41. Un Buen Libro...

11.1K 645 76
                                    

-Gracias, vuelva pronto -exclamé a un par de chicas que salían de la tienda.

Limpié un poco una de las mesas y fui detrás del mostrador. En realidad, eran a penas cinco mesas, pero varias veces se llenaban. Ahora que el local era más comercial y la hermana de Harvey había hecho la propaganda apropiada, las personas llegaban más seguido.

También ayudaba que hubieran añadido al menú sandwiches y algunos postres.

Con un pequeño plato de vidrio llevé una porción mediana de pastel de chocolate caminé a una de laa mesas.

-Toma -dije y me senté en la silla de acompañante-.

Steph inmediatamente se comió un bocado y pareció disfrutarlo genuinamente.

-¿Sabes? -dijo terminando de tragar-. Amo los pasteles de aquí. Son tan... -otro bocado- ¡riquisimos!

-Creo que es más por tu antojo que por la calidad -bromeé.

-Quizá. -Se encogió de hombros.

La dejé comer un poco más antes de seguir hablando.

-¿Ya vas a decirme qué haces aquí?

-¿No es obvio? -rió-. Porque me encanta la comida y decidí pasar viendote.

-Has estado viniedo a verme durante casi dos semanas. No es normal en ti, cuando deberías estar, no sé, preparando el cuarto del bebé.

-Antes que nada -anunció-: el cuarto del bebé ya está decorado de amarillo y verde, ya que no sabemos el sexo. Y segundo: los pasteles de aquí son perfectos -reiteró.

-Steph... -dije en tono de no creerle.

Noté un leve sonrojo en su rostro. Y eso sólo ocurría en una situación: cuando mentía.

Bajó los ojos a las migajas que quedaban de su pastel. Luego tomó el plato en sus manos y me lo tendió.

-¿Más? -preguntó.

-No hasta que me digas por qué tu repentino interés en ver mi salud cada dos días.

Hizo un puchero.

-Bueno... Phill me contó que te habías peleado con Evan y pensé que...

-¿Qué estaría hecha un martir de llanto y pena? -cuestioné.

-¡No! Bueno, sí -tartamudeó-, es decir... sólo...

-Stephanie, cariño, estoy bien.

-Pero...

-Pero nada -interrumpí-. Pareces no comprender que él y yo no somos novios ni nada por el estilo. No tengo porqué estar triste. Fue una... ligera discusión.

-Pero a penas se hablan, y ahora ya de vacaciones tú te la pasas todo el día aquí con tu alto pretendiente y él solo en su apartamento.

-¿Alto pretendiente? -enarqué una ceja.

-El chico del que me hablaste. Herbie.

-Harvey -corregí-. Y sólo es por las mañanas. No tiene nada de malo.

-Es malo cuando sabes que le gustas a uno y vienes a pasar tiempo con el otro.

Junté mis cejas, avergonzada de la pequeña revelación.

-Yo no... -empecé- no vengo aquí para estar con Harvey.

-Es para huir de Evan -afirmó.

Analicé sus palabras y armé de valor para preguntar:

Sólo Tú ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora