-LA CUENTA FINAL REGRESIVA-

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Durante casi todo el día se la habían pasado en la biblioteca; pensaban mil formas de atacar pero siendo solo cuatro todo era muy complicado, el simple hecho de pensar en utilizar magia oscura era un riesgo, pero cuando volvieron al refugio y nota...

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Durante casi todo el día se la habían pasado en la biblioteca; pensaban mil formas de atacar pero siendo solo cuatro todo era muy complicado, el simple hecho de pensar en utilizar magia oscura era un riesgo, pero cuando volvieron al refugio y notaron que la noche había caído comenzaron a llevar sus planes en marcha. Inés no podía ocupar magia oscura ya que su cuerpo con los mellizos no resistiría algo de esa magnitud, pero con su magia normal se las ingenió para hacer más defensa.

Mientras se preparaban los cuatro en la sala del refugio un chiflido los tensó, los cuatro se miraron y guardaron silencio.

—Pero qué solo se ve este refugio, ¿Qué le habrá pasado a todos los inútiles estudiantes?— musitó burlonamente Gedeón desde las afueras del refugio, sabía que había una protección, así que lo único que quedaba era salir y terminar con todo.

— ¿Están listos?— preguntó Dorian intentando guardar la calma y Sekmet y Morgan asintieron, cuando ellos salieron Dorian se acercó a Inés. —No sé qué decirte, yo voy a defenderte hasta donde me sea posible, ¿estas segura de que quieres pelear?

—Lo juré Dorian, este es mi propósito, todo estará bien, nuestro plan es increíble, yo sé que funcionará, además no será tan fácil pelear contra lo que yo tengo, los miniños y yo pelearemos hasta el final, ya lo decidimos. —Dorian asintió dolido ante la situación, así que se agachó frente a Inés y acarició su barriga y pegando su frente a ella les susurró...

—Cuiden mucho a su mami, su papá los ama mucho. —Una lágrima se anticipó e Inés la limpió de inmediato, no quería que Dorian la viera débil, no más cuando él más la necesitaba, después se paró y abrazó a Inés saboreando ese contacto. —Si algo pasa por favor recuérdaselos.

—Tú se los dirás cuando ellos nazcan Dorian, vamos a patearle el trasero a Gedeón, y tú y yo volveremos de vacaciones a nuestra nueva casa, con nuestros bebés ¿de acuerdo? Tu eres el mejor hombre que jamás he conocido, pase lo que pase estoy orgullosa de ti, pero es que además eres el nuevo gran Merlín, eres el mejor hechicero del mundo; muéstrale a ese imbécil que no puede meterse en nuestra vida así. —Dorian no aguantó más y la besó con fuerza, todos sus miedos se hacían presentes, esta vez podría perderlo todo y no sería fácil.

— ¿Sabes que te amo brujita?— preguntó intentando recobrar la motivación con una leve sonrisa e Inés sonrió.

—Sé de sobra que sí, aprendí la lección, es momento Merlín, demostrémosle a ese pedazo de imbécil quienes son los hechiceros maestros. —Inés golpeó sus puños para que él viera que no era una chica débil y respiró. —Ve... yo estaré en el techo ayudándoles.

—Perfecto, hagámoslo. — Dorian la besó una última vez y salió de la habitación sin verla de nuevo.

Inés subió al techo decidida para ayudarlos. —Muy bien miniños, su papi nos necesita... —dijo tocando su vientre y se colocó justo a la orilla del techo, desde ahí podía observar a Gedeón parado justo en la barrera y de tras de él más allá de los arboles podía divisar más de quinientos protectores de la realidad, cuando Gedeón alzó la mirada saludó a Inés con una sonrisa triunfante a lo que ella le respondió con otra sonrisa, dio unos pasos atrás y se centró en su plan.

Engatozada: DorianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora