CAPITULO 19

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Dos de la mañana y Carmine no podía dormir. Se deslizó escaleras abajo, saltando cuando su padre apareció en la puerta de la cocina. Carmine no esperaba que nadie estuviera levantado a esta hora, mucho menos él. La mirada de Vincent siguió a Carmine cuando pasó junto a él para conseguir algo de beber.

— ¿Insomnio?

Carmine se encogió de hombros.

—Se podría decir eso.

— ¿Pesadillas otra vez?

—Se podría decir que sí. —A Carmine le molestó que sacara eso, pero podía ver preocupación genuina en la expresión de su padre. No quería insistir, sin embargo, por lo que cambió rápidamente de tema.

—Así que, ¿por qué estás levantado?

Vincent suspiró.

—Me voy a Chicago.

—No sabía que tenías que ir este fin de semana.

—Yo tampoco hasta que Sal llamó —dijo—. Se suponía que no volaría de nuevo hasta el próximo fin de semana, pero el problema con los rusos se está intensificando.

La frente de Carmine se frunció.

— ¿Tiene un problema con los rusos?

—Lo hemos tenido durante un tiempo. Invaden nuestro territorio, que es algo que no podemos tolerar.

Carmine se sorprendió que le estuviera diciendo tanto. Su padre no era de los que ofrecía información suplementaria.

—Bueno, buena suerte con eso, supongo.

—Gracias. Estaré de vuelta en la noche del domingo... con suerte. —Él vaciló como si tuviera algo más que decir, pero finalmente sacudió la cabeza—. Que tengas un buen fin de semana, hijo.

Vincent salió de la cocina. Carmine se quedó allí, mirando el lugar donde su padre había estado de pie. Él tomó el último del zumo en el vaso antes de irse arriba, acostarse silenciosamente y mirar al techo.

***

Cuando Haven despertó a la mañana siguiente, él envolvió los brazos alrededor de su cintura.
—Buenos días, bella ragazza. ¿Qué tal si nos vestimos y hacemos algo hoy?

Ella sonrió adormilada.

— ¿Cómo qué?

—Lo que quieras —dijo—. Podríamos ir al cine o al parque, tal vez conseguir algo de cenar.

No tenía ni idea de lo que la gente hacía. Lo más cerca que había estado alguna vez de una cita fue ir de paseo a por comida rápida de camino para dejar a alguna chica después del sexo. Él no estaba seguro de que eso incluso se pudiera contar, teniendo en cuenta que por lo general les hacía comprar sus propios alimentos.

Una extraña expresión cruzó su rostro.

—¿En público?

Él se echó a reír.

—Sí, en público. Con otras personas a tu alrededor, incluso.

—Uh, está bien. —Ella sonrió con emoción—. Voy a vestirme.

Él la soltó y la observó mientras correteaba alejándose, sorprendido de que algo tan trivial como una película podría hacerla iluminar tanto.

Carmine se duchó y se cambió de ropa, eligiendo un par de pantalones vaqueros desteñidos y una camisa de manga larga verde de botones, ya que el verde era su color favorito. Se arremangó las mangas, sintiéndose sofocado, y se puso un par de Nikes antes de agarrar sus cosas. Al salir, se dio cuenta que Haven estaba de pie en la puerta de su habitación, con un par de jeans ajustados y un jersey azul, inquieta.

SEMPRE forever (Español).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora