Sweet like candy «Duff McKagan» ✔

33 | Lágrimas

Willow.☀

—¿De qué se trataba esa escenita? —Exige— ¿Pretendes conocer al hijo de ese tipo?

Aprieto mis manos en puños. ¿Está celándome por esa ridiculez?

—¿Importa?

Da un paso amenazador, y retrocedo provocando que mi cuerpo choque contra el lavabo.

—Por supuesto qué me importa.
¿Estás pensando en pedirle qué me reemplace cuándo hayamos terminado de follar?

La horrible sugerencia me golpea cómo un balde de agua fría. Me enderezo, sorprendida por la hiriente insinuación.

Ni siquiera puedo mirarlo.

No puedo creer qué haya dicho eso. Él siempre fue amable conmigo. Nunca me trató de mala manera, o fue irrespetuoso. Sé qué ambos estamos molestos, y hemos dicho estupideces, pero Duff fue demasiado lejos.

¿Follar?, ¿para él es sólo eso?, ¿follar?

Nunca me hizo sentir tan barata cómo ahora, nunca me ha hecho sentir tan intrascendente. Empiezo a sentirme utilizada y yo no quiero eso, nunca. Especialmente no quiero sentirme así con Duff. ¿Acaso no notó qué solo mencioné conocer a ese chico para darle celos? Maldito imbécil. Quiero alejarme. Quiero huir de este hombre que de repente se ha convertido en un extraño.

—Willow...

Tomo una respiración profunda, y trato de alejarme, pero se interpone en mi camino. Las lágrimas están picando en mis ojos, pero no quiero llorar. No voy a llorar.

—Quítate.

—Willow...

—Quítate cómo el infierno de mi camino.

Me acorrala contra la pared del baño, negándose a dejarme ir.

—Bebé, lo siento —susurra— Lo siento mucho. Lo siento —Dice, presionando sus dedos en mi mandíbula y gentilmente forzando mi mirada de vuelta a la suya.

La primera lágrima traicionera cae de mis ojos, y me odio por eso.

—No puedo creer qué hayas insinuado eso —sollozo— Duff, hace unas horas te dije te quiero. A ese tío ni siquiera le conozco.

Cierro los ojos apretadamente, y veo algo de remordimiento escrito en su rostro.

—Soy un imbécil —Abre los ojos, y me mira— no quería decir eso, estoy un poco tenso, lo siento.

—Quítate, Duff —Vocifero. Mi labio inferior está temblando— Esto no es sólo sexo, McKagan. Hay sentimientos aquí, entiéndelo. No te estoy pidiendo un para siempre, sólo que seas sincero conmigo. A veces me dices te quiero pero creo qué no lo sientes tal vez.

Él exhala, y aparta la mirada.

—¿Qué pasa sino lo hago?

Me duele el pecho.

—Entonces terminemos esto.

Trato de pasar por su lado, pero atrapa mi codo detenimiento mi huida.

—¿Qué quieres, Duff? —Le digo dolida— No me quieres, me has mentido todo este tiempo jugando conmigo. ¡Y encima me tratas de cualquiera pensando qué quiero follar a otro tío! —Le empujo bruscamente y salgo corriendo del baño.

☁☁☁☁

Respiré con dificultad y sollocé. Mi rostro estaba húmedo debido a las lágrimas. Me sentía tan humillada. Yo valía mucho más. No era una basura desechable cómo él me hizo sentir.

Seguí sollozando, y me hundí hasta el fondo de la bañera, con mi corazón y mi mente adoloridos mientras ponía mi mano en mi pecho. Podía sentir a mi pulso bastante acelerado, y el dolor no disminuía. Quería a un chico qué me quisiera y no qué sea su juguete, o me hiciera sentir una basura.

El viaje en taxi de la discoteca hasta a casa había sido horrible, la tensión era palpable. Duff en ningún momento me miró, actuó indiferente. Sugar había notado inmediatamente lo qué había pasado cuándo salí por la puerta del club.

No quería ver a nadie, ni hablar, ni podía dormir.

Todos se habían despedido de Bazzi y Sky menos yo.

Así qué iré a despedirme después.

Duff.🌪

Lo arruiné.

Maldita sea, lo arruiné. ¿Por qué demonios le dije eso? No puedo olvidar el dolor en sus ojos grises cuándo le dije esa estupidez. Me dejé llevar por los celos, y la ira. No estaba pensando en ese momento. Ha entrado en mi vida y ahora no puedo sacarla. Disfruto sus risas, sus bromas, su actitud descuidada, sus besos, y su compañía. Desde qué Willow apareció en mi vida, me siento más... vivo.
Humano.

Por fuera puedo pretender qué no me importa. Puedo pretender qué ella no significa nada para mí. Sólo ha estado alrededor por unos cuántos meses, pero hay algún tipo de conexión entre nosotros. Una conexión llena de deseo, culpa, dulce y algo más. Algo completamente inexplicable. He tratado de alejarla, pero no puedo negarlo. Ella es todo lo qué pienso. Es todo lo qué quiero. La compresión me asusta. Me asusta pensar cuán compatibles somos.

Quiero estar con ella.

No quiero perderla.

Restriego mis manos por mi rostro en un gesto desesperado.

Willow hacía un día qué no me hablaba. Yo tampoco me molesté. Quería qué las cosas se calmaran.
Se despidió de Sky, y luego en el aeropuesto de Bazzi y Damon.

Beth se veía triste de dejar Las Vegas.
Y creo qué sé porque es.

—Me puedes cambiar el sitio...—Le oí murmura a la rubia.

Les miré de reojo.

Willow le estaba pidiendo a Sugar qué le cambiaría su asiento en el avión para así no sentarse conmigo.

Me dolió, pero lo comprendía.

Las horas del vuelo pasaron volando, y nunca mejor dicho.

Mal chiste, McKagan.

Una vez ya en el aeropuerto de LAX, todos fuimos a por nuestras maletas.

—¿Beth tu coche sigue aparcado aquí? —Le pregunta Willow.

La morena asintió.

—¿Quieres qué te lleve yo a casa? —Le pregunté cogiendo su codo.

Ella me lanza la mirada más seca, mortal y fría qué nadie nunca me había lanzado.

Beth la separo sutilmente de mí y le susurro enrollando su brazo con el suyo —Vamos a hablar.

Había metido la pata hasta el fondo.

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Quedan pocos capítulos, así qué empiece la cuenta atrás para God is a Woman 😇