18 | Lavanda

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Duff.🌪

Llego pronto a la Universidad, y aprovecho para sacar mi bajo y otros instrumentos del maletero.

—¡Veo que alguien está en su faceta artística! —Grita una voz alegre a la distancia, sacándome de mi ensimismamiento.

Reprimo una sonrisa al girar la cabeza y verla a unos metros de distancia. Su cabello rubio vuela y su blusa floreada también lo hace mientras pedalea en su bicicleta directa hacía mí. Tras de ella el amanecer está en pleno apogeo, el sol está emitiendo sus primeros rayos y me pongo a pensar que es tan brillante cómo parece serlo Willow en sí.

—¡No es una faceta, es un estilo de vida! —Respondo lo suficientemente alto para que me oiga, y al hacerlo ríe.
Saca los pies de los pedales al igual qué lo hacen los niños y los extiende hacía adelante mientras la bicicleta sigue en movimiento. Empieza hacer zig zag en medio de la calle y estoy agradecido de qué todavía no haya ningún coche aparcado, porque de alguna manera se lo llevaría por delante.

Ella reluce la velocidad y termina bajándose del asiento a unos escasos metros de mí. Comienza a caminar hacía donde estoy con la mochila colgado de su hombro izquierdo y ambas manos en el manubrio. Sonríe divertida, con ese brillo de albricia y buen humor que siempre parece tener.

—Te veo muy feliz, ¿qué te ha pasado? —Cuestiono con una sonrisa.

Ella toma una respiración y suelta una risita, alzo una ceja divertido y espero a qué me cuente qué le hace tanta gracia.

—Ayer vino a mi casa Beth —Suelta otta una risa— La cosa es qué mi hermano nos escucho hablando de algo sobre Sky y nos pregunto qué pasaba con ella —hace una pausa— Yo no sabía que decirle, pero Beth, le mintió para que no nos descubriera. Le dejo traumatizado de por vida —Concluye con una carcajada.

—Prefiero no saber lo que le dijo Connor —Río mientras me despeino el cabello.

Ambos reímos.

Luego, Willow se mordio en labio y puso un mechón detrás de su oreja.

—No hagas eso —Bufo.

Ella me mira confundida.

—¿Por qué?

—Me dan ganas de comerte la boca cómo un loco —Le digo y miro a ambos lados— ¿Un poco de discreción, no? —Bromeo.

Ella me miro roja cómo un tomate, reprimo una sonrisa y le guiño un ojo.

—Idiota —Me golpea el hombro juguetonamente y luego desvía la mirada detrás mía, su expresión cambia— Está Millie, ahí —Señala.

Giro mi cabeza y me encuentro con la chica, Millie me saluda con la mano y luego muerde su labio pícaramente.
Millie Coleman y yo nos conocemos desde hace tres años, seamos realistas, siempre ha querido algo conmigo más que amistad, pero yo nunca he sentido nada por ella. ¿Para que herirla? Una vez casi tenemos sexo por descuido, pero logré que no pasará. Ella es una belleza, ojos verdes y pelo café, piel bronceada y unas increíbles dotes. ¿Por qué no me enamoré de ella? Simplemente no funcionaría.

—¿Por qué crees que me importa Millie? —Inquiero, molesto.

Ella tarda en procesar una respuesta —Perdón, es que a veces veo cómo te mira y no sé...—Le corto.

—¿Piensas que le gusto? —Cuestiono.

—Sí.

Wow, su sinceridad me ha dejado asombrado.

—Nunca podría enamorarme de ella.

Veo que suspira aliviada, pero aún así sigue con sus preguntas.

Sweet like candy «Duff McKagan» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora