Willow.☀
No sé si eso me alivia, o no. Aunque teniendo en cuenta, Sky era una niña y qué su hijo viviera en el mundo de la mafia no le haría gracia.
—¿Por qué no le dijo al padre que esperaba un hijo?
—Eso deberías preguntárselo a ella.
—¿Me llevarás con mi hermana? —Pregunto emocionada.
—Tan sólo si ella me lo pide.
Asiento, dios mío, no podía creerlo.
—Hablando de lo de antes... Edik también tuvo que ver con eso. No quería hijos en su mafia. Seamos sinceros, Sky siempre fue famosilla en la ciudad de Los Ángeles, Edik un día vio una foto de ella y me pidió qué la investigará. Nos informamos de todo, hasta que iba a escaparse embarazada. Para suerte de Dunov, la chica busco refugio en Nevada y éste no tardó en traerla a Las Vegas. Sky nunca le hizo gracia, vivió sometida en ese mundo pero ella sigue siendo la misma, includo se convirtió en una guerrera. Al principio sentía algo por Edik, pero luego descubrió todo sobre él, su mundo abusivo en cocaína y qué, se ha follado a casi toda la mitad población femenina. Desde el principio, Dunov dijo qué solo la quería para satisfacerse con ella. Nunca la ha forzado a tener sexo, pero se ha pasado de la raya. Un día la encontré llorando en el jardín, Edik la ilusionaba y luego volvía a clavársela por detrás. Todo lo nuestro ocurrió una semaba qué se fue Dunov a Moscú y bueno... el resto te lo imaginas —Hace una pausa y sonríe— Ella se ríe cómo una diosa y es muy inteligente. Brilla cómo un relámpago. Tan sólo con diecisiete años, y andaba por las calles cómo una reina. Cautiva de una manera alarmante. Confiando en la amabilidad de los extraños.
—Todo es muy...
—Doloroso —Dice por mí y asiento, luego esboza una pequeña sonrisa— Necesito qué estés protegida al igual qué tu hermano, si Edik se entera que sus hermanos están en Las Vegas montará una batalla —Agrega.
—Pero... no tenemos a dónde ir.
—¿Damon os alojó en ese hotel?
—¿Lo conoces? —Pregunto confundida.
—Claro, su abuela trabaja en la mansión Dunov. —Aclara— Dile qué venga, os quedáreis aquí, es pequeña pero es espaciosa —Dice observando la casa.
☁☁☁☁
Damon recogió todas las cosas del hotel y ahora nos instalamos en el apartamento.—¿Cómo podemos confiar en él? —Me pregunta Percy.
Les conté a todos la historia, ellos aún siguen impactados.
Duff se molestó un poco conmigo por no avisarle pero ya sé le paso pues comienza a depositar pequeños besos en mi mejilla.—¿Nerviosa, pequeña suicida?
—¿Cómo no iba a estarlo? Mi hermana se va a casar con un enfermo desquiciado.
Él suelta una risita —Se qué hacer para qué te sientas mejor.
Me lanza una sonrisa pervertida.
—Ahora no, señorito. Por la noche —Sonríe.
—¡Qué! Oh vamos, novata.
Compartinos habitación con Turner.
—Dormirá en el sofá.
—¡Te oí, sucio ninfómano! —Le oí gritar desde el otro lado de la puerta.
Ambos soltamos una risotada.
—Iré a ducharme —Me informa y me da un beso corto antes de desaparecer en el baño.
Unos segundos después alguien llama a la puerta, Beth me sonríe.
—¿Puedo pasar? —Pregunta.
—Claro —Le sonrío devuelta.
Ella camina hasta llegar a mí y se sienta en el borde de la cama, a mí lado.
—¿Pasa algo? —Pregunto preocupada y niega con la cabeza.
—Sólo quería saber cómo estás, está situación es más difícil de lo qué pensaba —Ríe amargamente.
Suspiro.
—Va a ser difícil, pero Bazzi me dijo qué podía ver a Sky si ella se lo pedía. ¿Tú piensas qué me querrá ver?
Ella enarca una ceja —Por supuesto, Willow —Ríe y aprieta mi mano— Eres su hermana pequeña, sí Bazzi nos busco será por algo.
—Lo sé, pero es qué él lo hace para protegernos de Edik Dunov. —Le recuerdo.
—Si algo malo pasará nos hubiera dicho en veinte idiomas qué nos fuéramos de la ciudad —Observa.
—Tienes razón.
—Bueno, si algo malo te pasa, McKagan es capaz de quitarse de en medio a cualquier jodido mafioso.
Suelto una risita.
—Sabes... desde conozco a Duff he sentido cosas tan extrañas.
Esboza una sonrisa pícara.
—¿Estás enamorada?
Dudo unos instantes en responder, pero asiento. Beth aplaude con sus manos emocionada.
—Me alegra saber eso, pero ten cuidado, ¿vale?
Le sonrío y me abraza con fuerza, luego abandona la habitación.
—¿Willow? —Oigo la voz de Duff desde el baño— ¿Puedes traerme una toalla?
—Sí —susurro— ya voy.
¿Quién olvida llevarse una toalla al baño? Rodando los ojos, empiezo a rebuscar en los cajones, y al fin encuentro una toalla azul en su maleta. Lo inhalo cómo una boba antes de dirigirme al baño. Huele a Duff, y me encanta.
—¿Duff? —Pregunto tocando la puerta.
Cuándo se abre, mi boca está tan abierta.
Él está ahí desnudo, cómo si fuera lo más normal de mundo. Las gotas de agua se deslizan de su cabello al suelo. Se ríe entre dientes mientras evito mirar sus partes.
—Wii —La sonrisa de Duff aumenta— ¿Tienes calor o algo así? Estás completamente roja.
—Calor —Repito mirando su cuerpo— Sí, mucho calor —Mierda. Alguien qué me un puñetazo en la cara lo antes posible. No puedo de dejar de mirarlo boquiabierta, y el ego de Duff aumenta cada segundo.
De un momento a otro, da un paso hacía adelante y me toma de cintura.
—¿Se te ocurre hacer algo, novata?
Trago saliva y me pierdo en sus ojos verdes.
De un momento a otro los labios de Duff están sobre los míos, enredo mis manos en su pelo mojado y tiro de el.
—Eso me gusta —Gruñe.
Sonrío satisfecha y acaricio sus pectorales, él me quita la camiseta qué tenía puesta dejándome en sujetador.
—Vas a ser mi perdición —Susurra contra mis labios.
Desabrocho mi sujetador, y él comienza a ayudarme a quitar mis jeans.
¿Sexo en la ducha?
¡Ni en mejores fantasías!
Desde luego, si mi padre escuchará mi mente me mandaría a un convento.
Cuándo estamos en un proceso caliente y la mano de Duff se descience por lo abdomen, me llaman del otro lado de la puerta.
Duff se detiene y muerde el lóbulo de mi oreja haciéndome estremecer.
—Willow perdón si interrumpo tu hora de follar en la ducha, pero papá y mamá saben que estoy en Las Vegas.
Por Zeus, ¿esto podía ser peor?
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Sweet like candy «Duff McKagan» ✔
Fanfic¿Por qué Duff McKagan se fijaría en la novata, torpe y joven de Willow? Simple, ella es lo más dulce y sencillo de este mundo, y por eso le fascina. Eso, o sus ojos, ni azules, ni cafés. Gris, tan cristalinos cómo para ver su reflejo en ellos. |No h...