(ENGATOZADA Parte 3)
Dorian Krentz hechicero poseedor de la magia de Merlín es el encargado de conservar el equilibrio de la magia en el sistema de todas las cosas, y para lograrlo tiene que mantener con vida a Inés Covenage, una mujer solitaria a q...
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— ¿Cómo no estar bien si estoy entre tus brazos?—respondió Inés y Dorian sonrió.
—Dorian deja que Inés haga el juramento... —le pidió de forma severa uno de los brujos ancianos y mirando a Inés salió del círculo, otro brujo anciano entró con una espada tomada por ambas manos.
—Inés Covenage arrodíllate. —ella obediente lo hizo y el anciano continuó. — ¿Juras por tu vida que a partir de este momento protegerás la magia con tu vida y conservarás tus poderes intactos hasta el día en que el cristal absorba de nuevo tu magia?
— ¡Lo juro!— gritó tomando la espada y la clavó justo en medio del circulo donde se encontraba.
—Ponte de pie, entonces este día pasara a la historia ya que tú eres la nueva maestra hechicera. —Inés sonrió y todos los estudiantes comenzaron a aplaudir felices.
Aquella noche fue totalmente mágica, prendieron una gran fogata y festejaron con comida deliciosa mientras bailaban alrededor del fuego, todos celebraban que el mundo de la magia estaría más protegido, Dorian e Inés se encontraban dentro de su universo, y aun que la música era rápida y melodiosa ellos bailaban lento a su ritmo, sus miradas demostraban que ahí había más amor del que se creía. Y ahora que los ojos de Inés estaban abiertos al mundo paranormal, podía ver que hasta los espíritus celebraban con los vivos, observaba a niños fantasmas y a sus madres, era otro mundo; y sus ojos ahora divisar el velo que cubría el otro lado.
—Es increíble... una persona normal se espantaría por todo lo que estoy viendo ahora.
—Sí, Bastet era muy conocida por su increíble habilidad de ver el más allá, te aconsejo que los ignores, una vez que saben que puedes verlos no dejaran de molestarte, te lo digo por experiencia brujita. — le comentó Dorian quien aún no la soltaba. —Me hubiera gustado conocer a tus padres para pedir tu mano formalmente.
—Creo que te tengo que mostrar algo... ¿me acompañas al refugio? Te prometo que vendrá la pena... —Dorian asintió y dejaron a todos disfrutando de la luna, mientras caminaban de regreso al refugio tomados de la mano guardaron silencio por unos segundos. —Cuando estaba haciendo la recolección de hierbas... me encontré con Gedeón...— Dorian se paró en seco y la miró un poco enojado. —Y antes de que empieces con mil preguntas... no me hizo nada, estoy bien, no peleamos solo me dijo que me dejaría disfrutar mi iniciación, claro que después comenzó a decir tonterías y desapareció.
—Ese maldito no descansará nunca hasta ver que la magia esté hecha cenizas. — dijo caminando de nuevo e Inés aprovechó para preguntarle una duda que llevaba tiempo queriendo saber.
—Dorian... ¿Por qué si es un protector de la realidad y odia la magia, la usa?
—Nosotros como hechiceros sabemos que Gedeón planea hacer otra cosa, él dice que quiere destruir la magia pero sé que cuando descubres el poder que te concede ya no quieres dejarla, no me dejarás mentir. Pero nuestras sospechas nos llevan a pensar que él quiere deshacerse de nosotros para manipular la magia solo contra todo el mundo, de cualquier manera fuera cual fuera la magia se perdería.
