CAPITULO 33

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—Vas a morir.

Esas tres palabras quebraron el silencio que envolvía la habitación. Vincent luchó contra el impulso de resistirse, mejor mantener su disposición calmada. No era como si fuera algo que ya no había pensado para sí decenas de veces, pero oírlo verbalizado con aquella fría voz sin emoción lo hizo real.

Él miró en la dirección en que las palabras habían salido y se encontró con los penetrantes ojos de Corrado, tan oscuros que Vincent no podía diferenciar entre la pupila y el iris. Eran los mismos ojos a los que docenas de personas habían mirado durante sus últimos momentos en la tierra, ojos que podrían romper el más duro de los hombres. Eran los ojos de un asesino, un hombre que podría estirar la mano dentro de su abrigo, sacar su pistola calibre .22 Ruger Mark II, y poner una bala en Vincent antes de que supiera lo que estaba pasando. Más importante aún, eran los ojos de un hombre que no dudaría en hacerlo si era necesario.

—Lo sé —dijo Vincent, manteniendo su voz, incluso a pesar de su ansiedad.

Era principios de junio, y a la mañana siguiente Dominic se graduaría de la preparatoria. Fuera de todo lo que Vincent había hecho en la vida, Dominic se sentía como su mayor logro. Solamente el hecho de que había sobrevivido intacto y estaba emprendiendo un camino que no se asemejaba al que había andado él a su edad, hacía que Vincent se sintiera como si hubiera hecho algo bien. Aquí había algo que no había destruido, la vida de alguien que no había arruinado.

Pero su orgullo se vio ensombrecido por otro evento, uno que lo había obligado a romper su silencio. En solo dos cortos días, Carmine cumpliría dieciocho años. Su hijo menor estaría emancipado a los ojos de la ley y fuerzas externas amenazaban con quitarle la vida. El Don quería al Príncipe, una marioneta a la que pudiera moldear en un brutal, soldado calculador. Sal no estaba por encima de la manipulación, y Vincent tenía miedo de lo que haría para poner sus manos sobre Carmine.

Corrado y Celia habían volado para la graduación de Dominic y para celebrar el cumpleaños de Carmine. Los chicos se habían levantado antes del amanecer para ir a Asheville por la tarde, y Celia estaba arriba, dando a propósito a los dos hombres un poco de espacio.

—Ella no parece a una Principessa —dijo Corrado.

—Tuve el mismo pensamiento.

—Pero eres positivo con eso.

—Por supuesto.

—Siempre sospeché que había más en esa chica —dijo Corrado—. Nunca tuvo sentido que Frankie se pusiera hostil con tu esposa porque ella estaba interesada en su nieta. Claro, él trataba a la niña horriblemente, pero no valía la pena ir a las medidas extremas para encubrirlo. Pero esto... esto es la pena la muerte.

Vincent se encogió. Corrado notó su reacción y aclaró.

—No estoy diciendo que ella debería haber muerto. Todavía, a día de hoy, me hubiera gustado haber hecho más, pero nunca pensé que Antonelli pudiera ser tan atroz.

—Ninguno de nosotros lo hizo.

Corrado apartó la mirada de él.

—Es difícil de creer que sea uno de los nuestros. Es surrealista de descubrir, después de todos estos años, la pequeña esclava es la nieta de Joseph y de Federica. Su bebé sobrevivió y terminó al cuidado de Antonelli. ¿Cuáles son las probabilidades de que estuvieran relacionados con...?

—Salvatore —dijo Vincent.

—Ha de sobrevivir a la familia, después de todo.

Entonces muchas personas se habían perdido en el caos de los años 70, una gran cantidad de cuerpos nunca se recuperaron. Comenzó con un hombre haciendo un espectáculo del estilo de vida y llegó a ser un enfrentamiento que se extendió por todo el país. Se convirtió en venganza y derramamiento de sangre, los hombres yendo en contra de todo lo que las organizaciones defendían en nombre de la venganza. Las mismas familias que habían jurado proteger a las mujeres y los niños, estaban tan cegados por el odio que se ensañaron con los inocentes.

SEMPRE forever (Español).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora