Tokio, Japón.
19:42 PMHabía sido apenas alrededor de una hora que aquel vuelo había llegado a aquella enorme ciudad, también conocida como la capital de Japón.
Y mientras ese castaño increíblemente elegante avanzaba con sus maletas llamando la atención de algunas jóvenes, el ruso azabache le seguía de cerca a pasos rápidos sin dejar de abrazar a botella de líquido incoloro con sabor a frutos rojos que había venido bebiéndose en todo el camino.
Miraba de reojo todos los edificios, los carteles coloridos, todas esas cosas tan llamativas, y la gran cantidad de gente que cruzaba las calles, en ocasiones levantaba la vista con los labios entreabiertos, todo eso era nuevo para él, aunque bien Yokohama no era una ciudad pequeña y tenía su hermoso encanto, Tokio era un tanto diferente.
Nikolai le seguía de cerca, en ocasiones intentaba avanzar más rápido y empujar al castaño que iba al frente para apresurar los pasos de este, y si no fuese porque ni él ni Dostoyevsky conocían el lugar, seguramente le hubieran dejado de lado apenas pusieran un pie en el suelo.
— ¿Está muy lejos, Wilde? —Preguntó el rubio rebasando al azabache para caminar al lado del castaño que continuaba tirando de sus maletas mientras paraba en una calle observando alrededor antes de cruzar con el puñado de gente.
— No está muy lejos, solos los acompañaré a la estación. De ahí, están por su cuenta, pero antes les explicaré muy bien así que pongan atención. —Habló con firmeza el castaño volviendo su mirada para ver como más atrás de ellos venía el azabache sin dejar de abrazar esa botella mientras traía su gabardina sobre los hombros como de costumbre por el ligero calor. — Dosto, ven acá, es hora de que pongas a funcionar de nuevo ese cerebro. —Agregó llamando la atención del menor que rápidamente avanzó hasta su lado.
Ambos rusos caminaban a sus costados dispuestos a escucharlo, pues si bien les urgía llegar, si iban por su cuenta seguramente terminarían del otro lado opuesto a Yokohama.
— Los dejaré en la estación de Ueno, yo no puedo seguir desde ahí pues tengo asuntos importantes. Pues bien... —Hizo una pequeña pausa parando rápidamente en una mesita, sacando una libreta de su mochila junto a un bolígrafo. — Desde la estación de Ueno, la estación de Tokio o la estación de Shinagawa como le ubiquen primero, tienen que tomar la línea JR Tokaido, porque es la ruta más rápida desde Tokio a Yokohama, y por lo que veo les urge estar ahí.
— ¡Sí! — Asintió de inmediato el rubio con el impulso de querer sacudirlo, pero se detuvo al ver como el azabache intentaba poner la máxima concentración para eso, pues su mente parecía no querer cooperar.
— Wilde, ¿Puedes hacerme los dibujitos de lo que debería ver en las estaciones en las que debo bajar? —Pidió el azabache levantando un poco su mano derecha como si pidiera permiso a un maestro. El castaño suspiró tomando asiento junto a los rusos para sacar su celular y comenzar a dibujar rápidamente lo que podrían ver.
— Wilde tiene demasiado talento para hacer retratos... —Murmuró asombrado el rubio al ver lo realista que se veía el boceto rápido que les hacia el castaño.
— Así más o menos será, las fotos son actuales, así que busca lo que hay en el dibujo, ahí será donde debes bajar. Ya una vez en Yokohama debes elegir tu destino, ¿Sabes a donde debes ir o llegar? —Preguntó notando como el azabache se mordió el labio inferior antes de querer sacarse los guantes para morderse las uñas, pero el suspiro del castaño le hizo levantar la mirada nervios. — ¿No sabes?
— No recuerdo los nombres... Tuve un guía en esa ocasión, él se hacía cargo de llevarme a todos lados incluso cuando íbamos en el transporte, él se encargaba de esos detalles. —Confesó en un murmullo llevándose la mano derecha al mentón, deslizando sus dedos cerca de sus labios, mordiendo ligeramente la tela negra de sus guantes. Wilde suspiró nuevamente colocándose los dedos en la sien antes de proseguir.
ESTÁS LEYENDO
Flowers Of Love.
Hayran KurguSolo basta una flor para hallar el amor... O matar y morir en el intento.