CAMINO A TU DESTINO ©️® (TERMINADA)

Parte 16: No soy un santo.

RICK

Vuelvo a la habitación donde deje a Dian, dándome cuenta de que antes era una especie de cabrón. —Diablos, los sentimientos dentro de mí me tienen asustado.  —¿Cómo demonios volvimos aquí malditamente rápido? —¿No debería esa mierda haberse desvanecido con el tiempo? 

—El sonido de alguien corriendo me saca de mis pensamientos.

—Estoy sorprendido como una mierda cuando la pelirroja va corriendo hacia mí. Tan malditamente sorprendido, casi la dejo que pase por mi lado, pero la atrapo antes de que se vaya de mi lado.

—¿A dónde carajos crees que vas? —Pregunto mientras lucha contra mi agarre, en lugar de responder, ella me mira con ojos llenos de miedo. —Responde, le doy un pequeño apretón. —

¿Cómo diablos saliste de tu habitación?

—¡Déjame ir! —¡Tengo que encontrar a Dian! — Me grita mientras intenta alejarse. 

Ella esta tan alterada y con lágrimas corriendo por su rostro, que necesitó un minuto para asimilar sus palabras.

 —¿Qué diablos quieres decir con encontrar a Dian?

De nuevo, ella no hace nada más que mirarme. —Su cuerpo entero está temblando, y no se da cuenta de que está a punto de entrar en shock. —Sabiendo que voy a necesitar un poco de ayuda con esta situación, yo grito, —¡SAM!

Centrándome en ella, pregunto: —¿Dónde está Dian?

—Se ha ido, se ha ido, se ha ido ... —repite, parpadeando para alejar sus lágrimas.

Antes de que pueda decir algo más, Sam se acerca a nosotros y me la quita de mis brazos. 

—Mi amigo normalmente es rudo como el infierno, pero con ella es gentil cuando le pregunta: —¿Qué ha pasado, con Dian?

Ella resopla, antes de responderle. —Dian se ha ido.

Sam me mira por un segundo, antes de mirarla. —¿Por qué no está ella contigo, y cómo saliste de la habitación?

—Estaba en la ducha, —dice, llamando mi atención sobre su cabello mojado.

—Cuando salí, ella se había ido. —Hay sangre en el piso, y uno de sus zapatos estaba en el medio de la habitación.

Me vuelvo hacia la habitación en la que estaban y empiezo a correr. 

—Antes de llegar a la puerta, escucho un grito ensordecedor desde el pasillo. 

—Cambiando mi dirección, me voy corriendo a la otra habitación, a la habitación de Oliver. —Lo único que tengo en mente es matar al hijo de puta.

Mientras tiro la puerta con mi pie, mi perro King se precipita junto a mí y deja salir un profundo gruñido. —Antes de que pueda siquiera ver lo que está pasando, King se lanza a través de la habitación, aterrizando en la espalda de Oliver. 

—Me lleva un segundo ver a Dian acostada debajo de él, lágrimas rodando por su rostro. La ira como nunca antes llena mi cuerpo.

—¿Qué diablos? —Grito, empujando a King lejos y tirando el cabello de Oliver hacia atrás.

Tan pronto como lo alejo de ella, mi puño se va volando sobre su cara. 

—¿Qué diablos crees que estás haciendo?

Otro fuerte golpe, pero este va directo a su estómago, y grito, —Te dije que no la tocaras, —¡Te dije que mantuvieras tus jodidas manos fuera de ella!