—Sabía que eras muy fuerte— le susurró Dorian dándole dos coscorrones tiernos y le sonrió limpiando sus lágrimas.
— Eso fue... muy complicado y... extraño, pensé que la prueba sería más tardada. —Inés frunció el ceño y miró a Bastet quien sería negaba con su cabeza.
—Ya todo acabó— Escuchó decir a Dorian y al alzar la mirada por encima de su hombro su sangre se heló al ver a Gedeón muy cerca de ellos, cuando Inés quiso actuar Dorian ya tenía un puñal clavado en una costilla, Inés lo miró caer y se arrodilló para apoyar su cabeza en su regazo.
— ¡Dorian!— él la miró con los ojos totalmente cansados y acariciando su cara le dio su último suspiro. —No... no, abre los ojos, mírame Merlín, por favor no me dejes así. —Inés buscó a Bastet con la mirada pero era más que obvio que había huido estando embarazada. — ¡Vas a pagar por esto!
—Después de años al fin me deshice de Merlín, y ahora solo me queda mi piedra en el zapato, la última Covenage, ¿Qué harás?— preguntó retándola con la voz más odiosa que jamás se pudo imaginar, Inés se puso de pie y aun con lágrimas corriendo cerró sus ojos y al abrirlos un destello dorado salía de ellos, la furia corría por sus venas, estaba tan furiosa que no necesitó crear una esfera energética, esta vez era tan fuerte su poder y su enojo que solo bastó con abrir los brazos para que su cuerpo flotara a centímetros del suelo y sacara dos gigantes bolas de fuego provenientes de sus manos, a su alrededor el aura que tenía ahora era morado y su cabello se movía al ritmo del viento.
— ¿Así que te has vuelto más poderosa? No te preocupes Covenage, porque yo lo soy más. — Gedeón apretó con fuerza sus puños y su cuerpo se envolvió en un aura negro, caminó seguro en su dirección y creando una esfera de energía salieron varios clones de él para confundirla, pero Inés sabía perfectamente quien era el original, puesto que jamás le quitó la vista desde que tocó a Dorian.
— ¡Déjate de trucos baratos!— Gritó Inés creando una esfera energética con las bolas de fuego y estirando sus brazos esculpió dos látigos llenos de fuego, con fuerza golpeó a los primeros clones de Gedeón mientras que con la otra mano se deshizo de los que llegaban por detrás de ella, Gedeón al notar que era el único de sus clones se enfadó aún más, y creando otra esfera de magia se rodeó de ella, pero Inés al notar que la atacaría de inmediato creo una esfera también, solo que esta vez la esfera era más grande que su propio cuerpo, y cuando sus ojos brillaron más dorados de lo normal y gritó el conjuro que probaría en el momento.
Esta vez toda su ira la liberó y comenzó a transformarse en un enorme dragón gris con grandes alas y ojos morados, Gedeón se pasmó sin creer aun lo que sus ojos veían, y sin hacer nada observó al Dragón acercarse a gran velocidad, cuando reaccionó Inés ya estaba frente a él y de un fuerte golpe con su gran pata lo sacó volando hasta el árbol más cercano, lo alcanzó y sin esperar a que se parara de nuevo lo pisoteó una y otra vez hasta dejarlo sin vida. Liberada por lo que había hecho alzó su enorme cara al cielo y soltó un gran rugido de dolor, bajó la mirada y se dirigió hasta donde estaba el cuerpo de su amado Merlín, con su nariz intentaba moverlo pero él ya no reaccionaba a nada, se acostó con cuidado a su alrededor, sus enormes lagrimas caían sobre el cuerpo de Dorian y poco a poco Inés regresó a su forma original con su capa roja, con ella cubriendo lo que quedaba del amor de su vida.
—Perdóname... si tan solo hubiera sido más rápida. — Le dijo derrumbada sobre él, y al acostarse en su pecho lo abrazó tocando su abdomen, aún tenía calor pero poco a poco desaparecía y al tocar su herida tomó la daga que Gedeón le clavó y con fuerza la sacó, de repente el cuerpo de Dorian se volvió de paja y era un simple muñeco, Inés observó a lo lejos a Gedeón y también era un simple muñeco.
—Ahora eres una Edge Witch— escuchó la voz de Bastet de tras de ella, asimiló lo que acababa de pasar y cayó en cuenta de que todo aquello había sido la prueba, sonriendo irónica limpió sus lágrimas.
— ¿Dorian está bien?— preguntó aun sollozando y Bastet asintió positiva, Inés un poco afectada aún se inclinó tomando sus rodillas para relajarse, intentaba caer en cuenta de que todo había sido una prueba, respirando hondo.
—Me alegro de que Dorian te haya regalado mi capa, solo podría tenerla mi reencarnación, y además... no a todas se nos ve bien. — le dijo para levantarle el ánimo. —Ahora ya estas lista, no vuelvas a dudar de ti, tú tienes el poder... y esa transformación en Dragón fue... ¡Increíble! Para hacer eso se necesita mucha energía, ¡Felicidades! Ya estás en otro nivel, ahora volvamos porque está a punto de amanecer.
Durante el camino de regreso por el bosque Inés y Bastet platicaron felices, se sentía la comunión entre ellas, ya que Inés sería su reencarnación ahora Bastet le comenzó a dar tips de magia que solo ella sabía, al llegar a la cabaña las dos entraron mientras que Dorian y Eros platicaban muy entretenidos en un sofá, cuando Dorian miró a Inés ella no soportó el llanto y corrió hasta el dejándose caer sentada en sus piernas, él guardó la calma y miró a Bastet caminar hasta Eros quien tomó su mano para besarla y se posó a su lado.
— ¿Qué pasa brujita?— le preguntó mientras ella aún seguía abrazándolo con fuerza, él la obligó a mirarlo y con ambas manos le limpió sus lágrimas.
—Te prometo que no dejaré que Gedeón te haga daño, mientras yo viva jamás estarás en peligro... nunca. — Sollozante lo abrazó de nuevo y él la rodeó con sus brazos para calmarla sobando su espalda.
— ¿Qué fue lo que le hiciste Bast?— preguntó Eros bromeando y ella sonrió orgullosa.
—Ya está lista, sin duda lo está— respondió Bastet feliz y los tres miraron que Inés cayó dormida en los brazos de Dorian. —No te preocupes, gastó mucha energía; llévala a descansar.
Con cuidado Dorian le quitó la capa y la metió a las cobijas, se acostó a su lado pasando un brazo por su cuello y ella con sus últimas fuerzas se recostó en el pecho de Dorian, y aun que él no había visto nada, sabía que los fantasmas de su pasado no eran fáciles de lidiar. El destino le había prometido a una mujer fuerte que pelearía junto a él y ahora la abrazaba, ¿pero cómo sabía que ella era la correcta? Porque para Dorian lo más importante era que ella se esforzara por superarse a sí misma y después demostrar que lucharía con él para que vivieran juntos, ahora se encontraba orgulloso de la futura madre de sus hijos.
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Engatozada: Dorian
Romance(ENGATOZADA Parte 3) Dorian Krentz hechicero poseedor de la magia de Merlín es el encargado de conservar el equilibrio de la magia en el sistema de todas las cosas, y para lograrlo tiene que mantener con vida a Inés Covenage, una mujer solitaria a q...