-CAPERUCITA ROJA Y ¿EL GATO FEROZ?-

4.3K 730 45
                                    


Y aunque la tormenta de arena había terminado ahora había un motivo realmente bueno para estar ahí en medio del desierto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Y aunque la tormenta de arena había terminado ahora había un motivo realmente bueno para estar ahí en medio del desierto. Aquella razón por la que discutían se había convertido en un motivo más para demostrarse que tenían que estar juntos hasta en la situación más difícil.

Acostados uno frente al otro solo se miraban, tal vez no era el momento adecuado para haberse entregado pero... para Dorian y para ella había sido una gran terapia, él aún se encontraba triste pero ahora tenía algo más por lo que luchar, y ella había descubierto que lo que sentía por él era más de lo que pasaba por su mente, ahora estaba completamente segura de que sería capaz de hacer cualquier cosa por él, pues no estaba dispuesta a volverlo a ver a sí de acabado y triste.

—Tú no tienes la culpa de nada, perdóname por comportarme como un imbécil contigo...— le susurraba al oído mientras ella aún se encontraba en una hipnosis total por su voz ronca y cálida.

—No Dorian, yo sé que tengo parte de la culpa, es obvio; pero ahora no ganaremos nada si nos ponemos a llorar. —Le respondió Inés con un grado de seguridad en su voz, sin duda los recientes acontecimientos le habían cambiado la perspectiva de las cosas.

—Ivonne hizo lo correcto, por años fue mi mejor aprendiz, ella estaba dispuesta a morir por la magia, y además si ella no hubiera llamado la atención de Gedeón tal vez mis estudiantes hubieran muerto; porque yo no era capaz de escoger entre tú y ellos, en ese momento me pasmé, ella los salvó a ellos y nos salvó a nosotros, hiciste bien en enviarnos aquí.

— ¿Quién es exactamente Gedeón?— preguntó curiosa acariciando la barba de Dorian.

—Él es el líder de los protectores la realidad, es muy poderoso; si sus hombres llegan a fallar una misión; él se prepara para cumplirla personalmente, se vuelve una obsesión para él, entra al juego del cazador y es justo lo que nosotros acabamos de hacer, no solamente escapaste de él una vez, con esta ya son dos, jamás le había pasado y debe estar furioso.

—Explícame a lo que se refería cuando dijo que tú querías hacer lo mismo que mis padres. — más que una pregunta fue una orden y sin embargo él sonrió con una tierna mueca  y le explicó.

—Antes para que los brujos fueran más puros y originales, se les casaba entre personas de la misma familia, pero es que yo creía que tú ya habías revisado los documentos que te dio Emerick, ahí venia la información donde dice que tus padres originalmente eran hermanos, por eso eran brujos completos.

— ¿Y tú quieres que nuestros hijos se casen entre ellos?— preguntó irguiendo la cabeza recargada en su codo.

—No, esa práctica para mi acabó con tu familia, para evitar eso junté a los estudiantes refugiados, todos ellos aprendices de magia, así si nuestros hijos quisieran casarse en un futuro podrían hacerlo con alguno de los refugiados.

—Y así seguirían el legado de la magia...—Dorian asintió y se acostó boca arriba pasando su manos a su nuca pensativo. Para Inés esos momentos eran como oro molido, ahora que él sin duda era suyo podía mirarlo todo lo que quería sin sentir culpa alguna, mientras lo miraba ahí desnudo delante de ella un suspiro se le escapó  y Dorian la miró frunciendo el ceño. Inés sin que Dorian se diera cuenta creó una esfera pequeña de energía y enviándola a él hizo que un disfraz del mago Merlín lo vistiera, sin embargo Dorian a pesar de verla divertida no sabía el motivo.

— ¿Por qué tienes esa sonrisa brujita?— a Inés se le atravesó un pensamiento gracioso y sonrió dejando ver toda su dentadura, algo que contagió a Dorian haciéndolo ver aún más gracioso con la barba blanca y larga.

— ¿Debería llamarte Don Merlín?—Con un dedo le señaló su traje y Dorian al darse cuenta se enderezó y también sonrió encantadoramente al notar su vestido de estrellas, aun viéndola reír se puso encima de ella y comenzó a hablar como ancianito.

— ¡Así que te gustan los ancianos ¿he?!— Decía susurrando haciéndole cosquillas con su larga barba del disfraz— ¡No puedo creer que le gusten los mayores! ¡Es una indecente niña!— Cuando su risa se calmó miró a Dorian sonriendo vestido justo como el Merlín original, lo observó tierna y jalando su larga barba blanca hacía ella lo obligó a besarla, mientras esto pasaba el disfraz se esfumó y dejó ver de nuevo al Dorian que ella adoraba.

—Me agradas mas así— le dijo mientras lo observaba sonreírle  acariciando sus mejillas y paseando sus manos por el rojo cabello de Dorian se dio cuenta  que el estar con él en esos momentos sin duda había sido la mejor opción, porque ahora estaba completamente segura de lo que quería, y lo que más quería era a él. — ¿Cuál es el siguiente paso?

—No lo sé, supongo que armar un plan para que podamos deshacernos de él, lo cierto es que tampoco sabemos a dónde fueron los estudiantes, Ivonne no tuvo tiempo de decirnos, ahora lo que podemos hacer es hacer tiempo, él nos está cazando, si te tiene a ti, ten por seguro que me tendrá a mí. Nos fortaleceremos y lo acabaremos, no me preocupo por los estudiantes ahora, sé que Ivonne los envió a un lugar seguro, pero mientras tu y yo estemos vivos, ellos temblaran y vivirán atemorizados.

— ¿Subió tu vibración?— preguntó sonrojada.

—Subió más de lo que esperaba, más de lo que creí que subiría meditando; ¿estas lista para salir al mundo? — preguntó poniéndose de pie y extendiéndole su mano.

—No, pero por ti Merlín, haría lo que fuera. — tomó su mano  y después de otro largo beso se vistieron, Dorian revisó su mochila para ver si aún tenía lo necesario mientras Inés salía de la tienda para ver donde se encontraban.

—Antes de que salgas... por favor, ponte la capa roja— le ordenó extendiéndola y ella sonrió.

— ¿Todo este tiempo la cargaste?

—Sí, no es broma Inés, es mágica, con ella Gedeón no te rastreará, ya no te quejes más y póntela. —Su aire autoritario enterneció a Inés y sin protestar más se colocó la capa, ambos salieron de la tienda y notaron que estaban justo en medio del desierto, uno que ninguno conocía.

—Sé que debí pensar el lugar antes de viajar pero... lo olvidé, ¿de casualidad en tu cuaderno con recortes no tienes camellos?...

—No pero... podemos ocupar tú técnica, hacer dos clones nuestros y ordenarles que nos carguen por todo el desierto. — al verlo sonreír de nuevo se percató que hablaba de una broma.

—Admite que no es una mala idea... un Dorian que me cargue por todo el desierto suena tentador, pero una clón mía no te aguantaría... comes demasiado.

—No estoy gordo, y aun que lo estuviera estarías locamente enamorada de mí.

Dorian sacó su mapa mágico y de repente se le ocurrió una increíble idea.

—Creo que podemos escapar de una forma original y productiva, además creo que será de muy buena ayuda. Vamos a visitar a Bastet.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Engatozada: DorianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora