-¡Tú, con la luna en la cabeza, el lugar en donde empieza, el motivo y la ilusión de mi existir!, ¡Tan sólo tú, solamente quiero que seas tú, mi locura, mi tranquilidad y mi delirio, mi compás y mi camino!
Cantaba a todo pulmón y brincaba de sillón en sillón, a la mesita de centro y devuelta a los sillones.
-¡Tú, coleccionista de canciones, mil emociones son para ti~! Tú, lo que soñé mi vida entera, quedate en ella, y hazme sentir...
Tomé la escoba y usé el palo de microfono mientras barría la casa.
-Es por ti que con el tiempo mi alma siente... diferente, ¡Sólo tú!
Me quedé quieto en el piso mientras tarareaba, bajé un poco el volumen y empecé a saltar entre canciones de mi playlist.
Chock llegó a entre mis piernas y apoyó la cabeza en mis pies descalzos. Moví un poco los dedos de mis pies, intentado que se quitara, pero sólo logré que se echara boca arriba y con la panza en primer plano.
Puse una canción al azar y dejé el celular en el mueble del equipo de sonido. Me senté en la mesita de centro y estiré el brazo para rascar a Chock.
-¿Qué pasa, chico? -hablé-. ¿Qué tienes, eh? ¿Tu mami ya no te pone atención? ¿Mmm? Tranquilo, a mi tampoco.
Seguí rascandole y el muy condenado se quedó completamente dormido. No tuve alma para despertarlo, así que revisé la hora: 01:34 pm. Decidí ponerle pausa a la limpieza mientras seguía cambiando de canción.
Era hora de almorzar, así que desconecté el teléfono y pedí comida china. No tenía animos de meterme en la cocina a preparar algo ya que, últimamente, al no haber nadie más que yo a la hora de almorzar quedan muchas sobras y no quería desperdiciar.
Cuando llegó mi almuerzo, no tuve más opción que mover al cachorro.
Puse el pedido en la mesita y empecé a comer viendo un absurdo maratón en la televisión.
Cuando limpiaba el desorden, mi celular recibió una llamada. Era mi madre.
-Hola, mamá -saludé con el teléfono entre el hombro y la oreja, porqué tenía las manos mojadas por lavar platos.
-¡Hola, cariño! -gritó-, que alegría escucharte, ¿qué tal, cómo has estado?
-Bien, mamá, de vacaciones -informé-, ¿y tú? ¿Qué tal todo por allá?
-Todo bien -respondió-. Ian fue con tu padre a comprar un libro que quería -rió y yo me le uní-.
-Pronto estarán viviendo en una casa tapizada de sus estanterías -comenté, aún preguntandome por qué me llamaba.
No era que me molestara, es sólo que usualmente era mi padre quien llamaba.
-Supongo que te preguntas por qué llamo -dijo.
ESTÁS LEYENDO
Sólo Tú ✔
Romance[Libro I Trilogía Silly Cliché] Olivia Estrada es una agradable y alegre chica de 21 años, estudiante de una universidad en Colorado. Cuando recibe una irremediable noticia, junto con su mejor amiga y confidente, Steph, deciden ir a un bar por un pa...