Capítulo 6.- 7mo Cambio 3ra parte

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Voy 2 días desde que logré despertar, aunque todavía me cuesta mantenerme despierta, alguna vez han estado tan incapacitadas, que no pueden levantarse, la verdad es que se podría decir que tengo parálisis corporal, pues mi cuerpo gasta su energía en el cambio.

—¿Que tanto te molesta esto Zuri?, tienes una escusa para no ir a clases —sonrió—. En cambió yo si tengo que ir—. ¿No se los había dicho? ella pasa conmigo toda la tardé, pero en la mañana no y mis hermanos tampoco.

—No es divertido, estar en está cama incapaz de moverme —respondí—. Espero que mañana mis piernas si me respondan, asi no tendré que usar esos pañales.

—Por favor, mientras estás en este estado, literalmente hacen todo por ti, deberías sentirte feliz —me observó —. Y si, supongo que mañana ya iniciaras a tener control de tus piernas nuevamente.

Hago un esfuerzo con mis manos para sentarme, todavía estoy muy débil pero lo logró, aunque necesito mantenerlas ahi para sostener mi cuerpo, me jaló como puedo hacia el respaldar de la cama para apoyarme, Liz se mantiene mirando, sabe que me gusta hacer todo lo posible solo.

—Lo único bueno es que ahora no me obligarán a usar ese incómodo vestido.

—Si, no entiendo porque les hacen usar eso, tienen el peor uniforme de todo Lefelini.

—Y tal vez de todo Nefer —agrego y ambas reímos—. Tengo hambre.

—Pero si ya comiste hace nada —se queja.

—Ya oíste a tu padre, debo comer bien por la energía gastada en el cambio.

—Si, oye me acabó de dar cuenta de algo Zuri.

—¿Que cosa?

—Eres un chico bastante guapo.

—Si lo se, sería un gran príncipe —añadí siguiéndole el juego, ambas estallamos en risa—. Bien ahora dime, ¿me traeras algo de comer o me moriré de hambre?

—¿Y que quieres que haga?, si no quieres tu mamadera yo no puedo traerte otra cosa, no se cocinar.

—Aunque sea pedile a uno de mis hermanos que lo haga, seguro que ellos si estarán dispuestos a hacerlo —respondí.

—Bien ya vuelvo —se levantó de la cama y salió.

—Ella sería buena enfermera —es la voz de Lena, que entra a mi habitación.

—Si probablemente, al menos mejor que tu —me queje.

—A ya veo, al parecer la bebita necesita un cambió —dijo con algo de burla en sus palabras.

—No —respondí, ya tenía control de eso al menos—. Aunque me harías feliz si me llevarás al baño por favor.

—Cargarte yo sola, sin duda necesitas una silla de ruedas Zuri —opinó.

—No sola, creó que entre Liz y tu pondrán ayudarme —respondí—. Ahora ¿qué fue lo que te trajo a mi habitación?

—A cierto, una niña vino a verte, creó que se llama Eloísa —en ese momento me quede paralizada, Eloísa había venido eso era sensacional, pero yo estaba con un pañal puesto, no quería que ella viera asi.

—Necesito que me saques el pañal, y me traigas ropa normal.

—Nuestros padres dijeron que no puedes estar sin el pañal, hasta que puedas caminar sola —respondió.

—Bueno entonces traeme un pantalón aunque sea, no quiero que me vea asi —pedí.

—Bueno supongo que eso no te lo prohibieron —dijo sacando un pantalón de mi ropero, yo sonreí y me lo lanzó, no podía mover mis piernas a voluntad, pero con un poco de esfuerzo logré ponérmelo.

—Gracias, ¿puedes decirle que pase? —le pedí a mi hermana con una sonrisa inocente.

—Bien supongo.

Era momento, hoy se definiría si había perdido a mi única amiga del colegio o no.

Misterios del Mundo.- Lo que Parece No Siempre es lo que EsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora