3. Convenios Formales

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-¿Puedes calmarte? Sólo lo comenté porqué no creí que fuera de mucha importancia.

-¿Que no era de importancia? ¡Dijiste que sería una sin techo! Solo te faltó decir que me convertiría en una vagabunda.

-Las vagabundas no tienen tan mal carácter -murmura Steph cruzándose de brazos mientras entramos en mi departamento.

Tras esa pequeña charla sobre mi vida privada y personal, Phillip nos aconsejó pensar la idea de vivir juntos, luego nos tomamos otro par de copas y los chicos vinieron a dejarnos a mi casa.

-Vamos, no puedes enfadarte tanto. Pensé que había confianza. -Steph trae sus zapatos en la mano, lo que me permite apreciar lo pequeña que es mi amiga.

-¿Por qué pensaste eso exactamente? -cuestiono lanzando mi ropa y zapatos al sofá y veo que ella hace lo mismo.

-Porque con uno de ellos dormiste tú y con el otro duermo yo.

-Pues ese tipo de relación no implica tanta confianza ¿vale?

-Ya entendí, okay. -Levanta las manos en señal de rendición.

-Confianza para contar sobre mí es esta que tenemos, donde ambas estamos en ropa interior sin ninguna clase de pudor. ¿Crees que podría hacer esto en su casa?

Mi mal humor está ganándole a mi personalidad borracha y lo agradezco porque no sería lo mismo reñirle a Steph mañana que justo ahora con las cosas frescas. Me estaba sintiendo como una madre cuando dice "Espera a que lleguemos a la casa" luego de que alguno de sus hijos hiciera un berrinche en la calle.

-Prácticamente sería tu casa también.

-¡No es el punto! No voy a mudarme con el chico al que me tiré.

-Pues no sé como le harás cuando te cases, eh.

No estoy segura si está bromeando o intentando enojarme más. Le doy mi cara de pocos amigos mientras camino a mi cuarto, seguida por ella.

Abro el ultimo cajón de mi cómoda y saco dos pijamas. Brevemente analizo si sería mejor dejar a mi amiga medio desnuda, así cuando encuentren su cuerpo sin vida al día siguiente junto a una nota que diga "Murió por no saber cerrar la boca" no sabrían que estuvo en mi casa ni que le compartí de mi ropa.

Descarto rapidamente mi idea de homicidio, recordando que estoy estudiando para abogada. Le paso un pants y una blusa de manga larga color turquesa y me visto con un conjunto parecido pero en color morado. Finalmente empiezo a preparar mi cama y Steph se acerca por el otro lado para arreglarla también pero la freno en seco.

-No, no, no. Hoy duermes en el sillón.

-¿Qué? No serás tan rencorosa como para dejarme con un dolor de cuello para mañana.

-Sí, lo soy. -Voy al baño y antes de lavarme los dientes añado: -Si me mudo con él nosotras no podríamos andar con tanta libertad por la casa, ¿no ves que todo son desventajas?

Ella entra al baño y toma su cepillo -el cual ya tiene aquí para ocasiones como ésta- y habla mientras le unta pasta de dientes.

-No, porque yo empezaría a quedarme en casa de Phillip, ya lo hemos hablado.

Siento cómo casi me atraganto yo misma mientras me cepillo y enjuago.

-¡¿Ya lo han hablado?! Joder Stephanie, sé que eres una romantica empedernida pero no es para que decidas tu vida con un chico de la noche a la mañana.

Termina de lavarse y sale del baño, le doy una de las sábanas que no uso y mientras se encamina al sofá habla finalmente.

-Oli, te digo que fue un flechazo. No sé, como cuando la protagonista de un libro ve a los ojos al chico y sabe que es el hombre de su vida

Sólo Tú ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora