10. POV Evan - Malentendidos

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Hace tiempo que no dormía así de bien. No había logrado descansar por completo en meses, creo que porque sentía que algo faltaba. No sólo en mi cama sino en mí.

Y luego todo se fue a la mierda. Desperté y no estaba. La bonita chica castaña –a quien después de darle vueltas en la cabeza a media noche identifiqué como Olivia, de mi clase de historia con el Sr. Turner- no dormía junto a mí.

Me levanté rápidamente y busqué algo de ella en el cuarto: nada. Luego salí al pasillo y revisé el baño: nada. Tampoco encontré por ningún lado la ropa que le había quitado la noche anterior. Bajé corriendo las escaleras con la esperanza de que siguiera en el departamento, no podía dejarla irse sin hablar sobre lo ocurrido con ella.

Ahí estaba. Alta, pelo suelto y largo, vestida como cuando hablamos por primera vez... y con un rostro de espanto. Sin perder un segundo más, supe que debía decir algo.

-¿Qué haces? –Era obvio lo que hacía, se iba, zopenco-.

-Y-yo... -Podía ver la vergüenza en su rostro. Dios, pobrecita.

-¿Te ibas?

-No, sí –se corrigió-. No, sólo me vestía.

Noté que sus ojos vagaron por la sala sin rumbo fijo. No entendí qué hacía o qué buscaba. Tal vez una salida para irse corriendo.

-¿Por qué no me miras?

-Es que... -Sus nervios pudieron más que ella y vi cómo movió incomoda. Finalmente busqué algo raro en mí... ¡Estoy desnudo! Bueno, casi desnudo. Sólo llevaba puesto el bóxer de la noche anterior.

-¿Qué? ¿Te da vergüenza? –Fruncí el ceño. Era ridículo que demostrara su pena ahora, luego que ayer casi tenemos sexo. Pero, el día anterior era presa del alcohol-. Ya me has visto desnudo.

Casi me tiro al suelo de la risa que contenía al verla tapar su rostro con ambas mano debido a la pena. Me vio cambiarme de ropa, ¿o no?

-¿Qué pasó exactamente? –preguntó.

-¿Qué te parece? -¿Qué tanto recordaba ella de ayer?

Ella levantó la vista.

-¿Nos acostamos?

Me toma tres segundos decidir: ¿nos acostamos? Sí. En realidad estábamos acostados durmiendo.

-Sí. –En cuanto suelto esa mierda sé que la he cagado. Vale, ella lo entendió a su manera y yo a otra.

No la culpo, pero joder, ¿ahora cómo arreglo esto?

-Oh, Dios mío –murmura.

-Eso, eso decías ayer –dije entre risas tratando de aligerar tensión para decirle la verdad y, porque sí, eso dijo ayer. La primera vez cuando se mareó y la segunda cuando me vio en todo mi esplendor.

-Cállate.

-Vale, perdona –me disculpé-.

Le propongo hacerle el desayuno para poder conversar sobre la verdad y ella acepta. Corro a mi habitación y estando ahí cierro la puerta, no quiero otro "Oh, Dios mío" si por error ve mi trasero.

Comienzo a pensar bien las cosas. ¿Por qué le mentí? Coño, yo no soy así. Soy una persona sincera y directa, y aun no comprendo por qué le tercié el significado a mis –y sus- palabras.

Decidido, le diré la verdad en el desayuno.

. . .

No pude decirle la verdad en el desayuno. Llámenme idiota, traidor, imbécil y todos los insultos que se les ocurran porqué estoy dejando a una chica a quien le mentí en su casa.

No entiendo, quería pero no pude. No encontré el momento y no quería soltar un "era mentira y no pasó nada" mientras hablaba sobre lo rico que estaba el desayuno. Joder, soy una mierda, no pude.

Estoy frente a la casa de Olivia luego de dejarla y la culpa casi me carcome así que llamo a Phillip a su celular y al tercer timbrazo atiente.

-¿Qué?

-Wow –exclamé-, buenos días Evan ¿cómo amaneciste? ¿Qué tal la resaca?

-Hermano, no quiero tus bromitas ahora ¿sí?, tengo a mi lado a una sexy y hermosa chica de pelo negro a quien no conozco ni el nombre pero joder, me encanta.

-¿Qué? –Cuestioné- ¿La chica de ayer? ¿De Sophie's?

-Hermano, sí, ahora, ¿qué quieres?

-Tengo... un problema.

-¿Puede esperar a que deje a esta belleza en su casa? No voy a dejarla aquí sola y al menos quiero invitarla a un café.

-Sí, seguro, cuando termines ahí me llamas. –Phillip no se pierde el doble sentido de mis palabras y escucho su risa a lo lejos.

-Luego te hablo –finaliza y cuelga.

Joder, sé que estoy metido en una bien gorda. Mierda.

. . .

-¿En serio le dijiste eso? –casi grita Phillip luego que le conté toda la historia.

Yo asentí con la cabeza.

-Lo peor de todo es que seguro ella se siente mal por lo que cree ocurrió anoche.

-No, en realidad se siente mal porque fue contigo.

Frunzo el ceño ante su respuesta.

-¿Cómo sabes eso?

-Steph me lo dijo.

-¿Steph?

-La chica de ayer.

-¿Y como por qué ella te diría eso? –pregunté cada vez más perdido en la conversación.

-Ella y yo hemos estado enviándonos textos. ¿No te diste cuenta? Cada que me decías algo le preguntaba a ella y ella me decía lo que le cuenta Olivia.

-¿Has estado jugando al doble agente conmigo todo el rato? –volví a preguntar indignado.

Él sólo se encogió de hombros. Exhalé y resignado continué.

-Entonces, ¿por qué está tan molesta que fuese conmigo lo de ayer?

-Al parecer no le gusta liarse con gente con la que estudia.

-¿Por qué?

-No sé, tal vez porque les ve seguido.

Suspiré.

-Como sea, necesito volver a verla y explicarle lo que pasó.

-Yo puedo ayudar en eso –dijo extasiado mi amigo.

Sospechoso.

-¿Por qué tan entusiasmado?

-Joder –terció-, esta mañana estás lleno de preguntas, eh. Solo déjame ayudarte.

-Vale –respondí dudoso mientras le vi sacar su teléfono-, ¿Qué haces?

-Tú confía en mí, esta noche la vuelves a ver y arreglas este malentendido.

* * *

Perdonen no haber subido capitulo entre la semana. Estuve algo ocupada. No sé, por momentos no tenía inspiración y cuando la tenía no tenía tiempo. Algo así como un circulo vicioso.

De igual forma, aquí está la actualización. Wiiiii. Veré si mi cabeza deja de pensar en otras futuras historias (que estoy empezando a escribir así que esperenlo con ganas) y se enfoca en esta. je je je.

Bechitos.

Sólo Tú ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora