Capítulo 26

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Lunes...
En la mañana estuve tranquila porque no vi a Fragoso, y con lo que hicimos ayer, fue algo desestresante.

Lo que me tomó por sorpresa fue cuando María anunció que nos quedaríamos un día más. Tuve que ir a comprar ropa en cuanto terminamos de trabajar.

Hoy fuimos a playa Majahua y nos quedamos todo el día allá, a pesar de que Hans repeló porque está cerca de Puerto Marques. Estuvo relajante el paseo. Nuevamente vimos el atardecer y luego regresamos al hotel. Decidimos salir a un antro donde bailamos y bebimos un rato. Finalmente volvimos al hotel.

-¿Y si nos organizamos para ir a Ixtapa Zihuatanejo?-, propone Bella.

-Me encantaría. ¿Qué opinas Hans?-, respondo enseguida. Me encanta Ixtapa Zihuatanejo aunque sólo he ido dos veces.

-Claro, yo las llevo. ¿Para cuándo?-, accede Hans sonriente.

-No me gustaría esperar mucho, pero...supongo que tendrá que ser hasta las vacaciones de verano-, dice Bella pensativa.

-Se pasará rápido, así que no te preocupes-, expresa Hans.

-Vamos a dormir-, propongo cuando entramos al cuarto.

-¿Y si quiero hacer otra cosa?-, interroga Hans en tono seductor.

-Hoy no. Estoy agotada-, replico dejándome caer en la cama.

-Ah, ahora resulta que cuando tú quieres, lo hacemos y cuando yo quiero, no. Así que chiste-, se queja.

-Exactamente-, respondo como niña chiquita.

-¿De verdad quieres?-, pregunta Bella. Ella no haría nada con él...¿o sí?

-Sólo un poco-, confiesa Hans acostándose a lado de mí.

-Qué lástima, porque yo no haré nada solamente contigo y Selena está cansada. Hasta mañana-, dice Bella apagando las luces para luego acostarse a lado de mí.

-Qué crueles son las dos-, manifiesta Hans fingiendo tono triste. Ambas reímos y luego nos quedamos en silencio...

Martes...

Hoy es nuestro último día, así que todos estamos apresurados en guardar nuestras cosas para que en cuanto terminen las grabaciones, nos de tiempo de ir a nadar. Afortunadamente, eso es lo que sucede. 

No me encontré con Fragoso, entonces eso me levantó el ánimo e hizo que disfrutara el tiempo que estuvimos jugando en la playa y nadando en la alberca. Finalmente, regresamos a nuestro cuarto para bañarnos y luego bajamos con todo y cosas para hacer el check out. Los del valet parking nos ayudaron a subir nuestras cosas, nos despedimos de Bella (porque ella se regresa en camión) y luego Hans arrancó el auto para regresar a México. A pesar de que tuve mi encuentro sólo una vez con Fragoso, no fue suficiente para que me arruinara éstas vacaciones. Fue algo genial que necesitaba desde hace tiempo.

En el camino platicamos, me dormí un momento y en cuanto me desperté, platicamos otro rato hasta que llegamos a la ciudad...bueno, a Lomas Verdes.

Desempacamos y nos despedimos, ya que ambos estamos cansados como para quedarnos a platicar o algo parecido. Además mañana hay que ir a trabajar. Todo volverá a la normalidad...

Sábado...

Ya han pasado unos cuantos días desde que regresamos de Acapulco. Mi estado de ánimo está por los suelos. Efectivamente, todo regresó a la normalidad incluyendo mis sesiones con Fragoso, a quien he estado viendo desde el miércoles hasta ayer, cobrando los días en que no hicimos nada. Eso es lo que me tiene mal. Ya no quiero hacer nada con él y quiero mandarlo a volar, pero me da miedo que me haga algo horrible.

Hoy decidí ir al súper a hacer unas compras y de paso fui a sacar mi credencial de elector. Digo, ya tengo 18 años entonces ya me corresponde tenerla.

Llego a mi casa en la noche y cuando el elevador del edificio se abre, me deja ver a una persona recargada en la puerta de mi departamento. Me acerco con cautela y veo que es Fragoso.

-Te estaba esperando. ¿A dónde fuiste?-, me pregunta de mal humor.

-Tengo vida propia. Fui a hacer unas compras-, le respondo de mala gana.

-No me respondas así o lo pagarás-, me amenaza.

-Hoy no quiero hacer nada. Ya me tomaste en toda la semana. Quiero descansar-, me atrevo a decirle.

-¿Estás segura?-, cuestiona mientras pone su mano en mi rostro y se acerca a mi cuello.

-Segura-, le contesto firmemente. 

Se separa de mí y me observa. Me asusta su mirada. No sé qué es lo que va a hacer.

-Bien-, dice enojado y se va.

Observo cuando entra al ascensor y se va. No puedo creer esto. Al fin me dejó libre...al menos por ahora...

Lunes...

-¡Corte!-, exclama el director.

-Ten cuidado en cómo me tratas. Si me dejas marcas, ya verás-, le advierte María a su compañero. Le tocó estar atada y recibir unos cuantos golpes por parte del otro actor. La verdad, sí fue algo agresivo de parte de él.

-Lo lamento. Me dejé llevar por el momento-, expresa encogiéndose de hombros.

María sale del cuarto molesta y la sigo. Hoy nos tocó ir a la casa en Santa Mónica. Entramos a una habitación y espero a que se vista mientras reviso algunos pendientes de su agenda. Sigo extrañada de que tiene todo ordenado y, aún así, me contrató para "ayudarle".

Me llega un mensaje:

"Te espero en el cuarto que está a lado del baño"

Es de Bella. Sin evitarlo, una sonrisa ilumina mi rostro. Ya conozco bien la casa, entonces sé dónde me espera. Cuando María me dice que me puedo retirar, salgo a paso veloz y voy a donde está Bella.

Abro la puerta y veo la espalda de alguien muy conocido para mí que está penetrando a alguien con fuerza. Ambas personas gimen pero una de ellas gime con dolor. Fragoso tiene su orgasmo y luego sale de la persona frente a él. Sólo logro ver un trasero con las nalgas rojas y el ano dilatado. Miro a Fragoso y se está abrochando su pantalón.

-Sigue diciéndome que no quieres-, anuncia y pasa a mi lado cerrando la puerta. 

La persona que ahora veo que está recargada sobre una mesa, se levanta y se queja. Conozco esa melena.

-¿Bella?-, pregunto temerosa. Me mira y las lágrimas salen de sus ojos. Tiene el rimel corrido y su rostro demuestra tristeza y dolor. No puedo evitar llorar.

-¿Por qué me hizo esto?-, cuestiona Bella con la voz quebrada.

-¡Lo lamento! ¡Le dije que no te tocara, pero el sábado me negué a hacerlo con él y ahora pagaste tú! ¡Perdóname Bella!-, digo entre sollozos mientras la abrazo.

-Espera, ¿lo has hecho con él?-, me interroga separándome de ella.

-Me ha obligado. No...he sabido cómo librarme de él...-, confieso entrecortadamente.

-¿Por qué no lo dijiste antes? ¡Maldita sea, Selena!-, exclama molesta, pero todavía llorando.

-Perdón-, digo en un susurro.

-Esto no se va a quedar así. Vámonos-, ordena Bella quien se pone su ropa, se medio arregla y me saca prácticamente corriendo de la casa...

ProvocaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora