"Todo está bien, yo estaré aquí siempre..." (Kendall)

2.2K 122 21
                                    

Cuando llegó a la habitación supo que algo estaba mal. Lo sintió cuando abrió la puerta lentamente y ____ no estaba.

- ¡Maldición! -ladró Kendall.

Pero no había rastro de ella por ningún lugar, las ventanas no estaban abiertas. Y estaban en el segundo piso de la casa.

De repente algo cayó en el baño.

Entro en el, la angustia y tristeza se adueñaron de la expresión en su cara.

- ¡NO! -gritó tomando el pequeño bote vacio en sus manos y leyendo lo que contenía.

Arrojó el bote por algún lugar de la habitación, tomó a ____ en sus brazos, acunándola y diciendo frases lindas  cerca de su oído, la llevó a la bañera, todavía no estaba llena.

Se metió con ella y por reflejo reaccionó con rápidez. Metió sus dedos en la boca de su pequeña, hasta tocar su garganta, ella tuvo una arcada, sin embargo no vomitó las pastillas.

- Vamos, nena, no mueras en este momento, te necesito. -una oleada de adrenalina corrió por su cuerpo.

Sus ojos se llenaron de lágrimas e hizo lo mismo de nuevo.

No dejaría que muriera, ella debería estar bien. Bien, con él. Bien, para siempre.

La chica vomitó hasta la última píldora de antideprecivos. Se giró y comenzó a llorar en su pecho. Era el acto más tierno que ella le había demostrado, y él sabía acerca de eso.

- Me haz dado un susto de muerte, mon petit chou. Nunca lo vuelvas a hacer. -sus palabras parecieron hacerla reaccionar y de inmediato se separó de él.

Le miró incredulamente y quizó salir fuera de la bañera, no iba a dejar que se lastimara, pero no quería apresurarse y hacer que volviera a reaccionar de una manera inadecuada.

Su cabello castaño claro estaba manchado por el vómito, debía bañarla, eso les uniría más de lo que ya estaban, pero antes debía quitarle la ropa sucia que llevaba puesta.

- Quítate la ropa. -le ordenó.

Sus ojos castaños lo miraron, incrédula. Nunca antes le había dado una orden a ella, ni siquiera como su profesor, pero ahora... en este preciso instante era su amante.

- ¿Éstas demente? -su voz comenzaba a tener un tono elevado.

Le miró el cuerpo. Ella estaba de pie, fuera de la bañera, el vestido de seda se le pegaba al cuerpo, tenía los pezones tensos, e incluso sintió como podía saborearlos entre sus labios. Dulces y suaves, como siempre los había soñado, ella debajo de él, mientras juntos culminaban en un mar de sensaciones que les daba a los dos el placer necesario.

- Tal vez... -bajo la voz, volviéndola sensual y cálida- Pero ahora estás conmigo, y me perteneces.

Dejó que su mirada verde, la envolviera, tensando aún más la tela que cubria sus pechos. Ella lo miró indignada, su alumna favorita solía ser un poco testaruda, pero siempre terminaba cediendo cuando la tocaba. La conocía como la palma de su mano, y ahora que la tenía no la dejaría ir.

- ¡No le pertenezco a nadie, mucho menos a tí, Kendall! -le gritó mientras intentaba llegar a la puerta.

Reaccionó rápido esta vez, moviendo sus ágiles músculos para lograr acorralarla entre la puerta. Aún estaba tambaleante y él aún podía saborear su nombre saliendo de sus rosados labios.

Deslizo una de sus rodillas por entre sus piernas.

- Primera regla, mon petit chou, eres mía. -le dijo tomando su cabello y ladeando su cabeza para poder besarlo, chuparlo y morderlo.

Frotó su rodilla contra su punto y ella se retorció ligeramente, podía, incluso con pantalones, sentir que estaba mojada.

- ¿Necesita algo más, Schmidt? -podía oír la excitación en su voz. Sonrió.

Aprovecharía eso todo lo que pudiese. Una pequeña carcajada ronca salió de su boca y mirándola con sus ojos verdes le respondió:

- Necesito que tu ropa este fuera de tu cuerpo ahora mismo. -frotó más, mientras deslizaba los tirantes del vestido.

Ella, presa de su excitación, dejó llevarse, era la primera vez que un hombre la hacía sentir de esa forma.

Cuando hubo terminado con el vestido, siguió frotando, llevandola consigo a la bañera ahora limpia y con agua caliente.

- No te haré el amor aquí, mon petit chou, pero me aseguraré de que pase pronto. -le sobó el trasero y ella instantáneamente siguió su orden.

Siguió todo el proceso que un baño debe tener, le lavó el cabello con tranquilidad, enjabonó su cuerpo estimulando más ciertas partes, que otras y disfrutando de los dulces ronroneos que salían de la boca de ella.

- ¿Estás bien? -le preguntó.

La pregunta cubrió sus ojos marrones. Pero no respondió.

- Estoy aquí, yo siempre estaré. Para lo que necesites.

Su mirada triste bajó al agua.

- Entonces... déjame ir.

A él le dolió eso, fue como una flecha disparada directo a su corazón para poder sacarselo. Nunca pensó que diría eso.
Mirandola y tomandole la barbilla lo suficientemente fuerte volteó su cara para que lo mirara.

- Nunca.

Fue su última palabra antes de salir de ahí, ella podía terminar su baño sola.

¤~¤~¤~¤~¤~¤~¤~¤~¤~¤~¤~¤~¤~¤~¤~¤~¤

Hi babes! ♡♥

Okay, tengo una nueva novela... ¡oh tía pero es que tienes muchas novelas y nunca actualizas!... lo siento pero estuve hnansnamakakan.

Se llama "Dear Future Husband" es con Kendall.

Pasense.

P.d: ¡PRONTO HABRÁ TRAILER! /(^-^)/

Las amo xx, Denn.

Perfecta Obsesión |Kendall Schmidt|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora