla en la gran calle oscura. La música que sonaba a alto volumen podía ser escuchada por quien fuera.

Me quedaban al menos unos 800 metros para poder ver el auto de mi padre. Y algo detrás de mí se cayó.

No volteé, pero aceleré el paso.

Pasos. Se escuchaban cerca de mí e incluso podía sentir el calor.

Me quitaron el auricular y me dijeron al oído...

-Boo -susurró.

-¡Hijo de puta! -suspiré con alivio- Maslow me has asustado, te juro que casi me da un ataque.

-Lo siento, te vi sola y me dije que podía divertirme un rato. -con una sonrisa de lado se acercó a mí y plantó un casto beso en mis labios- Además mi novia no puede salir sola a altas horas de la noche.

Solté una carcajada, y puse mis brazos alrededor de su cuello, para darle otro beso. Tenía los ojos cerrados y al abrirlos, logré ver una melena rubia desaparecer en las sombras de la noche.

-¡Hey viste eso! -le susurré a James en su oído para no ser descubiertos.

-¿Por qué susurras? -se volteó deshaciendo nuestro abrazo- No, no lo ví.

-Debió ser mi imaginación. -sentencié- ¿Has traido el auto?

-No, sólo venía de tu casa y tus padres me dijeron que no estabas.

-Fui a la biblioteca.

-Bien... -dijo y tomó mi mano- te dejaré en tu casa y me regresaré.

-Bien.

Caminamos a mi casa y al llegar a ella, James me dio un gran beso y se fue. Me encantaba él, pero la melena rubia no salía de mi cabeza. Aún así traté de olvidarla. Y dormí con la sensación de que alguien podía observarme.

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Primer capítulo.

Pasense por mi perfil y lean mi otra novela es con el Francis <3

Se llama "Una razón para seguir viviendo"

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HASTA EL PRÓXIMO

Perfecta Obsesión |Kendall Schmidt|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora