Parte 24: ¿Estás seguro de que podrás dejarla ir?

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RICK


Camino hacia la sala del club, deteniéndome por un momento para hablar con mis hermanos. Para cuando llego al fondo de la sala, han pasado veinte minutos. Al mirar a mi alrededor, encuentro en la esquinas a las dos personas con las que quiero hablar.

Ustedes dos, —le digo, señalando a la nueva prostituta del club y a Luz, la mujer que lleva más tiempo aquí. 

Vengan a mi oficina. —Se miran confundidas, pero siguen sin decirme nada.

Tan pronto como entramos en mi oficina, doy un portazo y me siento en mi escritorio. 

—Les hago un gesto para que se sienten y espero mientras lo hacen, y luego lanzo una mirada fulminante a la nueva chica.

Escuché que tuviste alguna conversación con Dian, —digo, asegurándome de que pueda ver la ira en mis ojos.

La perra sacude la cabeza y miente. 

—No estoy segura de lo que ella te contó, pero no he dicho nada solo más que saludarla.

Niego con la cabeza por su estupidez.

 —Dian no me ha dicho nada. —Ese no es su estilo, pero la mitad del puto club no podía esperar para contarme sobre eso.

Luz niega con la cabeza, y dice: —Nunca le mientas a un MC niña y más al Presidente.

Luz ha estado trabajando en el club por más años de los que puedo recordar. Tiene que estar llegando a los cincuenta, pero parece que no tiene más de cuarenta. —Su cuerpo es sólido como una roca, y ella tiene una sonrisa que puede iluminar la habitación. Algunos de los hermanos le han pedido que use sus colores, pero ella siempre se niega. —La única persona que le interesa es Dany, y él dice que nunca volverá a tener otra esposa después de que su última esposa murió. Ha sido fiel a sus palabras, pero eso no le impide llevarla a su casa todas las noches. —Todavía se llama a sí misma una puta de club, pero ya no pasa el tiempo con otros hermanos, a menos que sea Dany que la lleve a la cama. En cambio, ella maneja a el resto de las perras del club.

Levanto mi barbilla hacia ella y sonrío. —Así mismo, esto era el por qué te quería aquí. —Es hora de que te pongan en la nómina.

¿De qué estás hablando?, —Pregunta, deslizándose hasta el borde de su asiento.

—Has estado tomando el control de las prostitutas del club desde hace un tiempo, y ese es un trabajo por el que deberías recibir dinero, —le digo honestamente.

—No hago mucho, —dice ella sacudiendo la cabeza. Solo ayudo cuando y donde sea necesario.

Cada vez que hay un problema, las chicas acuden a ti. —Si no puedes manejarlo, vienes a mí. —Incluso te ocupas de enviar a las chicas a los otros clubes cuando se trata de algo que odio hacer. Además, comenzaste a cuidar a las chicas y las obligaste a que se pusieran en control para que no salgan embarazadas. Si eso no es llamarse una líder, no sé qué diablos es.

Ella se encoge de hombros, su pie golpea contra el suelo. 

—¿Qué tienes en mente?

Paso una mano por mi cabello y le digo. Sabes que el club todavía está tratando de ponerse al margen, así que no puedo ofrecerte mucho. Estoy pensando en mil ochocientos a la semana, y la protección de ser una empleada del club.

Eso sería maravilloso, —dice con una sonrisa.

Vamos a resolver todos los detalles más tarde. —Primero tenemos que tratar con esta perra. Tu primer trabajo será decidir qué hacer con ella,— le digo, asintiendo con la cabeza hacia la nueva chica.

Luz la mira y niega con la cabeza. —Odio decirlo, cariño, pero no creo que seas una buena opción para el club.

La nueva chica salta y me mira. —¡No puedes dejar que esta vieja perra me eche!

Luz salta de su asiento en un instante, y el pelo de la perra está en su puño un segundo después.

Solo me siento me acomodo y veo la pelea que se armó. 

