El infierno.

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Se me agotaba la paciencia. Seguía sin poder enfrentar a mi hermano después de haber perdido mi tiempo con el idiota de Jughead. Cada vez que pensaba que estaba preparada para hablar con Marcus me horrorizaba la idea de que realmente fuera un problema de drogas, tenía miedo, mucho.

-Tengo la solución.

-Sorprenderme.- dije algo desanimada.

-¿Por qué no te pasas por la fiesta de este fin de semana? Se que tu hermano y los serpientes irán.

-¿Se puede saber como te enteras de esas cosas?

-Porque a diferencia de ti, yo tengo vida social. -dijo mientras me daba palmaditas en el hombro.

-Iré a esa fiesta, pero sólo para poder vigilar de cerca a Marcus.

-Genial, pero esta vez, por favor, ponte un poco más decente.

-¿En serio, Veronica?- la dije fulminándola con la mirada.

-Vale, no he dicho nada. Pero quedamos en mi casa, te prestaré algo.

-Verónica, no...

-Hola -dijo alguien sobresaltándonos a las dos.

-Hola- contesté sin mirar prácticamente.

-Dios mio, dios mio, dios mio. Es Ryan.

-¿Quién? - pregunté sin mucho ánimo. 

-Es un serpiente, Betty. - me fije un poco más mientras se sentaba en la mesa de los serpientes.

-Es él, Verónica, él me ayudó. -En ese momento Ryan miró en nuestra dirección y vi como me guiñaba un ojo mientras sonreía.

-Betty, ¿acabas de ver eso?. - al parecer, Verónica y yo no eramos las únicas que lo habíamos visto. Jughead Jones también y tenía cara de no entender nada de lo que estaba ocurriendo dentro de su propia banda. Miró a Ryan con cara de pocos amigos y se levantó en dirección opuesta.

La tensión en casa cada vez era más difícil de sobrellevar, aunque Marcus solía desaparecer es cierto que esta última semana parecía algo más animado y sonreía más. Quizás Jughead se había apiadado de mi y le habían dejado en paz, descarté la idea al momento. Aunque estaba segura de que esa noche me enteraría de todo.

-Estamos listas. - Dijo Verónica, demasiado entusiasmada para mi gusto.

-No lo entiendo.- La mire fijamente durante un rato, mi amiga llevaba un estilo demasiado oscuro incluso para ella. Normalmente aunque yo no iba a esas fiestas siempre veia sus fotos y en ellas siempre podías ver a todas nuestras compañeras con sus vestidos más cortos y kilos de maquillaje. Pero hoy era diferente, llevaba una falda de cuero y una chaqueta negra.

-Quizá se me ha olvidado comentarte algo, la fiesta de hoy es un poco diferente.

-¿Diferente?

-No es en una casa.

-Suéltalo ya.

-Es en la guarida de los serpientes.

Dos horas después, me encontraba pidiendo chupitos para mi amiga Verónica, rodeada de serpientes y de la mitad de mi instituto. Por lo que habíamos podido escuchar, las serpientes iban a dar un importante anuncio esa noche. Encontré a mi hermano entre la multitud, riendo e integrándose con la gente, desde luego, mucho mejor que yo.

-¿Qué haces aquí? - escuché que decía alguien cerca de mi, era Jughead.

-Sabes que hago aquí.

-Me sorprende que ahora te codees con nosotros, los mortales.

-¿Qué estas diciendo?

-Quiero decir, tu siempre tan perfecta y nosotros tan... -y se tomó un chupito de un trago.

-Para tu información, si he sido invitada.

-¿Por quién? -dijo Jughead con una gran sonrisa irónica.

-Por mi -los dos nos giramos para observar a Ryan, quien ignoró a su amigo serpiente para colocarse a mi lado y darme un vaso lleno de cerveza y a continuación, rodearme los hombros con su brazo. Mientras Jughead ladeaba su cabeza y se cruzaba de brazos mirando con disgusto a su amigo.

-¿Algún problema, Jug? -este se quedó callado un largo rato, para luego suspirar y mirar al suelo. En ese momento llegó mi amiga Verónica, sacándome de aquel trío un tanto incómodo. Mientras me marchaba pude escuchar como Jughead le reprochaba algo a Ryan mientras este se reía, daba la sensación de que ambos tenían diferencias incluso antes de mi aparición.

Entonces alguien subió al escenario y pidió que le escucháramos:

-Como sabéis, hoy hacemos esto para celebrar algo muy importante, como todos los años, los serpientes siempre abrimos las puertas de nuestra familia a nuevos miembros y por ello, me gustaría que dierais la bienvenida a la familia a Marcus Cooper.

Y fue ese el momento en el que entendí que mi hermano acababa de entrar al infierno, por voluntad propia.

Entre luces y sombras  |  BUGHEAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora