-NI EN TUS SUEÑOS-

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Caminó junto con Dorian por el bosque perdido, le costaba demasiado verlo y saber que no podía hablar con él como antes, en verdad extrañaba al antiguo Dorian

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Caminó junto con Dorian por el bosque perdido, le costaba demasiado verlo y saber que no podía hablar con él como antes, en verdad extrañaba al antiguo Dorian.

— ¿Cómo supiste donde estaba el refugio?— le preguntó Dorian sacándola de sus pensamientos y de repente no supo que contestar, así que le dijo lo primero que le vino a la mente.

—Yo... am... mi maestro me enseñó cómo llegar, me dijo que era necesario tener el cristal. —Respondió limpiando el sudor de su frente, este Dorian resultaba más curioso que el anterior.

— ¿Cómo se llama tu maestro? — le preguntó deteniéndose un momento e Inés se frenó unos pasos después de él, se sentía expuesta y le estaba costando mucho trabajo lidiar con él.

—Yo... viajé en el tiempo y me entrenó Merlín. —respondió y siguió caminando justo por el camino correcto  a la puerta secreta, algo que sorprendió a Dorian, entonces se volvió más curioso de lo que ya estaba.

— ¿Y quién te enseñó a viajar en el tiempo si el que te enseñó todo fue Merlín?— preguntó sonriendo divertido, era como si le gustara torturarla con cada pregunta, después de todo ella acababa de llegar y ya estaba moviendo mucho. Inés respiró hondo y se giró.

—lo averigüé en un grimorio antiguo de mi familia, ¿contento?— todavía ni siquiera había avanzado un diez por ciento y ya estaba harta de la situación, ella sabía que le había prometido a él que lucharía hasta el final pero vaya que él no cooperaba nada. — ¿Continuamos?— Dorian asintió y llegaron a la puerta, al entrar Dorian la dejó pasar siendo cortés, por lo menos eso no había cambiado, su departamento seguía exactamente igual; Inés se sentía tranquila con ello, significaba que Dorian no había cambiado por completo.

—Puedes ponerte cómoda...—Inés observó a Dorian caminar por su departamento y él comenzó a juntar varias plantas, Inés sabía que iba a hacer el hechizo de la lluvia protectora, justo como aquella vez.

— ¿Qué es lo que harás? — preguntó inocentemente, de alguna forma tenía que acercarse, él no protestó al verla curiosa y le mostró.

—Mientras pensamos que hacer necesitamos protegernos, los protectores de la realidad nos pueden rastrear con alguna prenda o algo por el estilo, con esta lluvia  se borrara nuestra huella por veinticuatro horas, nos hará invisibles.

—Suena interesante—dijo mirándolo, pero el reaccionó muy indiferente a su mirada y se giró hacía el libro.

—Llevo tiempo queriendo hacer este hechizo, cuatro lunas menguantes exactamente.

—Yo conozco un hechizo parecido, haces llover y con la lluvia quemas a tus enemigos...—Inés esperó su reacción y él dejó de mirar el libro que tenía abierto al escucharla. — ¿Qué?

—Nada... olvídalo. — Dorian se sentía confundido ya que él había creado ese hechizo, nadie más lo sabía, y ahora llegaba ella y le dice que ya lo conoce, si Inés quería llamar su atención lo estaba logrando. —Los dos tenemos que prender las hierbas al mismo tiempo, ¿bien?—Inés asintió y ambos prendieron la mezcla de hierbas, segundos después una ventisca apareció y Dorian al sentir el viendo fuerte abrazó a Inés como la vez pasada, cuando comenzó a llover se mantuvieron abrazados, ambos se miraron e Inés quiso aprovechar el momento, si mantenían la tensión podría besarlo, pero él volvió con sus preguntas incomodas. — ¿Por qué siento que me ocultas algo?—Inés se separó de él y fingió calma.

Engatozada: DorianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora