-¿Me queda bien? -preguntó Steph de pie frente al espejo de la tienda.
Yo la miraba anonadada. Sería la novia más jodidamente hermosa en todo el mundo. Sonreí y le vi a través del espejo.
-Te queda asombroso.
-¿Crees que le guste?
Mi pequeña insegura. ¿A quién no le gustaría ella, sea con ese vestido o como vagabunda?
-Le va a encantar. Es más, le va a dar un ataque en el altar. Creeme.
Steph rió.
-Espero que no. No quiero quedarme viuda sin haberme casado al menos.
Ella se giró y fue hacia el vestidor para cambiarse. Salió usando ropa casual y fuimos al mostrador. Era una tienda de segunda mano; la unica que se ajustaba al presupuesto. Pero al fin y al cabo, no era el vestido lo importante, era quien lo usaba, y Steph se veía feliz de sólo pensar en la idea de caminar hacia Phillip en una iglesia y casarse.
Salimos de la tienda luego de haber apartado el vestido que quería y empezamos a ventanear. Steph y yo nunca fuimos de ir de compras, siempre preferimos salir entre nosotras a algún lugar en vez de estar viendo ropa y zapatos. Ambas lo preferiamos así.
Ya habían pasado casi dos semanas desde que volvimos de Portland con Evan y ahora lo que consumía nuestro tiempo eran los preparativos de boda de nuestros amigos. Él era padrino y yo sería una de las damas de honor, y ambos debiamos dar un mini-discurso durante la recepción. Ninguno lo tenía listo ya.
-Ugh -se quejó Steph. Nos detuvimos de pronto y ella se tocó el estomago-.
-¿Todo bien? -cuestioné preocupada.
-No... no, yo... -tomó aire un momento-, tengo que ir a orinar.
Con una risilla la llevé al baño de mujeres y esperé afuera. Veía desde el segundo piso del centro comercial las diferentes tiendas y comercios que habían, cuando de pronto, recibí un mensaje.
-¿Qué tal? -Era Evan.
-Viendo vestidos. ¿Y tú?
-Eligiendo trajes. -Insertó un emoticon guiñando el ojo y yo le envíe una carita con ojos de corazón-. Mira. -Una foto de Evan abrochandose un botón de su chaleco formal apareció.
-Bienvenido nuevo fondo de pantalla -respondí.
No me leyó. Seguro estaba cambiandose de ropa. Steph salió al poco rato y esta vez caminamos hasta el estacionamiento.
Evan me había prestado su camioneta para hacer los pocos viajes que aún faltaban hacer. Nos subimos, yo de conductora y Steph iba en los asientos traseros, por indicación de Phillip y por su seguridad. Moví el retrovisor y la miré.
-Entonces, ¿está todo de la lista?
Steph tomó una hoja de papel del compartimento detrás de mi sillón junto con un lapicero.
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Sólo Tú ✔
Romance[Libro I Trilogía Silly Cliché] Olivia Estrada es una agradable y alegre chica de 21 años, estudiante de una universidad en Colorado. Cuando recibe una irremediable noticia, junto con su mejor amiga y confidente, Steph, deciden ir a un bar por un pa...