El timbre de mi casa suena y rápidamente voy a abrir ¡Steph está aquí!
La saludé con un veloz beso en la mejilla y casi la arrastré del brazo hasta mi sala.
-¿Qué pasó ayer? -Esta frase quedará para siempre en mi memoria pues ya me lo había preguntado más de treinta veces en menos de veinticuatro horas.
-Pues qué va a pasar -dice levantando los hombros, tratando de restarle importancia.
-Hablo en serio. ¡Desperté en casa de Evan!
-¿Ah? ¿El de la Uni?
-Lo que escuchas. -Me crucé de brazos.
-Pu-pues... me llamaste y dijiste que te iban a echar de casa...
El feo recuerdo de que mi anciana arrendadora me dio 15 días para desalojar mi casa me hace sentarme.
-Mierda -murmuro -. La vieja me dijo que había vendido el apartamento. Debo mudarme.
-¿Estás de coña?
Negué con la cabeza.
-¿No te lo dije ayer?
-Nop, ayer no diste detalles. Estabas algo furiosa y solo hice lo que pediste: te embriagué.
-Pues eso, tengo dos semanas o de patitas en la calle. ¡Por dios, Steph, déjame quedarme contigo!
-Chica, ya sabes que vivo en los dormitorios de la Universidad y ni loca mi compañera me deja meter a otra persona ahí.
-¡Steph, que me quedo sin casa!
-¿Por qué no buscamos otro lugar? Ya vas que no hay más como este.
-No tan económicos. Sabes que mi presupuesto no es tan alto. -Hice un puchero-. Solo es otro año y medio de estudios y se acaba, ¡debe haber una salida!
-A ver, cálmate. Sigamos con la historia de Reyes.
-Ah, sí, eso.
-Sí, luego de llamarme y exigirme sacarte de aquí te pasé recogiendo y fuimos a ese bar que nos comentó Patty la vez pasada, ¿recuerdas?
-Sí, sí. Nos tomamos como 5 tequilas cada una y luego...
-Y luego se nos unieron los de la universidad -termina-. O bueno, creo que nosotras les hablamos a ellos.
-Joder. -Un fugaz pensamiento pasa por mi mente-. Por cierto, ¿tú qué hacías en casa de Phillip?
Ella baja la mirada a sus manos -ahora en su regazo- con una picara sonrisa.
-Nosotros... nos... -hace una pausa y la vergüenza la puede más-, pues eso, nosotros nos.
-¿Tuvieron sexo?
Ella asiente con la cabeza.
-Síiii. Dios, fue tan... no sé. Y me despertó con besitos cuando escuchó mi celular con tu mensaje. Desayunamos y me vino a dejar hasta tu puerta.
-¿En serio? -digo incrédula.
-Sí, también traíamos entrelazados los dedos en el auto y dijo llamarme luego que te calmaras.
-¿Le dijiste de mí? -pregunto casi horrorizada.
-Por supuesto. Aunque no entré en detalles. Le dije que estabas casi en pánico y necesitabas hablar conmigo. Él se preocupó, debo agregar.
-Dios -suspiré y recosté en el sillón.
-¿Tú lo hiciste con Evan? -pregunta frunciendo el ceño.
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Sólo Tú ✔
Romance[Libro I Trilogía Silly Cliché] Olivia Estrada es una agradable y alegre chica de 21 años, estudiante de una universidad en Colorado. Cuando recibe una irremediable noticia, junto con su mejor amiga y confidente, Steph, deciden ir a un bar por un pa...