26. El Helado

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Tres semanas

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Tres semanas.

Tres semanas desde que la invasión comenzó. Y no, no hablo de aliens, extraterrestres, seres espaciales, marcianos o como queraís llamarles, aunque estoy segura que eso sería mejor que lo que ahora está en mi sillón bebiendo limonada. Hablo de Jessy Wenkins.

Esque hasta el nombre me parece absurdo.

Jessy ha estado viniendo al apartamento a estudiar conmigo y con Evan diariamente durante 19 días exactos. Diariamente. Ni los fines de semana se ha saltado el cabrón.

Éste chico de lacio y castaño cabello bien peinado no se ha despegado de nosotros desde que Evan se ofreció a ayudarle con unas clases.

¡Ni siquiera estudian lo mismo, por Dios santo!

-Tal vez en verdad le es muy díficil -sugirió Steph a través de la linea teléfonica.

Ella estaba en Seattle, visitando a nuestros... sus padres, junto con Phillip. Era una reunion familiar para dar la noticia sobre el bebé y la futura-lejana boda que se aproximaban.

-Lo dudo, Steph. Si Evan hace una pregunta, de lo que sea, que va dirigida a mí, Jessy contesta. -Me senté en mi cama, aún con las piernas cubiertas con el edredón, y mantuve la vista hacia la puerta cerrada de mi habitación-. Es como si le molestara que Evan hablara conmigo y tratara de mantenernos lejos, lo cual le es díficil porque vivimos juntos -aclaré.

-Pero estudia con Evan... -repitió.

-Sí, desde que se enteró que Evan y yo estudiabamos juntos se puso de lo más agresivo hacia nuestra amistad.

-¿Sabes, cariño? Ahí me huele a celos -espetó.

-¿Cómo puedes saberlo? Estás a kilometros de aquí.

Ella rió como si supiera algo que yo no, -Se nota, Olivia. Siente celos. Quizá le gustas.

¿Perdón?, -¿Yo? ¿Gustarle a Jessy?, por favor, antes me lanza su libro de ingenieria a la cabeza a decirme que le gusto.

-¿Por qué es tan descabellado? Dijiste que le molestaba que estuvieras con Evan, tal vez le ve como una amenaza.

Traté de entender la idea de mi amiga, luego traté de visualizarme a mi junto a Jessy, finalmente me negué a ambas ideas.

-No, Steph. Es casi imposible.

-Ahí está, dijiste《casi》. Hay una posibilidad

Ambas nos mantuvimos en silencio, ella para dejarme pensar y yo para evitar darle más vueltas al asunto. Decidí cambiar de tema.

-Cómo sea -sopecé-, ¿Qué tal están tus padres? ¿Ya saben la noticia?

-Por supuesto que sí. Llevo una semana aquí, se los dije desde el tercer día, cuando estaban entre el café y los besos de esa tarde. Es cuando más felices están.

Sólo Tú ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora