Parte 10: Algo esta mal

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RICK

Cuando Sam se da la vuelta para sacar a Dian y a su amiga de la oficina, tomo una cerveza y me siento en mi escritorio. —Espero hasta que la puerta se cierra detrás de ellos, antes de mirar a Oliver. 

—¿En qué diablos estabas pensando?

— No sé de qué estás hablando, Pres. —Se encoge de hombros antes de caminar a tomar su propia cerveza. —Recogí a la perra, justo como lo dijiste.

—Bueno, déjame ver. —Te dije que me trajeras a Dian, no a su amiga. —También te dije que te aseguraras de que todo fuera en silencio y en un lugar no muy concurrido, pero la tomaste en medio de un jodido estacionamiento de un centro comercial. —Termino en un grito, dejando que mi ira se muestre.

Sentado frente a mi escritorio, se encoge de hombros de nuevo. —Vi la oportunidad y la tomé supuse que obtendríamos un trato de dos por uno.

—Me importa una mierda lo que pensaste. —¡Sigues mis órdenes! —Gruño, perdiendo la poca paciencia que tengo para este hijo de puta sentado frente a mí.

—No veo cuál sea el gran problema de este maldito negocio, —grita, con una sonrisa arrogante en su cara. —El trabajo está hecho, y obtuviste lo que querías.

Me levanto, pongo mi cerveza casi llena en mi escritorio y camino hacia Oliver. Agarrándolo por el cuello de su camisa, lo acerco más a mi cara para demostrarle lo muy enfadado que estoy y espero entienda de una puta vez.

—El gran problema es que no seguiste mis órdenes. —Si esta mierda pasa de nuevo, tu culo está fuera del club. Por que no tendré en mi club un hermano en quien no puedo confiar.

Empujándolo sobre su culo, me alejo antes de estrangular al bastardo, dejando al hijo de puta tirado en el piso.

—Camino directamente al bar, planto mi culo en una taburete y tomo una botella de Jack y un vaso. Vierto un trago y lo tomo, siento que quema toda mi garganta, pero calma todo el fuego de la ira que siento en mis entrañas. Estoy saboreando la bebida, cuando Sam sale del pasillo.

—¿Te causaron problemas?, —Le pregunto mientras se sienta en el taburete junto a mí.

—Nah, pero no les di la oportunidad de hacerlo.. —Las lleve a la habitación, cerré la puerta, y las deje allí. —Voy a darle tiempo a tu chica para que se calme.

—Ella no es mi chica, —digo instintivamente, pero las palabras dejan un sabor amargo en mi lengua.

—Él arquea una ceja hacia mí. —Todavía no, pero tengo la sensación de que ella lo va a hacer muy pronto.

—¿De qué demonios estás hablando? —Pregunto, tomando otro trago.

Toma su propio vaso, se sirve una bebida, un lado de su labio se inclina hacia arriba. —No te he visto mirar a nadie así desde la primera vez que viste a Samanta.

No puedo contener mi bufido de diversión. —Samanta y yo acabamos de terminar teniendo otra maldita discusión, justo antes de que ustedes llegaran. —Me imagino ahora cuando veo a esa perra lo único que puedo sentir es puro odio.

—Sin embargo no siempre fue así , —dice antes de tomar un trago. —Tú solías mirarla como si fuera la razón por la que respirabas. —y yo estaba tan contento de que mi hermano había encontrado a alguien que podría darle eso que tanto necesitaba. Yo esperaba encontrar algún día algo así para mí. —Superé esa sensación muy rápido cuando me di cuenta que Samanta era una perra loca, dice. —Ella puede ser la hermana de Eliot, pero sé que estoy odiándola cada día más.

CAMINO A TU DESTINO ©️® (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora