Despertar con ella en mis brazos era el cielo. Cada mañana era el recuerdo de que estaba vivo, que ella estaba junto a mí y que íbamos a seguir así para siempre... o eso creí.
Verla tomar su maleta y darme un pequeño roce de sus tan hermosos labios sobre los míos en forma de despedida me destrozó. Ella era simplemente magnifica, me estaba dejando y no podía dejar de admirar su belleza.
Haberse enamorado estando tan jóvenes podría haber sido un problema para cualquiera. Para cualquiera menos para nosotros. Supimos estar separados un corto tiempo mientras ella empezaba sus estudios universitarios y luego volvimos a reunirnos cuando la seguí, un año más tarde, hasta la Universidad de Colorado.
Fuimos felices. Fui feliz. Hasta que las crudas y frías palabras de abandono salieron de su boca y se fue. Entonces me derrumbé. No quería estar sin ella y ella no me quería cerca.
Mi apoyo fue mi mejor amigo, Phillip Castañeda. Este chico de oscuro cabello y excesivo uso de colonia para hombres me hizo salir del pozo de tristeza en que me había metido yo solo. Venía a verme siempre que tenia tiempo libre y me sacaba de la cama a regañadientes. Incluso una vez me metió a la ducha amenazando con bañarme él mismo porque yo apestaba.
No fue hasta luego de dos meses de miseria y auto compasión que me decidí a dejar de atormentar a mi amigo y buscar algo que hacer con mi vida. Pero tampoco salió bien. Iba a la universidad y trataba de mantenerme fuera de casa el mayor tiempo posible, porque usualmente regresaba con la esperanza de verla recostada en el sillón de la sala buscando alguna de sus películas románticas favoritas en Internet y que al verme dijera que había vuelto, cosa que jamás ocurrió. Y de nuevo Phillip tuvo una idea de millón de dolares.
-Busca una compañera de piso.
-¿Perdón?
-Eso. -Se encogió de hombros-. Tal vez el saber que la casa no está sola y que habrá otra presencia ahí te deje dormir tranquilo por las noches y, por consiguiente, a mi también.
-Por Dios, Phill, no quiero a algún extraño en mi casa. ¿Y si le da la gana subir a mi alcoba? -di una mordida al pastel de chocolate que estaba comiendo.
Estábamos sentados en una mesa en el centro de Rita's CoffeeShop and Restaurant. Nuestro comedor de "hombres" favorito. Y le decíamos así porque sólo habían camareras y ningún chico tomando las ordenes. Un buen lugar para alimentar algo más que el paladar.
-Entonces alguien de confianza -soltó mi amigo, haciéndome regresar a la conversación.
No me di cuenta que estaba perdido en mis pensamientos.
-No lo sé, ¿quién va a estar buscando casa en Julio?
-¿Prefieres un chico o una chica? -preguntó mientras seguía con la vista a una morena camarera que trabajaba en el lugar mientras dejaba un plato en una mesa.
Yo arrugué la frente y tras tomar un sorbo de mi bebida respondí con la vista en los alrededores.
-Mira, eres como un hermano para mí, no podría verte de esa forma. Yo... tendré que dejarte en la friendzo...-
-No idiota -me interrumpió abruptamente-. Digo que si quisieras un compañero chico o una chica.
-Me da igual. Sólo que no se ande metiendo en mis cosas. Lo ultimo que quiero es que alguien revolotee por la casa pudiendo ver mis objetos personales.
-¿Como tu vibrador? -dijo más fuerte de lo normal, haciendo que me ganara un par de miradas de las personas en otras mesas. Una venganza por mi comentario anterior.
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Sólo Tú ✔
Romance[Libro I Trilogía Silly Cliché] Olivia Estrada es una agradable y alegre chica de 21 años, estudiante de una universidad en Colorado. Cuando recibe una irremediable noticia, junto con su mejor amiga y confidente, Steph, deciden ir a un bar por un pa...