58. Mucho Tiempo

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Evan estaba melancólico y hasta yo podía notarlo.

"Tenemos que hablar"

En cuanto dijo esas palabras me sentí nerviosa. Me había olvidado del estupido albúm. Ese día fue puro instinto lanzarlo bajo la cama cuando él apareció, no quería que se arruinara ni nada por el estilo.

-¿Qué ocurre? -dije agachandome frente a él para quedar a su altura.

Estaba con los codos sobre las rodillas, inclinado hacia adelante y con el albúm en sus manos.

-¿Tú... sacaste esto del cajón? -preguntó pacifico.

-Eh... sí. Estaba cureoseando y...

-¿Cuándo? -interrumpió. Esta vez sonaba más brusco.

-Hace unos días. La vez de la ensalada.

Levantó la cabeza y parecia molesto.

-¿Por qué estaba bajo la cama?, ¿lo escondiste?

-¿Qué?

-¿O querías tirarlo a la basura sin que me diese cuenta?

-¿Cómo dices?, ¡No! -exclamé apenada-. No entiendo por qué dices eso.

-¿Oh, en serio? -dijo incredulo-.

-Evan, te lo juro, sólo lo miré levemente. Vi un par de páginas y cuando apareciste me asusté y lo tiré. No lo pensé bien. Perdón.

-Olivia -llamó más calmado-, dime en serio que no sabías de quién es.

-Evan, te lo aseguro. Creeme por favor. Ni siquiera lo sé en estos momentos. No entiendo tu enfado y me molesta que no me lo cuentes.

Suspiró cansado y abrió el album hasta el final, en la última página. Entonces me lo tendió en brazos para que leyera:

"Evan:

Quizá con esto comprendas un poco mi decisión.

Con amor,

Angelique"

Quedé anonadada al ver la firma. Angelique.

-Me lo regaló Angie -comentó sin animo-. Lo envió dos meses después que se marchó.

-Ah -fue todo lo que pude decir. Pensé un poco y me armé de valor-. ¿Por qué lo hizo?, ¿Para molestarte? -aunque era obvio que no.

Evan dejó caer su rostro entre sus manos con un suspiro.

-Para que la perdonara por irse, creo.

Esperé un poco para que se le pasara y volví a hablar.

-¿Cómo era ella? -No entendía si en verdad quería saber la respuesta a esa pregunta, pero sabía que era necesaria.

Evan me quitó el album de las manos y lo dejó a un lado, luego me tomó por los brazos y me haló hasta que ambos quedamos recostados en las almohadas, abrazados.

-Angie era... diferente. -La forma en cómo pronunciaba su voz siempre era dulce y con amor. Y me dolía-. La conocí en su último año de preparatoria -contó-. Yo era un año menor pero eso no dificultó que quisiera salir conmigo. Yo iba tras de ella como perro faldero. -Se apegó más a mi-. Patetico, ¿no?

-Dulce, diría yo. -Era la verdad.

Evan soltó una risilla y levantó la mano para acariciarme el pelo mientras seguía hablando.

Sólo Tú ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora