El cielo.

2.8K 222 16
                                    

El amor es mi religión, pero él era mi fe. Enamorarme de él fue como caer en desgracia. Él era muchos pecados, pero habría hecho cualquier cosa por él. Y si me preguntas, si, volvería a hacerlo otra vez. No necesito imaginarlo, porque es real. Dicen que los chicos buenos van al cielo, pero los chicos malos te entregan el cielo a ti.


-Si sigues haciendo eso te arrastraré hasta aquí en dos segundos. -dijo divertido pero con algo de oscuridad en sus palabras.

-No se a que te refieres.- dije haciéndome la inocente.

-¿Sabes que te veo desde aquí, verdad? -dijo mientras yo me quitaba su camiseta en el baño y le observaba tendido en aquella cama, a través del espejo.

-No tenía ni idea.- dije mintiendo. Y segundos después noté su boca en mi cuello y cerré los ojos para poder disfrutar de aquel momento, como si fuera el último. Sus manos avanzaron hasta mi cintura, repasando su forma y haciendo que me moviera buscando su cuerpo.

-Vas a llegar tarde.- me dijo al oído. Abrí mis ojos y miré nuestro reflejo en aquel cristal, era maravilloso, cuando estaba cerca de mi me sentía más guapa, más sexy, más feliz. El me complementaba.

-¿No vas a venir?

-No, aun no. Quiero hablar con los serpientes y cuando las cosas vuelvan a calmarse, volveré.

-Pero te estas perdiendo muchas clases, no quiero que pierdas el semestre.

-No lo haré.- dijo besando mi frente.- Salgo con la mejor profesora de este pueblo, ¿no lo sabías? -dijo sonriendo.

-Así que es eso, me utilizas para aprobar, muy bonito.- dije siguiendo su broma.

-En realidad, te quiero para unas cuantas cosas más.- y besó mi boca dejándome sin argumentos.


Me sentía como si hubiera tocado el cielo con las manos, estaba tan feliz que ni siquiera podía disimularlo. Aunque no sabía lo que eramos, no sabía lo que teníamos y no sabía lo que iba a durar, esos momentos de felicidad valían oro. Entendía que no podía reclamarle nada, al menos por ahora, y entendí que aunque no tuviéramos un título yo significaba algo para él, o eso me gustaba creer.

-Se que otras veces te he dicho que no iba a salir bien pero... te hace feliz y aunque sabes lo que pienso, también te apoyo.- dijo Verónica después de contarle mi situación actual.

-Se lo que piensas, si fuera yo la que tuviera que aconsejarte también te diría que te alejaras de él. Se que es... peligroso. Pero por ahora, necesito esto.

-Lo se. Pero quiero que le digas que si te hace daño, le mataré.- dijo y por un momento me creí sus palabras.

-Hola.- dijo Marcus apareciendo entre nosotras. -Verónica, te importa si... -y la verdad es que mi amiga estaba más que acostumbrada a estas situaciones.

-No, tranquilo. -dijo rozando con la mano el hombro de Marcus.- Te veo en historia, B.

-¿Donde has pasado la noche? -dijo mi hermano apoyando las manos en la mesa, tomando una postura poco relajada.

-¿Qué? -dije sorprendida a la par que nerviosa. ¿Por qué sabía Marcus que no había dormido en casa? ¿Era posible que ahora fuera él quien estuviera pendiente de mi?

-Me has oído bien, Betty.

-Anoche estuve... con Verónica.- dije, de nuevo, mintiendo lo mejor que pude.

-Ah.- dijo suspirando y mirando al suelo, parecía aliviado.- Espero que así sea.

-¿Qué quieres decir?

-No quiero verte cerca de él.

-¿Estas hablando de Jughead?

-Si.

-¿Qué crees que haces, Marcus? ¿Crees que puedes controlar mi vida? Puedo estar con quien yo quiera.

-Estoy preocupado por ti, no quiero que te haga daño.

-Te recuerdo que Jughead es prácticamente tu mejor amigo.

-Si, y es un buen amigo, pero es un imbécil con las chicas. Te hará daño porque le he visto hacerle daño a un millón de chicas, pero jamás pensé que tu...

-¿Jamas pensaste que yo me fijaría en él?

-Le odiabas, Betty. Y por eso en parte, creo que todo esto es culpa mía. Dejé que entraras en los serpientes y él pudo acercarse a ti sin que yo me diera cuenta...

-Hablas de mi como si fuera la víctima inocente de un acosador y no es así, él intentó que no ocurriera nada entre nosotros, no fue él, fui yo. -y el rostro de mi hermano se tensó.

-Es lo que quiere que pienses, te está manipulando.

-Marcus, basta.- dije enfadada por todo lo que estaba escuchando.- Se acabó. No voy a dejar que juzgues algo de lo que no sabes nada. -y me levanté lista para irme.

-No quiero que estés con él.- dijo mientras me marchaba.

-¿Recuerdas cuando yo te pedí lo mismo con los serpientes? Me respondiste que no podía manejar tu vida, tu tampoco puedes manejar la mía.


En ese momento entendí lo que yo había hecho con Marcus, había intentado alejarle de algo que a mi me daba miedo pero no conocía y ahora él intentaba hacer lo mismo. Lo más gracioso de aquello, es que los dos veíamos a Jughead como el culpable de todo. Después de esquivar a Marcus durando dos días, ahora que sabía que estaba controlándome tenía que tener mucho más cuidado con mis salidas nocturnas. Por ello, cuando le dije a Jughead que no podría ir a verle, él buscó otra alternativa.

Escuché un golpe seco contra mi ventana.

-¿Qué haces aquí? -dije al ver a Jughead trepando por la escalera del jardín.

-Ya que tu no vienes a verme, he decidido venir yo.

-¿Estas loco? Sabes lo que opina Marcus de nosotros...

-Lo se, pero no se enterará. Te lo prometo.- y no pude decirle que no mientras me miraba tan fijamente con aquellos ojos color océano.

Y realmente no quería que se fuera, quería que se quedara, que me abrazara y que me besara para siempre porque con él, me sentía en el cielo. Así que dejé que hiciera todo eso durante la noche, y cuando se durmió a mi lado, y volví a verlo descansar de verdad, olvidando todos los problemas. No quise dejarle ir, no quería tener que hacerlo nunca.


Nunca sabes el poder que tienen hasta que te dejan y los quieres de vuelta. Nada en este mundo te prepara para eso. No soy una pecadora, él tampoco era el indicado y tampoco tenía idea de en que nos íbamos a convertir. No me arrepiento, pensé que era divertido, y es que, los chicos buenos van al cielo, pero los chicos malos llevan el cielo hasta donde tu estés.

Heaven-Julia Michaels

Entre luces y sombras  |  BUGHEAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora