Entre luces y sombras | BUGHEAD.

Claridad.

No es un final feliz tan solo es un final, pero parece ser, que ya no hay vuelta atrás. Rompí tu mundo en dos, rompí tu corazón y ahora tu mundo está burlándose de mi. Miedo de volver a los infiernos, miedo a que me tengas miedo, a tenerte que olvidar. Miedo de quererte sin quererlo, de encontrarte de repente, de no verte nunca más. 

-¿Quieres algo? Estas pálida. 

-Si, un vaso de agua. 

-No puedes tomar agua -dijo entre risas.

-¿Qué puedo beber en este sitio entonces? 

-Toma -dijo mientras me pasaba su vaso y yo seguía buscando a mi hermano entre la multitud con la mirada. 

Un sabor dulzón embriagó mi boca y todo lo que recuerdo después está borroso. Han pasado días, semanas, quizás incluso meses. Pero ahora todo volvía a aquel día en la guarida de las serpientes del sur, cuando supe que mi hermano era uno de ellos. 

-Respira Betty, respira, por favor -dijo mi amiga nerviosa- Joder, estas en shock. 

Podía oírla, pero las palabras no parecían querer salir de mi boca. 

-Averiguaremos quién ha hecho esto y nadie lo recordará en unos días. Cheryl y las chicas ya están quitando todos esos papeles.

-Verónica -dije en un susurro, sin mirarla- ¿Cómo...?- Y no pude terminar la frase porque las lagrimas invadieron de nuevo mi rostro y no supe que decir. 

-Escúchame, ¿quien crees que podría hacerte algo así? 

¿Algo así? Si ni siquiera sabía que era lo que estaba pasando. No recordaba esa foto, no sabía quien la había hecho ni como había llegado esa foto a recubrir los pasillos de la escuela y lo peor de todo, es que no sabía qué había detrás de esa foto. ¿Qué había pasado realmente aquella noche? 

-Ha sonado el timbre -dijo Verónica empujándome a la realidad. 

-¿Qué? -dije algo aturdida.

-Vamos a salir ahora, no hay nadie. ¿Quieres irte a casa? Puedo llamar a tu madre o a Jughead... 

-No. -dijo con inmediatez, mientras agarraba su brazo. 

-¿Estáis bien? -dijo y agaché mi cabeza mirando a las baldosas blancas que cubrían el suelo. 

-Si, es solo que... -para de mentir escuché en mi cabeza- La verdad es que no... 

-¿Crees que él ha podido...?

-¿Qué? No. Él no... 

-¿Que ha pasado exactamente, Betty? 

-Les dijo a sus amigos que no eramos nada, pero porque es un inmaduro... pero él no tiene motivos para hacerme algo así, jamás me haría algo así... 

Jamás me haría algo así, ¿verdad? pensé. Cualquier cosa que haya pasado... el jamás, dudé de nuevo, dudé como todas aquellas veces, ¿porqué no era capaz de confiar en él nunca? ¿Porqué no era capaz de no pensar siempre lo peor de todos? No encontraba la claridad porque yo era un abismo de oscuridad en mi misma. 

-¿Estas mejor? -dijo Verónica mientras me arropaba y se sentaba a los pies de mi cama.

-No lo se -dije con la mirada perdida- Quiero estar sola, Verónica.