Capítulo 7

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Abro los ojos y miro la ventana que tengo al frente. Hoy es sábado entonces no hay trabajo, no hay escuela, y no hay Hans. Con una inmensa alegría me levanto, me doy un baño, me visto y preparo unos deliciosos huevos estrellados con tortilla y jamón abajo.

Desayuno, lavo mis trastes y luego me siento en uno de mis sillones. Podría salir a comprar ropa o simplemente a dar la vuelta...

Alguien interrumpe mis pensamientos cuando toca la puerta. Decido ignorarlo y sigo pensando en qué podría hacer, pero insiste. Con mucha flojera, me levanto y abro. Es Hans.

-¿Qué harás hoy?-, me pregunta.

-Hola y no haré nada. Adiós-, le respondo cerrando la puerta, pero pone el pie, empuja la puerta y entra. Me quedo paralizada. ¿Se siente en su casa o qué?

-Tus muebles se ven mejor estando aquí-, expresa Hans viendo mis muebles.

-Gracias-, digo entre dientes mientras cierro la puerta. 

-¿Entonces no harás nada?-, interroga retomando el tema inicial.

-No-, contesto firmemente. No quiero que me acompañe.

-Bien, entonces ¿qué propones que hagamos?-, inquiere mirándome fijamente.

-Nada. Mejor tú ve a tu casa, yo me quedo en la mía y todo estará bien-, le digo.

-Qué antisocial eres-, se queja.

-La verdad, no quiero tu compañía-, expreso cruzándome de brazos.

-¿Por qué?-

-Porque solo me quieres coger-

-Ahorita no...bueno, sí;  pero al principio te pregunté qué harías y me dijiste que nada...entonces no necesariamente hablaba de sexo al inicio-

Touché

-Bien...quiero ir por un helado-, anuncio.

-Te acompaño-, dice acercándose a mí y me extiende la mano. Lo ignoro y salgo de mi departamento. Con él detrás, me subo al elevador y antes de poder seleccionar el último piso, Hans presiona el botón para ir al sótano.

-Vamos en mi auto-, aclara.

-¿Y exactamente a dónde?-

-Vamos a la plaza que está en San Mateo...por la Fes Acatlán-, me dice algo dudoso.

Ubico el lugar y aunque no me gusta mucho, no me opongo.

El ambiente se siente tenso...pero es una tensión sexual. Las imágenes de lo que pasó ayer me vienen a la mente y me prenden, pero sacudo la cabeza intentado hacer a un lado esos pensamientos.

-Como que hace calor, ¿no?-,expresa Hans. Supongo que él está en una situación parecida a la mía, pero prefiero no hacer caso.

Las puertas del elevador se abren y ambos salimos al estacionamiento dirigiéndonos al Mazda 3.

El viaje nuevamente lo hacemos en silencio. Miro a mi alrededor y está tranquilo el tránsito a pesar de ser sábado.

Llegando a la plaza, Hans estaciona su coche y nos bajamos. Caminamos en silencio y entramos al lugar. Hay demasiada gente adentro. No está a reventar el lugar, pero si hay gente. Busco la heladería y pido un helado de galleta oreo combinado con helado de chispas. Hans pide uno de limón. Nos los entregan, y Hans se me adelanta pagando ambos helados. Ahora me siento en deuda. Buscamos una banca donde sentarnos y empezamos a comer.

-Eres una persona dulce-, dice de repente.

-¿Por qué lo dices?-

-Tu helado es de dulce-, expresa señalando mi helado.

-Bueno, si juzgamos a la gente por el tipo de helado que come, tú eres ácido-, puntualizo apuntando a su helado de limón.

-No del todo...¿pero entonces acerté? -

-Mmmmm...puede-, me quedo pensativa.

-Entonces no eres dulce-

-Muy poco-

-Vaya...ok, dejemos de lado eso...cuéntame tus pecados-, solicita mientras se acomoda en la banca. Lo medito: apenas nos conocemos y no sé si me juzgue por lo que le cuente. Pues no debería juzgarme porque su trabajo no es santo entonces...lo que hice en el pasado no es tan malo como su trabajo, creo.

-¿Específicamente qué quieres saber?-, le pregunto.

-Las travesuras sexuales que has hecho-, dice casual. Ok...haber qué pasa.

-Pues recuerdo una en una fiesta...-

Flashback

Son las dos y media de la mañana y apenas si logré alejar a Gerardo de mí. En serio detesté que intentara besarme, es decir, está feo. Todavía Saúl, que lo besé por un reto, está guapo; pero Gerardo no. Lo sé, soy una selectiva.

Hablando de Saúl, noto que me mira. Me sonrojo pero intento no verlo. De reojo veo que se levanta y se acerca a mí.

-¿Por qué tan solita?-, me interroga con su voz ronca.

-Pues no sé...alejé a Gerardo-, respondo tímida.

-¿Por?-

-Intentó besarme-, me quejo.

-¿Cómo? No te escuché por la música-, dice acercando su oído a mi boca.

-Que intentó besarme-, le susurro. 

-Ah ya. Y no te gustó, ¿verdad?-

-No-

-¿Y el beso que yo te di?-, inquiere haciendo que me sonroje.

-Sí-, le confieso. Creo que es el efecto de la cerveza.

Se acerca a mí y me besa. Le correspondo a su beso y pongo mis brazos sobre sus hombros, mientras que él pone sus manos en mi cintura. Seguimos besándonos y después de no sé cuánto tiempo, baja una de sus manos a mi entrepierna. Se detiene esperando que le de permiso. Asiento con la cabeza y él mete su mano a mis bragas y frota mi parte íntima. Empiezo a gemir. Es increíble porque estoy a mitad de una fiesta y Saúl me está haciendo un manual o handjob (como me dijo un amigo). Así seguimos por un buen rato hasta que mi celular suena...

Fin del flashback

-Lo malo de eso fue que al día siguiente me dolía ahí-, termino de contarle esa experiencia a Hans haciendo énfasis en "ahí".

-Imagino. ¿Qué más? -, pregunta como niño chiquito.

-Pues...nada más-, le digo haciendo memoria

-¿Es en serio?-, interroga con incredulidad.

-En serio-, replico con seguridad.

-Vaya...pues creo que es poco, pero me da gusto que no hayas hecho otra cosa-

-Sí, mira quién habla-, lo acuso alzando una ceja 

-Hey-, se queja simulando que está ofendido, -de todos modos, todos tenemos cola que nos pisen...por ejemplo, yo le hice un oral a una chica...y no me gustó-, declara haciendo una mueca que me causa algo de risa.

-¿Qué? Eso es algo increíble de escuchar proviniendo de ti, "príncipe del sexo"-, manifiesto con diversión.

-¿Así me ves?-, cuestiona divertido.

-Algo así-, contesto encogiéndome de hombros.

-Tengo que modificar unas cuantas cosas de tu concepto sobre mí-, determina terminándose su helado. Suelto una pequeña risa mientras continúo comiendo el mío.

ProvocaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora