7. Caza

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Si Chloe pensaba que yo iba a saludarla, estaba muy equivocada. Reprimiendo la mueca que estaba deseando esbozar, observé su diminuto vestido negro y sus altos tacones, con los que igualaba en altura a Logan, al que parecía seguir a todas partes. Como la conocía desde hacía años, pude intuir que le había costado mucho esconder las ojeras, aunque llevaba kilos y kilos de maquillaje.

Solo por lo que dijo, deseé que su insomnio se debiera a su culpabilidad.

Tras unos segundos demasiado largos, Logan debió darse cuenta de que nosotras no íbamos a interactuar, por lo que volvió a hablar, sin perder su sonrisa.

-Bueno, bebed y comed lo que queráis, divertíos, esta es vuestra casa. La segunda planta está cerrada al público, pero por ser vosotros os dejaré subir-guiñó un ojo antes de coger a Chloe del brazo y marcharse.

Hunter esperó un poco a que salieran de nuestro campo de visión antes de cogerme de la cintura y empujarme levemente alrededor de la pista improvisada que habían formado los que ya estaban borrachos.

-Ven, vamos a tomar un trago, creo que no te vendría mal-me dijo.

-¿Quieres emborracharme? ¿Para luego dejarme tirada en la cuneta, quizás?

Lo dije en tono de burla, pero por mi espalda sentí un sudor frío y no pude evitar dirigir mi mano derecha hacia el bolso, donde tenía la navaja. Hunter puso los ojos en blanco y bufó.

-No soy de esos, ¿sabes?

-Más te vale-mascullé, pensando que, si mentía, tenía la navaja cerca. Era muy poco probable que mintiese, pero aún así.

Hunter se movió entre la gente con naturalidad, sin molestarse en pedir permiso para pasar entre el que fuera y hasta dando codazos a algunos chavales para que nos dejaran pasar. Al otro lado de la multitud nos encontramos con una encimera que separaba la cocina con el salón, aunque sospechaba que la casa tenía más de una cocina.

Desgraciadamente, la encimera tampoco estaba desierta, así que tuvimos que empujar a más gente hasta llegar a la propia cocina, donde Hunter abrió la nevera, casi vacía ya, y cogió una cerveza. Cuando me tendió otra, yo negué con la cabeza.

-No me gusta la cerveza-expliqué.

Hunter hizo un gesto de sorpresa pero volvió a dejarla en su sitio. Entonces, cacharreando por la cocina, encontró una botella de ron, pero cuando fue a abrirla, masculló algo por lo bajo, negando con la cabeza, y volvió a dejarla en su sitio.

-¿Qué pasa?

-Ya estaba abierta. Y no voy a arriesgarme a que haya algo más que ron ahí dentro y dártelo, bombón-chasqueó la lengua y siguió buscando.

Evidentemente, Logan contaba con muchas botellas, por lo que a Hunter no le resultó difícil encontrar otra.

-¿Ron Cola?

-Sea-acepté yo, encogiéndome de hombros y mirando cómo lo preparaba. Prestando mucha atención a la cantidad que ponía de cada cosa, finalmente Hunter me tendió la bebida en un vaso rojo.

-Vámonos fuera, aquí hace demasiado calor-propuso él, ya caminando hacia el exterior.

Era cierto que yo había empezado a sudar ya bajo la blusa. Los pantalones largos, aunque era de noche, daban demasiado calor, pero debía aguantarme para esconder las heridas. Una vez que estuvimos en la terraza, y pude respirar aire fresco, noté que Hunter me recorría con la mirada.

-¿Por qué no te has puesto algo más fresco?-frunció el ceño, mientras yo inconscientemente me abanicaba con la mano buena. No me atrevía a mover mucho el otro codo, aunque estaba curado de sobra.

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