(ENGATOZADA Parte 3)
Dorian Krentz hechicero poseedor de la magia de Merlín es el encargado de conservar el equilibrio de la magia en el sistema de todas las cosas, y para lograrlo tiene que mantener con vida a Inés Covenage, una mujer solitaria a q...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Dado a que una de las flechas de Sekmet les había avisado que tenían que volver, ambos se tensaron, después de todo sabían que Gedeón era muy poderoso pero tener que pelear contra él y su ejército de protectores de la realidad era muy diferente.
Ya que estaban listos para regresar al refugio Dorian miró a Inés un tanto triste.
—Sé que vamos a volver y todo será muy diferente, ya verás brujita. — le dedicó una tierna sonrisa e Inés asintió respirando, entonces Dorian abrió un portal que los llevaría de vuelta, cuando lo cruzaron el refugio de Morgan estaba muy solitario, para mala suerte el cielo se veía totalmente nublado con amenazas de lluvia, y fue así que la voz de Sekmet los exaltó.
— ¡Llegaron! Escuchen sé que aún les faltaba toda la noche, enserio lo lamento, pero ha ocurrido algo muy extraño. —La voz de Sekmet se quebraba conforme lo que decía, se notaba perturbada y temblaba, algo que no era común en ella.
—Sekmet... tranquila, tranquila, explícanos que pasó. — le dijo Dorian y ella se relajó un poco.
—Entremos a la sala, aquí afuera ya no es seguro. —Los tres entraron y dentro de la sala principal había una pequeña hoguera encendida justo en medio, a un costado se encontraba Morgan sentado con la mirada perdida en el fuego.
—Morgan ¿Qué pasó?—él dejó de mirar el fuego y negó con la cabeza sin poder decir ni una sola palabra, se encontraba un tanto dañado.
—Cuando ustedes se fueron todo estaba tranquilo, los brujos ancianos cuidaban el refugio todo el tiempo, no apareció ningún protector de la realidad... en verdad todo estaba bajo control, entonces le ayudé a Morgan a dar algunas clases en el patio, de repente el cielo se nubló y cayeron tres rayos, Morgan y yo fuimos a ver a los brujos ancianos y ellos estaban muertos. — contó Sekmet un tanto alterada para que ellos entendieran.
—pero es imposible que estén muertos ellos eran espíritus errantes de magia, simplemente no podían morir. — le respondió Dorian y Sekmet negó a su comentario.
— ¡Mierda, yo los toqué Dorian!, eran cuerpos de ancianos sin vida, era como si nunca hubieran sido tan poderosos y todo hubiera sido una maldita farsa, pero eso no fue lo peor. — Sekmet le lanzó una fugaz mirada a Morgan y él seguía en una especie de shock. —Cuando regresamos con los estudiantes no sabíamos cómo explicarles lo que había pasado, ruidos extraños comenzaron oírse, parecía la voz de una mujer recitando un conjuro diabólico, la voz venía de una de las escaleras de los dormitorios, era la voz de Ivonne que bajaba... sus ojos eran totalmente negros, con cada palabra que decía salía sangre de su boca, aún faltaba un piso para que llegara donde estábamos Dorian... ¡un piso! Y ella decidió arrojarse por el balcón.
— ¿Se suicidó? —preguntó Inés y Sekmet bajó la mirada.
—Por unos segundos pensamos que sí...—entonces guardó silencio y Morgan se paró de golpe mirando a Dorian.
