Duff.🌪
Una semana ha pasado desde qué volvimos de Las Vegas.
Habíamos fracasado, todo me había salido mal.
Willow y yo no nos hablamos, y por mucho qué quiera ir a buscarla cómo un perro perdido, mi estúpido orgullo me gana.
Axl y yo nos encontrábamos en casa de Steven mientras bebíamos con tristeza nuestras cervezas.
—No puedo más —oigo murmurar a Steven mientras nos observa desde las escaleras de la gran mansión de sus padres— ¿Se puede saber por qué estáis lloriqueando? —Inquiere, enojado.
Axl suspira.
—Las chicas, Adler —Le mira directamente— Cosa qué tú nunca sabrás porqué eres un cerdo mujeriego.
—Axl te recuerdo qué estás en mi casa.
—Y yo te recuerdo qué a la mínima qué alguien me toqué los cojones tendrá una bonita conversación con mi puño —Le sonríe con sarcasmo.
Rodeo los ojos.
—¿Podéis callaros? —Ordeno.
Steven frunce el ceño —Se supone qué deberíamos estar de fiesta o en la piscina bebiendo —sugiere— Pero no, ¡estamos aquí cómo amargados!
Axl se levanta enfadado del sofá y en menos de un segundo, se ha ido de la casa, pues un fuerte portazo suena.
Yo creo qué de la fuerza ha roto cómo mínimo los cristales de tres ventanas.
Fulmino a Steven y salgo en busca de mi amigo pelirrojo.
—Ey, ey —Le llamo apresuradamente cuándo veo qué está apunto de golpear a su propio coche.
—¿Qué mierdas quieres? —Me espeta.
Wow.
Esto es raro, Axl siempre ha sido amable con todo el mundo. Un chico demasiado bueno y astuto.
Pero desde que volví de la ciudad de Las Vegas está irreconocible.Y sé el motivo.
Thomas McCall.
Su padre, menos mal qué Axl siempre escogió el apellido de su madre.
—¿Quieres hablar? —Le pregunto intentando calmarle.
—Sí, tengo una pregunta —Sonríe y asiento apretando de sus hombros— ¿Por qué el mundo es una mierda? —Pregunta ácidamente.
—Axl... sé que lo superarás.
—Espero —mira hacía abajo— Me siento mal, Duff. El día qué se supone qué iba a ir a despedirme de Coco al aeropuerto, murió mi padre. Y ahora aquí estoy.
—¿No la has llamado? Quizás deberías explicárselo.
Suspira.
—Lo voy a hacer, pero primero tengo que estar tranquilo. —Hace una pausa— La echó tanto de menos.
Le miro con una sonrisa compasiva y le doy un abrazo.
—Ella te quiere, nunca lo olvides.
Willow.☀
—Millie...—Susurra Beth mirándome pensativa— Fuimos juntas al instituto.
—Siendo sinceras. ¿No ves algo raro en ella y Duff? —Le pregunto.
Suspira.
—Willow... Millie siempre ha buscado acostarse con Duff —Explica.
Me quedo pálida.
Estamos en la heladería Bluebum's, cerca de Venice Beach.
Le doy una laminada a mi helado de arándano —No me gusta ser celosa —Hago una pausa— Yo no soy así, debería confiar en Duff —Me lamento.
Beth toca mi mano —La culpa es de ambos, aunque creo qué el error fue más de Duff. No porqué hable con Millie o lo qué sea qué esté haciendo —Reconoce— Sino por la forma en la qué te hablo y por ni siquiera se ha molestado en hablarte o disculparse de nuevo. Pero créeme, Duff nunca sintió algo así. Yo creo qué volverá —Deduc, le doy una sonrisa de boca cerrada y luego lamo mi helado— ¡Y ahora quiero verte sonreír cómo siempre, quiero a mi prima divertida no a la triste amargada! —Anima provocando una risa de mi parte.
—Sí, tienes razón —Sonreí— Por cierto... ¿qué hubo entre Damon y tú? —Pregunté, moviendo mis cejas divertida.
Una gran sonrisa se expande por todo su rostro.
—¿Una persona se puede enamorar en diez días?
Solté una risita divertida.
—Vale, vale. El chico te ha dejado marcada —Reí.
Ella suspira cómo enamorada.
—Es un chico... increíble —Sonríe mientras mira al techo pensativa— Aún sido pocos días pero nos hemos conocido tan bien —Muerde su labio y luego sus ojos cafés me enfocan— Pero ya está, fueron unos días bonitos —Se encoge de hombros tristemente.
Le sonrío compasiva —¿Te gustaría volver a verle?
—Dios mío, ¡pues claro! —Dice elevando la voz y captando la atención de los demás.
Suelto una risotada.
—Yo creo qué os volveréis a ver —Digo con esperanza.
Sonríe.
Mi móvil comienza a sonar cómo un loco, y veo una llamada de Sky.
Mi corazón se para en seco.
Cojo la llamada inmediatamente, y veo los ojos de Beth preocupados en todo momento mientras me observa.
Después de hablar con él.
Cuelgo la llamada.Tomo una respiración.
—Creo qué ahora sí vas a volver a ver a Damon.
—Oh... —Ella abre los ojos cómo platos.
Ella ha entendido todo, no hace más de una semana qué nos fuimos de Las Vegas y ahora... tenemos qué volver.
En ese momento cuándo dejo de tallar mis manos en la cabeza frustrada, mi vista cae en la puerta de la heladería.Y me encantaría saber porque Duff está ahí parado, observándome a lo lejos.
ESTÁS LEYENDO
Sweet like candy «Duff McKagan» ✔
Fanfiction¿Por qué Duff McKagan se fijaría en la novata, torpe y joven de Willow? Simple, ella es lo más dulce y sencillo de este mundo, y por eso le fascina. Eso, o sus ojos, ni azules, ni cafés. Gris, tan cristalinos cómo para ver su reflejo en ellos. |No h...