Capítulo 29

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Flashback 3

Tomo aire y le abro. Entra sin esperar ninguna invitación. 

-Traigo un juguete que te va a gustar mucho-, anuncia con una sonrisa malévola. Veo una bolsa que trae consigo, y de ella saca lo que parece ser un consolador. 

Eso no, por favor.

-¿Qué haremos con eso?-, le pregunto sin ocultar mi miedo.

-¿Tú qué crees? Ponte en cuatro encima del sillón-, me ordena. 

Me tardo en moverme. No dudo en que traiga su cuchillo. Supongo que eso hace que lo obedezca. Pongo mis rodillas donde se sienta uno y recargo mis brazos en la cabecera. Supongo que eso servirá.

Baja mi pantalón y mi pantaleta. Un escalofrío recorre mi cuerpo. Pasa sus manos por mi trasero y le da de nalgadas. Unas más duras que otras. Luego, jala un poco mi cadera de modo que mi trasero queda casi al aire. Mi respiración es entrecortada. Siento algo duro en la entrada de mi ano. Jamás me habían metido nada por detrás. Respiro profundamente justo antes de que Fragoso meta lo que supongo es el consolador en mi ano. Suelto un grito, más parecido a un gemido por la sensación y la sorpresa. Lo saca y lo vuelve a meter. Esas acciones generan que gima. Lo deja dentro y luego escucho su cierre. Siento algo duro en la entrada de mi vagina. Sin más rodeos, entra en mi interior. Sentir dos cosas dentro de mi ano y mi vagina, es totalmente nuevo, doloroso, pero al mismo tiempo excitante. 

Intento no gemir, pero mis gemidos son intensos. Me castigo mentalmente por hacer ruido, porque siento que al hacerlo, lo estoy disfrutando...y se supone que no debería de disfrutarlo...al menos no con Fragoso. Seguimos así un buen rato. Intento no llegar a mi orgasmo tan rápido, pero me es difícil. Para mi fortuna, cuando yo me corro, Fragoso también. 

Terminamos y hace lo mismo de siempre: se sube su cierre y se larga. Me trata como su maldito objeto sexual. Perro.

Fin del flashback 3

Flashback 4

Unos golpes en la puerta me despiertan. Creo que sé quién es, pero es domingo y estoy agotada. Hoy no quiero hacer nada con él.

Insiste. Trato de resistir, pero el miedo hace que me despierte totalmente. Si no le abro, se va a molestar conmigo y quién sabe qué cosas me hará. Aún dudando, me levanto, me arreglo y voy a la puerta para ver por la mirilla. Fragoso. Le abro y nuevamente entra sin esperar a que sea invitado. Cierro la puerta y voy a la sala, que es donde él toma asiento en uno de mis sillones.

-¿Estabas dormida?-, me pregunta con seriedad.

- Sí-, respondo intentando no sonar molesta por haber sido despertada.

-Ya veo...ven-, me ordena.

Me acerco a él y me voltea de modo en que le estoy dando la espalda. Toma mis nalgas y las frota. Luego, prosigue a bajarme mi pantalón y mi pantaleta. Me jala de la cintura y quedo sentada encima de sus piernas desnudas. ¿En qué momento se bajó el pantalón? 

Me obliga a abrir las piernas mientras las suyas quedan en medio de las mías. Me levanta un poco y siento su pene erguido en mi vagina. Sin preámbulos, entra en mi.

-Cabalga-, demanda. Y así como lo hice la otra vez, empiezo a rebotar encima de él. Se excita y me penetra con más fuerza. Nuevamente me duele, pero intento no llorar. Sólo gimo, aunque no tengo mi orgasmo. Él sí. Sale de mi y repite lo mismo de los días anteriores.

Fin del flashback 4

-La siguiente vez fue...-

-El martes antes de irnos a Acapulco-

-Igual hubo otra ocasión estando en Acapulco, ¿no?-, me pregunta mientras toma notas.

-Sí-

Flashback 5

Llegamos a mi casa y en cuanto cierro la puerta, Fragoso me acerca a su cuerpo y me empieza a besar. Me dan náuseas, pero intento no vomitar encima de él.

Me quita mi ropa y luego él se baja el pantalón y su calzón, dejando a la vista su pene. Sé qué tengo que hacer, pero me da muchísimo asco. Lentamente, me hinco y quedo de frente a su sexo. Fragoso toma mi pelo y me acerca a su cuerpo.

-Abre la boca-, me ordena. Respiro profundamente. Haré esto con tal de ir con Hans.

Abro la boca y Fragoso me empuja hacia él. Sabe salado y tiene otro sabor que no sé describir que me provocan más náuseas de las que ya tengo. Lo saco de mi boca y me lamo los labios porque su pene está seco, y gran parte de mi saliva se quedó en él.

-Tómalo y has tu trabajo-, exige.

No es mi trabajo, idiota.

Ofendida, tomo su pene y lo chupo. Entre más hago esto, más asco me da su pene e incluso yo me doy asco. Él empieza a introducirlo más en mi boca. Llega un momento en el que nuevamente me toma del cabello y hace que meta aún más su pene en mi boca, a tal grado de que llega casi hasta mi garganta.

Asquerosa y casi literalmente me estoy atragantado con un pene. Seguimos así un largo rato hasta que tiene su orgasmo. Su semen prácticamente está en mi boca, y siento que escurre por mi barbilla, mi cuello y mi pecho. Me siento muy sucia y no me gusta.

Pasa sus manos por mis pechos, embarrando su líquido. Luego, hace que me levante y me recargue de frente a la pared. Enseguida, me penetra. Lo hace con tanta fuerza que nuevamente me duele, aunque extrañamente también me excita. Finalmente llegamos al orgasmo. Se sube su pantalón y se va.

Fin del flashback 5

Flashback 6

Me lleva a un cuarto y nos encerramos en él. Me desviste, me pone encima de una mesa y me penetra. Me aguanto las ganas de llorar. Ya no quiero hacer esto. Finalmente llega a su orgasmo, sale de mi y se va. Fue rápido, pero igual me siento mal por hacer esto.

Fin del flashback 6

-¿Hubo más veces?-, me pregunta el oficial.

-Sí. Las últimas veces fueron cuando regresamos de Acapulco, pero lo que hicimos fue parecido a lo anterior que ya le relaté-

-Señorita, voy a necesitar que me relate esas últimas veces. Es importante que diga todo lo que el señor Fragoso le hizo para tener más pruebas en su contra. Gracias a ustedes dos, más chicas se están animando a declarar en contra de él-, expone el policía animándome. 

Tomo aire y le cuento lo que ocurrió en la semana que volvimos de Acapulco...

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