46. Acción de Gracias

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-Capitulo intenso: traigan sus rollos de papel o cajas de pañuelos y sientence a leer-❤

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-Capitulo intenso: traigan sus rollos de papel o cajas de pañuelos y sientence a leer-

-Olivia... -escuché un susurro-. Despierta, Olivia...

Me removí levemente.

-¿Por qué?

-Porque es hora de desayunar. -Era la voz de Evan.

-¿Desayuno?... -me volteé hacia su lado, aún con los ojos cerrados y la cabeza hundida en la almohada-. ¿Qué hiciste para desayunar hoy?

-Eh... yo no lo preparé -informó conteniendo una risa-. Mis padres lo hicieron.

-¿Por qué tus padres vinieron a hacer el desayuno? -cuestioné frunciendo el entrecejo. ¿Cuándo habían venido?

-Ellos lo cocinaron porqué es-su-casa -indicó lentamente.

Abrí los ojos y me enderecé, curvando la espalda.

-Yo, yo... me quedé dormida -dije atonita.

-Sólo por un par de horas.

Le dí a Evan un golpe en el brazo.

-¡Debías levantarme antes! -regañé-. Quería ayudar.

Me puse de pie y busqué mi pantalón de pijama, el cuál me había quitado en el transcurso de la noche porqué se enredaba en la sabana.

-Yo... perdona -tartamudeó Evan-. Quería dejarte dormír un poco más...

-Sí pero... -levanté la vista hacia él y estaba mirando su pared-. ¿Qué miras?

-Esa mancha con forma de hoja -informó con toda la emoción del mundo...

-Y... ¿por qué?

Lentamente y viendo hacia el suelo regresó la vista y al verme exhaló fuertemente.

-Escucha. Sé que estamos fingiendo -dijó poniendose de pie y caminando a la puerta-, pero aún sigo siendo un hombre y deberías tener cuidado con andar medio desnuda frente a mí.

-Me has visto en peores situaciones -reclamé con una sonrisa ladeada y las manos en las caderas.

-Quizá. Pero el hecho de tenerte aquí, en la casa donde tuve varias primeras experiencias, conociendo a mi familia y haciendote pasar por mi novia le da un ligero toque erótico. -Abrió la puerta-. Resumiendo: si no quieres que el lobo te coma, no le muestres en sus narices el almuerzo.

-¿Ahora soy comida? -burlé saliendo del dormitorio, seguida por él.

-Eres mucho más sabrosa que cualquier cosa comestible -finalizó y se encogió de hombros.

Sentí mi rostro teñirse de carmín y supe instantaneamente que Evan también lo había notado.

El aroma del desayuno nos abordó en cuanto llegamos al primer piso.

Sólo Tú ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora