Capítulo 17 - La búsqueda.

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Tras haber alertado a Chūya continuó con su búsqueda. Incluso su hermana se había unido, igual que aquel rubio junto al pelinaranja...

Odiaba correr por lo que iba a pasos rápidos, en sus hombros sobre su gabardina llevaba la del ruso sintiendo que el abrigo de este era un poco más pesado que el suyo e incluso el largo en ocasiones rozaba el suelo, se había quedado la ushanka sobre su cabeza en dado caso que encontrara a Dostoyevsky para entregarle sus cosas, esperaba ver al ruso perdido en alguna esquina, esperaba escuchar su drama diciéndole exageradamente que creía que nunca lo encontrarían. Pero conforme pasaban los minutos no podía evitar sentir una punzada a su pecho... ¿Fyodor sería capaz de volver a Rusia sin Gogol?

No quería creer eso, pero al no encontrar ni un rastro del ruso sus dudas comenzaban a golpearlo con más fuerza, queriéndole hacer perder la esperanza de encontrarlo, las voces en su cabeza de nuevo susurraban ¿Quién querría a un desperdicio como él? Y pensándolo mejor, ni siquiera conocía al ruso, no sabía que comida le gustaba, donde le gustaba estar o cuáles eran sus pasatiempos favoritos... 

Fyodor no era más que un extraño en su vida.

Las dudas golpeaban ya no sólo su cabeza si no su corazón. Con la respiración agitada giró de golpe observando alrededor, montones de gente caminando de un lado a otro, pero del ruso no había rastro, observó nuevamente antes de que le empujaran accidentalmente al estar en medio, pero no había nada.

Se quitó del camino y terminó yendo por otra calle observando los alrededores, el ruso debía estar en alguna parte, no podía irse así, se lo decía constantemente, pero al ir girando vio a cierto hombre haciendo compras con alguien que él aborrecía...

Akutagawa retrocedió en sus pasos para buscar por otro lado, sin embargo como si aquel hombre le percibiera se giró a verle con una sonrisa para saludarle de forma burlona mientras aquel chico tigre le miraba con recelo. El mafioso no correspondió el saludo, volvió en sus pasos para marcharse, su búsqueda en ese momento era más importante así que dejó a esos dos atrás a pasos rápidos, comenzó a trotar sintiendo como cada vez era más difícil correr.

Escuchó el crujir de algo que le hizo voltear, pero no pudo reaccionar muy bien al ver como de aquella calle el hombre tigre impactaba contra la pared para después saltar hacia él.

— ¡Rashōmon! —Extendió sus brazos de golpe creando aquella barrera donde el albino estampó uno de sus puños. — ¡Apártate, Jinkô! —Exigió, no tenía tiempo para pelear con él por más que lo detestara.

— ¡Akutagawa! —El joven tigre se alejó veloz para tomar nuevamente impulso y dar varios puñetazos a aquella barrera que el azabache se esforzó en mantener, no podía atacar si quería concentrarse en la barrera y aquello le enfadaba.

— ¡Apártate, no tengo tiempo para esto! —Exigió nuevamente deshaciendo su barrera para esquivar los primeros puñetazos y apuñalar por la espalda al hombre tigre impactándolo contra el concreto por la enorme fuerza de Rashōmon.

— ¿Qué puede ser tan importante para ti que incluso evitas el combate directo con Atsushi-Kun? —Interrumpió el castaño dispuesto a desactivar las habilidades de ambos pero Akutagawa desvaneció a Rashōmon antes de que el castaño lo tocara.

— Veo que ustedes tienen mucho tiempo libre como para molestarme. —Murmuró cubriéndose la boca al toser a causa de su agitación. En cambio, el hombre tigre con un poco de dificultad se levantó llevándose la mano al torso herido escupiendo sangre, pensó en atacar de nuevo pero la mano del castaño frente a él le frenó, algo que causó repugnancia en Akutagawa.

— Oh no, no quiero molestarte Akutagawa-Kun. Sólo quería hablar contigo pero como te fuiste así, tuve que mandar a Atsushi-Kun a detenerte. —Alardeó el castaño haciendo que el mafioso frunciera el ceño con desagrado al ver al herido muchacho que continuaba mirándole con desprecio.

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