Luz lanza unos rápidos golpes a la cara de la otra mujer y luego la agarra de los pelos. —Abriendo la puerta, ella grita por Dany.

Él está allí un minuto después, tomando a la nueva chica de los brazos de Luz.

¿Qué hizo la perra?, —Pregunta.

Ella no le responde. —En cambio, le dice: —¿La llevarás a buscar su mierda y luego la escoltarás fuera de la propiedad del club?

Sus ojos se posan en mí y levanto mi barbilla hacia él, haciéndole saber que estoy de acuerdo. —Luego se inclina y roza sus labios sobre los de ella. 

Puedo hacer eso, cariño, —le dice.

Tan pronto como él se va, Luz me mira y pregunta: —¿Hay algo más que necesites?

No, creo que te has ocupado de todo, —le digo, lanzándole un guiño.

Ella sonríe y luego sale de la habitación. 

Apenas sale por la puerta cuando entra mi Madre con el ceño fruncido. —Creo que debes dejar ir a Dian y a su amiga.

Mi madre es como un maldito pitbull. —Ella te exige y te exige hasta que consigue lo que quiere. No es que no la quiera. En cualquier caso, arriesgaría mi vida por ella, pero ella tiene que saber que es mi trabajo lidiar con la mierda del club. —Ella necesita aprender a detener sus emociones y órdenes.

—Eso no va a suceder, mamá, —le digo, poniéndome de pie y caminando hacia la nevera.

Pero, hijo, no está bien. Ninguna de las dos tiene nada que ver con el negocio del club, por lo que no deberían quedar atrapados en medio de todo esto, —dice, todavía frunciendo el ceño.

Después de tomarme una cerveza, —le llevo una y le doy un beso en la mejilla. 

—Se irán a casa cuando esta mierda termine.

Abriendo su cerveza, ella toma asiento y me mira. 

—¿Estás seguro de que podrás dejar ir a Dian si la mantienes aquí?

¿De qué diablos estás hablando? —Pregunto, dejándome caer sobre la silla de mi escritorio y cruzando mis pies.

No soy ciega. —Los veo juntos en el club. Rick, no te había visto sonreír desde que eras solo un niño, —dice, reclinándose en su silla.

—Tú y Dian forman la pareja perfecta, y ella sería una mujer muy buena para ti.

Entonces, —¿por qué demonios querrías que la dejara ir? —Pregunto, sin permitirme pensar en cuán ciertas son sus palabras.

Ella toma un trago de su cerveza antes de responderme. —No veo algo bueno que pueda provenir de cómo comenzó esto. ¿Qué van a hacer los dos, que les dirán a sus hijos que se juntaron después de que la secuestraste?

—Mamá, todavía no estoy seguro de que debas pensar en nietos, —le digo con una sonrisa, luego tomo un trago de mi cerveza.

Ella se pone de pie y camina hacia mí. —Pone su bebida en mi escritorio, me coge las mejillas y dice: —Quiero que me escuches un momento, Rick. Olvida que eres el presidente del club por un momento y recuerda que eres mi único hijo .

Asiento con la cabeza hacia ella y ella continúa. 

—Dian podría ser la mujer que cambie todo para ti. —Ella podría hacerte un hombre feliz, así que por favor no lo arruines antes de que tenga la oportunidad de empezar. Quiero ver a mi bebé viviendo la buena vida. 

—Con esas palabras, se da la vuelta y sale de mi oficina, sin siquiera decir adiós.

Me siento allí por unos minutos, reproduciendo todo lo que ella acaba de decir. No estoy seguro de que esta mierda con Dian nos lleve a algo, pero podría. 

Si mi madre tiene razón y Dian es mi futuro, no quiero joder esto, pero no voy a dejarla ir. Pero en su lugar me aseguraré de que para cuando esto termine, ella no querrá irse de mi lado. 

CAMINO A TU DESTINO ©️® (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora