[Libro I Trilogía Silly Cliché]
Olivia Estrada es una agradable y alegre chica de 21 años, estudiante de una universidad en Colorado.
Cuando recibe una irremediable noticia, junto con su mejor amiga y confidente, Steph, deciden ir a un bar por un pa...
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Pan integral listo, galletas listas, jamón listo.
Repasé la lista de compras en mi mente y, cuando tuve todo, caminé por los pasillos hasta la caja registradora.
Mi semana en Seattle había acabado, y al día siguiente era mi vuelo de regreso a Denver.
Me había estado quedando con Evely y Theo y rara vez salía. Hoy, casualmente, era día de compras y me había ofrecido a hacerlas. Por ser una ciudad donde nadie volvería a verme, había salido usando mi pants de pijama, un sueter gris, un gorrito morado y tenis. Después de todo, era una visita nada más.
Pagué las cosas -con mi dinero y no el que me habían dado- y salí con las bolsas en dirección al auto de Theo, un Jeep Wrangler marrón claro.
Mientras metía las bolsas en los asientos traseros, un gran bocinazo me hizo saltar del susto. Un auto de una marca que no reconocí quería estacionarse al lado de mi. El problema era que yo tenía la puerta abierta y no lw dejaba.
Por joder, y sólo por joder, me ralenticé en subir las bolsas que me faltaban, aunque quedaban sólo dos. El conductor se molestó, pues empezó a bocinar de nuevo. Revisé los lugares alrededor y noté que habían al menos tres lugares disponibles.
Con una sonrisa inocente terminé de subir las cosas, cerré la puerta y, siendo una gentil y educada dama, me giré hacia el auto, hice mis manos puños y los golpeé juntos.
Si entendía que significaba, el conductor se sentiría indignado, sino, pobre idiota.
Me subí al asiento del conductor y esperé a que se parqueara para empezar a salir yo del estacionamiento. No me había movido ni tres metros cuando alguien tocó el vidrio de mi lado.
Jackson.
-Hola -dije saliendo de mi asombro mientras bajaba la ventanilla.
-Hola, -me sonrió- fue cruel hacerme esa seña.
Sonreí.
-No sabía que eras tú. -Y si lo hubiera sabido lo habría hecho dos veces.
-No te preocupes -respondió alegre-. Que gusto verte aquí. ¿De visita?
¿Para qué más, tarado?
-Sí.
-¿Cuándo te vas?
-Mañana -dije sonriente.
-Oh, bueno. -Parecia desilusionado-. Pensé que quizá te gustaría ir a cenar conmi...
-¿Jackson? -Una chica rubia en mini falda, blusa corta y zapatos altos descubiertos lo llamó desde la entrada del centro comercial.
-Ya voy, Gina, esperame en el restaurante.
Ella me miró, asintió dudosa y se dio la vuelta para empezar a caminar.
-Eh -dudó-, ¿podrías ignorar eso que pasó?
-Así como Sophie lo ignora -dije sarcastica-. Ya sabes, tu esposa.
Su sonrisa se borró del rostro.
-Ella y yo... bueno, nos separamos.
-Ustedes se casaron hace unos meses -recalqué-. ¡Vine a su boda!
-Sí, bueno, no funcionó. -Se encogió de hombros como si no le importara-.
-Igualmente, tendré que declinar tu propuesta para cenar -informé-. Tengo novio, Jackson.
-¿El tipo de esa vez?
Giré los ojos con aburrimiento.
-Evan, y sí.
-Si no estuvieras con él saldrías conmigo -concluyó él solo.
-No -dije-. Creo que a tu amiguita, esa a quien se le perdió el verano, te necesita más que yo. -Hice un gesto con las cejas para que viera detrás de él.
Jackson giró y vio a la rubia de brazos cruzados esperando en la entrada de puertas de vidrio. Rió y bajó la cabeza.
-Supongo que sí.
Reafirmé mis manos en el volante y la palanca de cambios.
-Me tengo que ir, Jack.
Se separó del auto apresurado.
-Claro, claro. Te veré otro día.
-Adios -me despedí. Vi cómo se dirigía hasta Gina.
Por un momento sentí tristeza por él. Su matrimonio, aunque se veía desde el principio, no había funcionado.
Entonces pensé en Steph y Phillip.
Quizá el momento para que se casaran no había sido el apropiado, pero ambos se juraban amor eterno diariamente. Sonreí como idiota. Ellos estarían bien.
* * *
Capitulo corto :(
Es que ya se va a acabar y no hay mucho que abarcar. Sólo cabos sueltos.
