Capítulo 7 - Florece, amor.

756 83 141
                                    

Antes de lo ocurrido...

Ya sea por alguna u otra razón, los hermanos Akutagawa solían pasar mucho tiempo fuera, pero siempre trataban de reunirse y estar juntos para pasar el tiempo haciendo cualquier cosa que se les ocurriera.

Ese era uno de esos días dónde ninguno de los dos estaba durante la luz del día.

Sin embargo, un invitado se había colado sin permiso, ¿Como había dado con la ubicación de los hermanos? Muy sencillo a decir verdad. Nunca dejó de seguir a aquella joven vestida de negro, ni siquiera cuando se apartó de ella en esa fiesta. Quizá le perdió de vista por un momento, pero luego le volvió a ver en brazos de otro hombre por el puerto. No se acercó cuando vio presente a ese ruso, mantuvo su distancia, pero nunca le quitó los ojos de encima...

Lo siguiente fue sencillo. Al día siguiente vio salir a esa bella dama de negro del hotel, sin compañía. Era presa fácil por lo que comenzó a seguirle sin acercarse de más, tampoco sabía si ella podría detectarlo con un paso en falso. Terminó siguiéndole hasta su hogar donde le vio entrar, esperaba que a los momentos saliera de nuevo para verla con su ropa de civil. No era más que un depredador acechando... Como aquellos felinos que esperan con paciencia poder clavar sus garras en un indefenso animal.

Había pasado más de media hora cuando algo llamó su atención, era un muchacho de gabardina, por supuesto que no le interesaba, Shibusawa quería a esa mujer... Y esa mujer se hizo presente detrás de ese muchacho, quiso creer que se veía más pequeña a causa de los tacones que ya no tenía, quizá por eso en la fiesta casi eran de la altura. Observó cómo esa jovencita se colocaba un cubrebocas mientras el muchacho recogía su largo cabello en una coleta alborotada.

— Bingo... —Ya tenía lo que quería. Descartó por completo al muchacho creyendo que era un amigo de ella, a quién haría su mujer. Los vio partir juntos, y les siguió hasta que se separaron. Solo acecho unos momentos más al azabache de la gabardina pensando en asesinarlo o provocarle una muerte accidental, sin embargo cuando se le escapó de las manos en ese ascensor y ver con quién se reunía, se marchó. No pondría un pie cerca de ese hombre ruso.

Quizá en esa ocasión no pudo acercarse como hubiera querido, pero ahora ahí estaba, revisando las cosas de cada habitación.

No esperaba encontrar el vestido entre ropa de hombre, fue algo que le desconcertó, ¿Por qué aquella dulce joven guardó tan majestuoso vestido en el cuarto de ese muchacho? Oh, si era su novio podría deshacerse de él de inmediato. Por ahora lo que le importaba era recordar ese perfume, sentir que de nuevo se encontraba en esa fiesta observando el escote de esa mujer.

La imaginación en ese momento era lo único que le servía para cumplir sus fantasías, dichoso el hombre que podía complacer todos sus caprichos en un santiamén.

No podía contenerse, daba igual lo mucho que lo intentará, quería esa mujer, toda para él. Le hacía perder los estribos, le provocaba revolcarse en esa cama jalando aquellas prendas, quería más y más, imaginar incluso como sería estar con ella en la cama, saboreando lo que sería estar cerca disfrutando cada rincón, besando su piel, recorriendo su cuerpo con caricias, besos, mordidas, no dejaría que nada de ella se desperdiciará, él lo bebería absolutamente todo. En su mente podrían hacer el amor las veces que quisiera, pero no era lo mismo, su cuerpo la necesitaba.

Para crear había que destruir. Quería tomar a esa mujer definitivamente, cualquiera le diría que tenía problemas mentales, pero no era así, para él el tema del sexo y cosas así eran tan normales y necesarias como comer y beber, y en ese momento su apetito por esa mujer era demasiado, estaba hambriento, quería devorarla.

Flowers Of Love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora