Interfiere.

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-Tienes cara de cansado. - Después de tres horas había podido localizar a mi hermano, ahora se encontraba intercambiando libros en su taquilla.

-Hola Betty, perdona, llevo un día de locos.

-Mamá me dio esto esta mañana pero creo que ya habrás comido.

- Si. - me dijo con un suspiro y evitando mi mirada.

-¿Estas bien? Pareces...

-Estoy bien. - dijo cortante

-Vale perdona, no soy mamá no tienes que darme explicaciones.

-Lo se, perdona. Me voy, tengo mucha prisa. -Dijo mientras me saludaba con la mano.

Pasé el resto de la mañana extraña, con una sensación incómoda, no podía evitar que me molestara ni podía evitar preocuparme exageradamente por todo lo referente a Marcus. Estaba actuando raro, intenté relajar mi paranoia y seguir con mi día.

-Betty, escucha, que opinas, ¿el rosa o el rojo? - me interrogaba mi amiga acerca de dos vestidos idénticos.

-El rosa.

-Ese es muy tú, Betty.

-¿Entonces para que me preguntas?

-Tenia la esperanza de que te hubieras golpeado en la cabeza con algo y hubieras cambiado al menos un poquito.

-Muy graciosa. -Dije entrecerrando mis ojos.- ¿Recuerdas lo que pasó la última vez que te pusiste un vestido rojo?

-Eso no volverá a pasar, además, no le tengo miedo a esa idiota culebrilla.- Era la manera en la que mi amiga se refería a Toni Topaz, una de esas chicas que siempre estaban pegadas a Jughead y a los serpientes. De hecho, ella llevaba la misma chaqueta que los demás pero en color rojo. Siempre abrazándolos y riéndoles todas las gracias a esos idiotas. Miré un segundo hacía su lugar en la cafetería, no me había equivocado, ahí estaba ella riéndose como una loca y tirando pequeños trozos de comida a uno de ellos. Volví a sentir un escalofrío por todo el cuerpo, Jughead Jones por supuesto pensé. Me miró con semblante serio, como si estuviera intentando leer mi mente. Sus ojos azules podían ver a través de mí y aquello no me gustaba, me asustaba.

Toni se unió a nuestro juego de miradas, pero la suya era claramente una mirada de odio, ardía incluso, nunca he buscado pelea con nadie, pero Toni era un ser por el que sentía bastante poco agrado. Incluso en momentos como este, donde sigo siendo la chica perfecta, correcta y discreta que todos piensan, la otra Betty interfiere. No iba a retirar la mirada y a dejar que Toni se sintiera por encima, así que, viendo que no funcionaban sus métodos contra mi, se dirigió enfadada hacia Jughead y se sentó encima de él para llamar su atención. Se me escapó una pequeña risa ante aquel cutre intento de quizás ponerme celosa o molestarme. Suerte la próxima vez, Toni.

Entre luces y sombras  |  BUGHEAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora